La característica común a todos los niños con altas capacidades que primero detectan los padres

Los psicólogos especialistas en altas capacidades Olga Carmona y Alejandro Busto reflexionan sobre la capacidad memorística de los más pequeños. 
Te contamos la característica principal que tiene un niño de altas capacidades

Si eres lector habitual de Ser Padres, ya sabrás cuáles son algunos de los rasgos más comunes de los niños y niñas con altas capacidades. Sabrás también que hay distintos perfiles, y que no todos tienen que destacar en todas las facetas académicas. Pero de todas las características que son compatibles con las altas capacidades, hay una en concreto que es común a todos los perfiles, y es además una de las primeras que primero observan las familias de estos peques. Te contamos cuál es esa característica.

Te contamos la característica principal que tiene un niño de altas capacidades - Zivica Kerkez

En este post de la Asociación Española de Superdotados y con talento para niños, adolescentes y adultos (AEST), se enumeran algunos de los principales rasgos cognitivos y sociales de las personas con altas capacidades, de los cuales hemos hablado largo y tendido en distintas piezas en Ser Padres: la observación, la curiosidad, los intereses extensos, la gran capacidad de atención y para el razonamiento, el interés por temas filosóficos, la sobreexcitabilidad, la motivación intrínseca, la buena relación con las personas mayores que él o ella… Y entre esta larga lista de características, la protagonista de esta pieza: la memoria prodigiosa.

Es la capacidad memorística una de las cualidades comunes a todos los perfiles de niños y niñas con altas capacidades, y es, además, una de las primeras en ser detectada por los papás y mamás de estos peques. Incluso cuando no tienen ni idea sobre el tema, llama la atención la memoria que tienen desde pequeños y, de hecho, es este uno de los rasgos o síntomas que suele poner en alerta a las familias que no saben todavía que sus hijos tienen altas capacidades.

La memoria sensorial es una de las sensaciones que mejor desarrollan - Getty Images

Son los psicólogos Olga Carmona y Alejandro Busto, especialistas en altas capacidades intelectuales, los que se hacen eco de esta cuestión en su libro, una referencia imprescindible para quienes estén interesados en la materia, ‘Hijos con altas capacidades. El reto de educarlos’. “La memoria de los niños y las niñas con altas capacidades es una característica común a todos y una de las que los padres primero observan”, señalan los dos especialistas.

La memoria prodigiosa se manifiesta de muchas maneras: desde recordar largas listas de números hasta recitar cuentos enteros de memoria... La memoria, en su esencia, es la base del aprendizaje y el conocimiento. Los padres, siendo testigos de cómo sus hijos retienen información con una facilidad casi mágica, sienten una mezcla de orgullo, asombro y, a veces, incluso un toque de desconcierto.

Las altas capacidades se muestran de alguna forma en la capacidad fotográfica - Getty Images/iStockphoto

Así es la memoria en las altas capacidades

Explican Olga Carmona y Alejandro Busto que, a diferencia de lo que muchos adultos creemos, no es solamente una buena memoria fotográfica lo que tienen los peques con altas capacidades. Algunos expertos en la materia argumentan que la memoria prodigiosa es una extensión natural de la alta capacidad intelectual, un regalo que acompaña a la mente ágil y creativa. Otros sugieren que la capacidad para retener grandes cantidades de información está vinculada a una atención excepcional y una capacidad para procesar detalles minuciosos.

Además de fotográfica, señalan, su memoria es también sensorial, episódica, semántica y procedimental. Es sensorial por motivos obvios, ya que son personas hipersensibles en general, y es episódica porque recuerdan muchos detalles sobre “hechos que han ocurrido”, dicen Carmona y Busto. 

Con la memoria sensorial los niños y niñas con altas capacidades perciben sensaciones más intensas con estímulos y las impresiones que les producen. Estas sensaciones nos dan información a través de olores, ruidos,  sensaciones o a través del tacto de algunos elementos concretos. 

También es semántica, exponen los dos psicólogos, porque tienen muy buena memoria para “el significado y la asociación entre palabras y conceptos”, y es procedimental en el sentido de recordar “habilidades motoras necesarias para llevar a cabo una tarea”, añaden.

Según Olga Carmona y Alejandro Busto, algunos niños y niñas con altas capacidades tienen también la llamada memoria eidética, que por el nombre quizá no identifiquen muchos papás y mamás de niños y niñas con altas capacidades, pero sí cuando definamos el contexto utilizando las palabras de los dos psicólogos: “es la capacidad para recordar imágenes o sucesos con niveles de detalle muy precisos sin esfuerzo y sin usar mnemotecnia”.

Los niños con mentes prodigiosas - Getty Images/iStockphoto

Algunos ejemplos que pueden ser señales

En el apartado de su libro dedicado a la “memoria prodigiosa” de los niños y niñas con altas capacidades, Olga Carmona y Alejandro Busto ponen algunos ejemplos cotidianos que son señales que pueden indicar altas capacidades.

Por ejemplo, dicen, “que te recuerden el día que les levantaste la voz o les castigaste, aunque haga años de eso (y tú hayas preferido olvidarlo)”. Y también “la facilidad para detectar incongruencias en nuestro discurso y nuestras acciones o la increíble facilidad con la que se subieron a la bicicleta y empezaron a pedalear”, apuntan.

Además, los dos psicólogos se refieren a esos niños y niñas con altas capacidades reacios a memorizar aprendizajes, incluso si les suponen poco esfuerzo. Por ejemplo, las tablas de multiplicar. “Pueden razonar la forma de llegar al resultado y, por lo tanto, encuentran la tarea inútil u sin sentido”, explican Carmona y Busto al respecto.

Los dos expertos hacen hincapié a raíz de esta paradoja de las tablas de multiplicar que para los niños con altas capacidades, “el ‘para qué’ es tan importante para ellos como el ‘por qué’”. Y por ello, concluyen, es ayudarles a encontrar ese ‘para qué’ que les encaje. 

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  • Eugenio Manuel Fernández Aguilar