¿Debes dejar que tu hijo escoja las extraescolares o debes elegirlas tú?

Las extraescolares pueden suponer una oportunidad estupenda de crecimiento para nuestros hijos. El dilema es: ¿deben elegirlas ellos o nosotros como padres? A continuación te lo contamos.
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Mucho se ha dicho sobre las extraescolares. Tanto, que tienen los mismos detractores que defensores. Mientras una parte de la población opina de ellas que son actividades perfectas para que los niños desarrollen habilidades y profundicen en aquello que les gusta de verdad y, por ende, trabajen las inteligencias múltiples, otros opinan de ellas que son una prueba más del sobrecargo al que se somete a los peques durante el curso escolar.

 

Pero, la principal incógnita es la que se repite en la cabeza de muchos padres a la hora de reservar unas u otras: ¿tenemos que elegirlas nosotros o debemos dejar que esa decisión recaiga en el niño?

Por un lado, los padres desempeñamos un papel fundamental en la vida de nuestros hijos. Somos sus guías y les damos orientación. Al ser las personas que más los conocemos, somos capaces de conocer las actividades perfectas que se alineen con sus fortalezas y sus preferencias.

Sin embargo, a medida que los niños crecen, es importante permitirles tener voz y autonomía en la toma de decisiones. Permitirles elegir las actividades extraescolares, les puede brindar la oportunidad de explorar y nutrir sus intereses, lo que puede llevar a un mayor compromiso y motivación en su participación. Además, al permitirles elegir sus actividades, pueden tener la oportunidad de relacionarse con otros niños con intereses similares. Esto puede ayudarles a establecer relaciones y conexiones significativas con otros niños que comparten sus pasiones, lo que contribuye a su desarrollo social y emocional.

Entonces, qué hacer? Es muy simple: la elección de las actividades extraescolares para los niños puede ser una decisión compartida entre los padres y los propios niños. Al combinar la experiencia y la guía de los padres con los intereses y las preferencias de los niños, es posible encontrar un equilibrio que promueva el crecimiento y el desarrollo integral de nuestros peques.

Mi hijo no quiere ir a ninguna extraescolar: ¿le obligo?

- Graham Oliver

Los más recomendable es que ningún tipo de actividades extraescolares sean impuestas, sino todo lo contrario. Y es que, el fin último de este tipo de actividades no es mantener a los niños ocupados esperando a que sus padres salgan del trabajo, ya que las horas de colegio son suficientes para ello. El fin último es que se diviertan y aprendan a la vez, pero no podemos olvidar que aprender a aburrirse también es necesario.

Y si prefiere no elegir ninguna, por supuesto, no han de imponérsele. De hecho, no hacer ninguna actividad está igual de bien que hacerlas. Si el niño está jugando con amigos, en el parque, en casa, jugando a juegos de mesa es igual de bueno que ir a alguna actividad. Eso sí, se le puede animar a elegir al menos una para probar, pero nunca obligarle.

¿Y si las extraescolares no fuesen necesarias?

Niña tocando el violín (Foto: depositphotos)

Hay que recordar que los niños aprenden jugando. Y que esto es igual de importante para su desarrollo como poder hacerlo junto a sus padres, sus figuras de apego. Las actividades extraescolares, en algunos casos, no van acorde a estas premisas, ya que tienen lugar en un ambiente no familiar y más educativo que lúdico.

Un niño debe tener tiempo libre para jugar, descansar y estar con los suyos. Por lo que las extraescolares deben sustituir, en todo caso, horas de televisión, pero nunca al tiempo para estar con la familia o para jugar. Si las extraescolares responden a la necesidad de unos padres que trabajan hasta tarde y no pueden ocuparse de sus hijos hasta que salen de su puesto laboral, se deben priorizar las de carácter lúdico y, en la medida de lo posible, evitarlas antes de los cinco o los seis años.

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