Las palabras son tan poderosas que pueden afectar positiva o negativamente, según las utilicemos. Y esto tiene doble importancia si a quien van dirigidas esas palabras es a los niños.
Está comprobado que las palabras que los padres utilicemos con ellos habitualmente les pueden afectar, tanto para bien como para mal. Además de los estudios, así lo afirma el neuropsicólogo Álvaro Bilbao en su perfil de Instagram: “Las palabras que elegimos para reconocer o corregir a nuestros hijos esconder mensajes ocultos que formará su carácter y su autoestima”.
Es esta, precisamente, la razón por la cual asegura que es muy importante tener cuidado con el tono y el lenguaje que empleamos para dirigirnos a ellos en cualquier momento y en cualquier situación.
Palabras prohibidas en casa de Álvaro Bilbao
Siguiendo con ello, y en el mismo post, el experto en neuroeducación infantil ha dejado claras cuatro palabras que, en su hogar, están totalmente prohibidas. Palabras que, aunque podamos considerar del todo inofensivas, pueden terminar por mermar la autoestima y la confianza de los más pequeños (tanto en sí mismos como en nosotros como figuras de autoridad).
- Culpa
Dice un buen amigo mío que la culpa es un sentimiento que tiene que ver más con la religión y la moral que con el buen hacer de las cosas. Y que, como tal, no debería existir.
Álvaro Bilbao va un paso más allá y explica que en su casa hay responsabilidades, pero no culpa. “Cuando alguien se equivoca, se ocupa de arreglarlo (…) cada uno es responsable de las cosas que hace, pero nunca culpable”.
Dice que tanto él como su pareja intentan educar a sus hijos para que aprendan a arreglar solos sus errores y, si es demasiado difícil, para hacerlo entre todos.
- Castigo
Los castigos también están prohibidos en casa del experto y, con ellos, la palabra que los nombran. En su hogar no se castiga y la razón la aporta aludiendo a la ciencia: “Los estudios científicos han demostrado que los castigos no ayudan a los niños a aprender y que pueden tener un efecto negativo en su autoestima”.

- Premio
Otra de las cosas prohibidas son las recompensas. Él, como otros muchos expertos, está en contra del sistema de recompensas que premia los logros de los niños. “En casa reconocemos, celebramos y felicitamos a nuestros hijos cuando sentimos que han logrado algo que era difícil, pero no les damos premios”, afirma.
Y es que, la ciencia también ha demostrado que este sistema consigue, por sí mismo, que los niños pierdan la motivación porque dejan ver el valor de hacer las cosas bien. “Dejan de sentir la satisfacción de lograr las cosas por el mero placer de superarse o ayudar a los demás”, dice Álvaro.
- Insultos
Sobra decir que un niño nunca debería recibir un insulto; pero también tenemos que intentar que ellos no los pronuncien. “A veces, a los niños se les escapa, pero siempre les recordamos que en casa no decimos cosas que hacen sentir mal a los demás”, cuenta Álvaro Bilbao.
Y recuerda, además, que sus hijos también se enfadan y se sienten frustrados, pero no lo hacen a base de dañar la autoestima del otro, que es lo que consiguen los insultos.
Si aún no sabes reconocer si tus hijos están faltos de autoestima, te dejamos este artículo donde podrás ver las diferencias entre el comportamiento de los niños que tienen una buena autoestima y los que la tienen dañada. ¡Toma nota porque es algo muy importante a tener en cuenta!