¿Sabías que los niños aprenden por imitación? Los niños observan y copian a sus figuras de apego. Imitan a sus padres más de lo que pensamos y, sobre todo, las palabras y los comportamientos que tenemos delante de él.
Todo lo que hagamos delante de él llamará su atención y, poco a poco, irán tomándolo como hábito, porque vendrán de parte de sus puntos de referencia más fuertes. Por eso, tenemos una gran responsabilidad en lo que a niños se refiere.

Debemos ser muy responsables con las palabras que utilizamos delante de ellos, con el tono con el que tratamos ciertos temas y también con el uso que hacemos de los dispositivos electrónicos. Los niños tomarán por bueno todo eso que venga de sus padres y, si queremos que tengan un pensamiento específico o que se comporten de determinada manera, es más que esencial predicar con el ejemplo.
No lo decimos nosotros. Aplicado al uso de las redes sociales, es la conclusión a la que ha llegado una nueva investigación liderada por expertos de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR).
Si pasas mucho tiempo en redes sociales, tus hijos también lo harán
“Los padres y madres son los principales proveedores de tecnología digital para sus hijos y, al mismo tiempo, representan el primer y más importante ejemplo de cómo usarla”, explica Beatriz Feijoo Fernández, principal autora del estudio.
Un estudio que, como decimos, ha llegado a la conclusión de que un uso excesivo de las redes sociales por parte de los padres inquietará a los hijos y tenderán a aceptar ese nivel de uso porque lo ven en sus principales figuras de apego.
Por ende, cuanto menos utilicemos las redes sociales y cuanto mejor sea el uso que hagamos de ella, menos las normalizarán nuestros hijos, aunque formen parte de su día a día actual.
“Los escolares que participaron en la investigación indicaron que la única alternativa que se les impone para reducir el tiempo de conexión es la restricción horaria que, a menudo, se torna conflictivo en la relación interfamiliar”, asegura la institución en una nota de prensa.
Una alternativa que, si tenemos en cuenta los resultados, puede resultar del todo insuficiente si los niños ven en nosotros un tiempo de uso mucho mayor al que les imponemos a ellos: cuando esa restricción horaria desaparezca, tenderán a normalizar el tiempo de uso que hayan visto en nosotros, aunque sea mayor.
¿Cómo evitar que los niños dependan de las redes sociales?
El principal hábito que deberíamos instaurar en nuestra rutina desde ya es reducir nuestro tiempo de exposición a las redes sociales. O, al menos, reducirlo el máximo posible delante de nuestros hijos, a fin de evitar que normalicen ese comportamiento.
“Los adultos deberíamos hacer un ejercicio de autocrítica y reflexionar sobre qué ejemplo estamos lanzando a los más pequeños en nuestro hogar”, afirman los autores de la investigación.
Además de este hábito, los mismos investigadores aseguran que es una buena idea interesarse por los gustos digitales de nuestros hijos. “Esto fomenta un clima de confianza que facilita que los menores compartan sus inquietudes ante una pantalla, como es el móvil, muy difícil de controlar si no lo hacemos ganándonos su confianza”, aseguran en nota de prensa.