Del olor a bebé al aroma de la vejez: la sorprendente ciencia detrás de cómo cambia nuestro olor con los años

La ciencia tiene una explicación sobre el por qué va cambiando el olor corporal de las personas según vamos cumpliendo años.
el olor corporal del ser humano cambia
El olor corporal va cambiando a lo largo de nuestra vida con una finalidad, según la ciencia. - frasco de perfume

Entre otras muchas cosas resulta que nuestro cuerpo es también una máquina muy eficaz de comunicación química, es decir, más allá de las palabras o incluso de los gestos, tenemos un lenguaje olfativo que va evolucionando a lo largo de nuestra vida sin pedirnos permiso, tiene vida propia y va modificándose a partir de determinados hitos biológicos con la intención de cumplir unas funciones sociales y vitales que ni siquiera habíamos sospechado. Hasta ahora, que la ciencia ha encontrado la razón por la cual el olor corporal del ser humano cambia tal y como lo hace.

Desde ese inconfundible y adorable aroma que desprenden los bebés hasta el peculiar olor de la ancianidad, todas las etapas vitales tienen una especie de firma molecular que modifica el olor corporal, algo así como una especie de código invisible que la investigación científica ha conseguido empezar a entender.

Más allá de perfumes, colonias, champús o jabones, más allá de detergentes o suavizantes para nuestras ropas, nuestra vida va modificando nuestro propio olor y esos cambios son mucho más profundos y tienen mucha más intencionalidad que un simple accidente químico. Los cambios en los olores del cuerpo serían algo así como una especie de huella dactilar olfativa e invisible de nuestra propia biografía.

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El olor de los bebés durante los primeros meses es muy específico. - Imagen: Midjourney / PF

El olor a bebé

Y no sólo a bebé, en general el olor de la infancia es un cóctel de compuestos químicos que activa las respuestas específicas cerebrales necesarias en sus cuidadores.

Se han llevado a cabo estudios mediante resonancia magnética funcional con los que se ha conseguido demostrar que ese peculiar olor a bebé estimula áreas vinculadas a la recompensa y al placer (como es el núcleo accumbens) y al mismo tiempo, consigue reducir la actividades de las zonas que se asocian con el estrés en la persona que cuida del bebé.

Es un aroma arrollador y al mismo tiempo una obra maestra de la selección natural que combina restos de vérnix caseosa (la sustancia cerosa que cubre la piel del ser humano cuando nace), con fluidos amnióticos y secreciones glandulares con bajo contenido lipídico. 

También es verdad que siendo tan potente en cuanto a sus efectos no lo es tanto si hablamos de su duración y científicos y pediatras como Cherilyn Davis, le ponen la fecha de caducidad en torno al cuarto trimestre. Ahí los bebés dejan de oler a bebé y aunque siguen oliendo delicioso, pasan a oler a infancia. Persiste ese olor algo dulzón del sudor infantil pero el bebé ya no necesita ser “un imán olfativo” para que sus cuidadores le protejan en todo momento. Necesita poco a poco ir explorando su entorno.

El olor a bebé se explica por la necesidad de sobrevivir, es el momento de máxima vulnerabilidad y el cuerpo humano despliega esa especie de “droga afectiva” natural que le asegure cuidados de bastante intensidad durante esta etapa en la que es tan vulnerable. Por otro lado, se ha descubierto que los olores de la infancia podrían ser una nueva y eficaz herramienta contra la depresión, lo que deja claro que la infancia es una de las etapas más importantes de nuestra vida en lo que a olores se refiere.

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La revolución hormonal en la adolescencia influye en el olor corporal. - Imagen: Midjourney / PF

De la tormenta hormonal a la madurez

La pubertad, el paso de la infancia a la adolescencia, es una revolución glandular y hormonal y quien ha convivido con adolescentes lo sabe de primera mano. Las glándulas sudoríparas apocrinas (las que se encuentran en la axilas y las zonas púbicas) comienzan a secretar todo un cóctel de proteínas y lípidos que las bacterias que tenemos sobre la piel van a transformar en ácidos orgánicos volátiles que se traducen en ese olor acre tan característico de la adolescencia y los adolescentes.

Más allá de los principales hábitos de higiene que en esta etapa son de vital importancia, en la adolescencia aparece la androstenona, en androstenol y el escualeno con una nueva sinfonía de olores en el cuerpo adolescente.

En gran medida, la ciencia señala que este cambio de olores en el cuerpo viniendo del aroma del bebé para llegar al olor peculiar del adolescente, se explica como una medida con la que la especie evita la endogamia.

La adultez temprana, cuando se ha quedado atrás la adolescencia, es la etapa en la que las glándulas sebáceas alcanzan su pico de actividad. El olor corporal característico de cada persona persiste como es lógico pero la intensidad disminuye con respecto a las etapas anteriores. Entran en juego nuevos factores como la alimentación de la persona, los niveles de estrés, su microbioma cutáneo. Todo ello va creando una firma olfativa que es única.

Y por último, cuando se entra en la vejez aparece un nuevo olor característico que busca la cohesión intergeneracional ya que activa respuestas de cuidado en el entorno, en los familiares y en los amigos.

Referencias

  • Susanna Mitro, Amy R Gordon, Mats J Olsson, Johan N Lundström. “The smell of age: perception and discrimination of body odors of different ages”. PLos One. DOI: 10.1371/journal.pone.0038110
  • Diana Owsienko, Lisa Goppelt, Katharina Hierl, Laura Schäfer, Ilona Croy & Helene M. Loos. "Body odor samples from infants and post-pubertal children differ in their volatile profiles". Communicatiosn Chemistry. https://www.nature.com/articles/s42004-024-01131-4
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La alimentación también influye en el olor corporal durante la vida adulta. - Imagen: Midjourney / PF

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