El miedo es una emoción natural en las personas, sobre todo en los más pequeños, debido a su inocencia y falta de experiencias. A pesar de ser una emoción normal, cuando un niño siente miedo, muchos padres suelen decir la famosa frase “no tengas miedo” en un intento de calmarlo. Nuestro deseo de protegerlos puede ser contraproducente: existen diferentes consecuencias que pueden afectar el desarrollo socioemocional de nuestros hijos. A continuación te detallamos algunas de las razones por las que deberíamos evitar decir esta frase.

Invalidamos sus emociones
Cuando le decimos a un niño que no tenga miedo, le estamos expresando de manera indirecta que no está bien que sienta esta emoción. Estamos comunicándole que sentir miedo no es válido. Esto podría ocasionar que, posteriormente, reprima sus emociones naturales y, por consecuencia, le afecte su salud mental.
Limitamos su autoconfianza
Si le decimos a un niño que no debe tener miedo, reduciremos la confianza que tiene en sí mismo para enfrentar problemas. Esto podría generar que piensen que no son suficientemente capaces de enfrentar situaciones adversas.
Aumentamos su ansiedad
Los niños que sienten miedo y se les dice que no deberían sentirlo, pueden desarrollar ansiedad por no saber controlar lo que sienten. Desde luego, sentir miedo ya tiene un componente de estrés y este puede aumentar si un adulto le dice que debería dejar de sentirlo y es no es capaz de hacerlo.
No solucionamos el problema
Los niños que sienten miedo y se les dice que no deberían sentirlo, pueden desarrollar ansiedad por no saber controlar lo que sienten. Desde luego, sentir miedo ya tiene un componente de estrés y este puede aumentar si un adulto le dice que debería dejar de sentirlo y es no es capaz de hacerlo.
Los culpamos por su reacción
Con esa expresión, podemos hacerle entender que tener esta emoción es algo negativo para él. Esto puede promover que sientan vergüenza de sus emociones naturales y/o culpa de manifestarlas.
Distorsionamos la realidad
Como hemos mencionado, el miedo es una emoción básica y natural en los seres humanos. Por lo que al decir “no tengas miedo” estaríamos negando la realidad misma. Esto puede ocasionar que un niño tenga una gran confusión sobre lo que está experimentando.
Fomentamos que no solicite ayuda
Cuando un adulto le dice a un niño que no tenga miedo, está minimizando su preocupación y esto puede hacer que el niño pierda confianza en ellos y en su capacidad para ayudarlo. Además, en futuras ocasiones similares, puede desalentar que pida ayuda a los demás por temor al rechazo o vergüenza a que no le tomen importancia.