Hay hábitos que no cuestan dinero, no exigen pantallas ni dispositivos especiales y, sin embargo, pueden transformar el día a día con tus hijos e hijas desde que el nacimiento. Uno de ellos es tan simple como cantar a tu bebé. Sí, lo que toda la vida se ha hecho, a veces a la desesperada, para conseguir que se calmen, sirve para mucho más: un estudio demuestra que este hábito aporta a los bebés felicidad, mejorando su estado de ánimo de forma sostenida y acumulativa.
Un equipo de investigadores de las universidades de Yale, Princeton y Auckland ha demostrado lo que ya advirtió la universidad de Cambirdge: que cantar a tu bebé es buenísimo. Este nuevo estudio, a través de una intervención de 10 semanas con más de 100 familias, concluye que el canto dirigido al bebé tiene un impacto positivo real y mensurable sobre su estado de ánimo.
Los resultados, publicados en la revista Child Development, ofrecen evidencia causal: cantar con frecuencia a los bebés mejora su humor incluso una semana después de haber finalizado el programa musical. Esto sugiere que el efecto de este hábito va más allá del momento en que ocurre, dejando una huella positiva en el bebé.
Por lo tanto, cantar a un bebé es un gesto cotidiano que puede convertirse en una herramienta poderosa para promover el bienestar emocional en los primeros meses de vida.

Conclusiones concluyentes: bebés de mejor humor
La investigación se llevó a cabo en 2023 con 110 familias con bebés de entre 0 y 9 meses (media de edad: 3,6 meses). Durante seis semanas, un grupo recibió una intervención musical centrada en aumentar el canto dirigido al bebé: videos con canciones adaptadas, libros cantados y recordatorios semanales para animar a las familias a cantar más en su rutina diaria. Las canciones eran sencillas, están disponibles en línea y fueron seleccionadas para ser accesibles incluso a quienes no tienen experiencia musical.
Los investigadores midieron el estado emocional de los bebés mediante encuestas ecológicas instantáneas (EMA) realizadas por los cuidadores desde sus móviles varias veces al día, una metodología que capta mejor los cambios reales en el entorno del hogar que otros enfoques tradicionales. Esta forma de evaluar el día a día familiar reduce el sesgo de memoria de los padres y ofrece una imagen más precisa de lo que está ocurriendo.
![Figura 2. El enriquecimiento musical aumenta la frecuencia del canto dirigido a bebés. Los gráficos representan las respuestas a dos preguntas: "¿Le cantaste a [bebé] en las últimas 2-3 h?", donde "[bebé]" se reemplazó por el nombre del bebé (panel izquierdo), preguntado hasta tres veces al día con opciones de respuesta "Sí" o "No"; y "Si tuvieras que adivinar, ¿cuántas veces le cantaste a [bebé] ayer?" (panel derecho), preguntado una vez al día con opciones de respuesta que iban de "1" a "8 o más veces". Hubo un aumento brusco en el canto dirigido a bebés para el grupo de manipulación, pero no para el grupo de control, según lo medido por ambas preguntas; el aumento persistió durante toda la intervención y se mantuvo en la semana posterior a la prueba. Las marcas de verificación en el eje x indican la semana del estudio; las semanas 1 y 6 corresponden a la prueba previa y posterior, respectivamente, mientras que las semanas 2 a 5 abarcan el período de intervención. Tenga en cuenta que, para facilitar la visualización, aquí graficamos los promedios semanales (puntos) y sus correspondientes errores estándar de la media (barras de error), sin tener en cuenta la autocorrelación temporal de las respuestas a lo largo del tiempo. Por lo tanto, los valores de SEM podrían estar sobrestimando la precisión de cada estimación](https://www.serpadres.es/wp-content/uploads/sites/4/2025/06/cdev14246-fig-0002-m.jpg?resize=1024,665)
Los resultados fueron concluyentes: al final del programa, los bebés del grupo que había recibido la intervención tenían un humor más positivo que los del grupo control, y el efecto se mantenía una semana después. Además, se observó que los padres de este grupo cantaban en un 89% de los momentos medidos por la EMA, frente al 65% del grupo de control.
El estudio no solo confirma que el hábito de cantar a un bebé tiene beneficios a corto plazo, sino que su efecto puede ser acumulativo. Los padres y madres del grupo de intervención aumentaron progresivamente la frecuencia con la que cantaban a sus hijos, llegando a hacerlo en casi todos los momentos del día.
Además, utilizaron el canto como recurso principal para calmar el llanto del bebé, incluso sin que se les hubiera indicado expresamente hacerlo. Fue una elección espontánea, lo que habla de la intuición de los cuidadores y de la eficacia del recurso.

No mejora el estado de ánimo del cuidador
Curiosamente, aunque el humor de los bebés mejoró, no se detectaron cambios significativos en el estado emocional de los cuidadores.
Esto sugiere que el beneficio no se explica solo por un efecto placebo de los adultos, sino por un cambio real en el bebé. De hecho, la mejora del estado de ánimo infantil se mantuvo incluso cuando los padres no estaban cantando activamente, lo que indica una transformación más profunda en el humor general del pequeño.
En definitiva, incorporar canciones a los momentos cotidianos como los cambios de pañal, la hora del baño, las tomas o la rutina de sueño puede ser una herramienta efectiva para fortalecer el vínculo afectivo y mejorar la regulación emocional del bebé, especialmente en las primeras etapas del desarrollo, donde el humor es un indicador clave de bienestar. Además, es una estrategia inclusiva, sin coste económico y fácil de adaptar a cualquier estilo de crianza o cultura familiar.

Cabe destacar que el 90% de las familias participantes afirmó querer mantener el hábito de cantar una vez finalizado el estudio. Los investigadores señalan que el éxito de esta intervención radica en su sencillez y su facilidad de integración en la vida diaria. No requiere sesiones estructuradas ni materiales complejos. Basta con que el adulto cante lo que conoce, lo que le gusta o lo que inventa, mirando a su bebé y acompañándole con afecto.
En un momento donde las familias buscan formas sencillas y afectivas de acompañar a sus hijos, recuperar la música como herramienta de crianza parece más relevante que nunca. Cantar al bebé no es solo una forma de entretener: es un acto de presencia, de vínculo y de cuidado emocional que, según la ciencia, deja huella en su bienestar.
Referencias
- Eun Cho, Lidya Yurdum, Ekanem Ebinne, Courtney B. Hilton, Estelle Lai, Mila Bertolo, Pip Brown, Brooke Milosh, Haran Sened, Diana I. Tamir, Samuel A. Mehr. Ecological Momentary Assessment Reveals Causal Effects of Music Enrichment on Infant Mood. Child Development, 2025. DOI: 10.1111/cdev.14246