Ser Padres

Mi hijo de dos años se ha vuelto muy agresivo: ¿qué puedo hacer?

Una conducta agresiva en niños puede deberse a algo puntual o puede convertirse en un verdadero de cabeza para los padres. Aunque sea bueno exteriorizar las frustraciones, esto no significa que tengas que tolerar arrebatos de cólera. Te ayudamos a acabar con las conductas agresivas en niños.

Autor: Iván Moreno

Un día cualquiera y sin previo aviso, nuestro hijo nos grita con rabia: '¡No, tonta!'. Pero si simplemente le estábamos quitando la tele, poniendo el babero, sacando del baño, cambiando el pañal... Si, además, nos alcanza con alguna manotada, la sorpresa y el enfado se unen. Pero si la conducta empieza a repetirse y va a más (se unen arañazos, tirones de pelo o mordiscos), se disparan las dudas. ¿Le estaré maleducando? ¿Le pegan en la guardería? ¿Serán cosas de la edad? También se multiplican las formas de responderle, en función de nuestro estado de ánimo. Este es un claro ejemplo de por qué no podemos tolerar las conductas agresivas en niños.

Hay que tener paciencia

¿Le castigamos o le quitamos importancia?

Cuando una conducta agresiva en un niño pasa a ser intensa, ya no podemos hacernos los suecos. Junto a la actitud de calmarle, debemos transmitirle un mensaje sencillo y claro: 'no se pega', 'no se muerde'. No hay que entrar en grandes explicaciones, pero sí acompañar el mensaje con el gesto y el tono adecuados: serios, tajantes, no furibundos. Si lo vemos conveniente, podemos aplicar un castigo negativo, que implica privarle de cosas que le gustan para que asocie una consecuencia desagradable a su conducta. Por ejemplo, si nos ha tirado del pelo y lo teníamos en brazos, sin grandes dramas podemos bajarle y decirle que no le volveremos a coger hasta que se calme.

Pero, en general, no debemos darle demasiada importancia a sus exabruptos, ni convertirlos en el centro de nuestras conversaciones. La atención es el reforzador de la conducta más potente. Tanto en positivo como en negativo. Por eso es mejor dejar siempre claro lo que está mal, pero también potenciar con nuestra atención lo que hace bien. Finalmente, podemos hacer las paces y demostrarle que no estamos enfadados.

Causas

Pasada la crisis y hechas las paces, sobre todo si la actitud se repite, podemos preguntarnos si se trata simplemente de una respuesta inadecuada que tenemos que enseñarle a corregir o su comportamiento obedece a algún motivo específico. He aquí algunas posibles causas y sus soluciones de las conductas agresivas en niños.

Principales errores de los padres

Asesora: María Pilar Cobos, psicóloga y profesora en la Facultad de Psicología de la Universidad de Málaga.

Vídeo: ¿Por qué mi hijo es borde?

Descubre los motivos que pueden estar detrás de este comportamiento.

tracking