La tendencia de ridiculizar en público las altas capacidades, explicada por dos psicólogas expertas

Anaïs Rodríguez y Mari Carmen Gutiérrez, del gabinete psicológico Altascapaciqué, explican por qué existe un discurso público que ridiculiza las altas capacidades intelectuales.
Una niña, de espaldas, en el parque
Una niña, de espaldas, en el parque (RG) - Una niña, de espaldas, en el parque (RG)

Escribo estas primeras líneas como padre de una niña con altas capacidades: siento que existe una tendencia, o al menos un discurso público, minoritario pero ruidoso, que tiende a ridiculizar esta neurodivergencia en público. “Están de moda las altas capacidades”; “ahora todo el mundo tiene altas capacidades”, escucho a menudo a mi alrededor. “Qué pesados con las altas capacidades”, dicen otras voces. Y algunas, como la de un director de un periódico regional muy prestigioso en un foro educativo celebrado hace algunas semanas, van todavía más allá: “Estoy hasta el gorro de los niños con altas capacidades”, dijo durante su intervención. 

Silvia Fernández Lozano, especialista en altas capacidades y madre conviviente con esta neurodivergencia, una de las voces que divulga sobre ella en redes sociales —suyo es el listado de las asociaciones y centros especializadas en altas capacidades intelectuales en cada comunidad autónoma—, se hizo eco de estas declaraciones en su perfil de Instagram, y también lo han hecho las psicólogas Anaïs Rodríguez y Mari Carmen Gutiérrez, del gabinete psicológico Altascapaciqué, con las que aprendimos el concepto de Dragones dormidos, el término con el que una psicóloga define a los niños con altas capacidades invisibles.

“Por desgracia no es la primera vez que personajes públicos del mundo de la educación y la cultura se mofan o enjuician de forma muy dura a las AACC.[...]  Si hubiera dicho 'estoy hasta el gorro de los niños autistas', como diría mi abuela, ‘saldría en todos los telediarios’, pero parece ser que con las altas capacidades todo vale“, reflexionan.

Estas dos voces autorizadas en la materia, han utilizado estas declaraciones como percha para profundizar en lo que yo decía que, como padre de una niña con altas capacidades, también he detectado, ese discurso que ridiculiza esta neurodivergencia que tiene un 10% de la población según la ciencia.

Posibles causas de la tendencia de ridiculizar las altas capacidades

A continuación, ya sí escribiendo estas líneas como profesional de la información y dejando a un lado la faceta personal de padre de una hija con altas capacidades, profundizamos, de la mano de la opinión experta de  Anaïs Rodríguez y Mari Carmen Gutiérrez, en las posibles causas de esta tendencia a ridiculizar en público las altas capacidades

Además de una cuestión social, de boca a boca —siempre hay una corriente contraria a cualquier tema que gane protagonismo a nivel social—, que tengo la sensación (pero no la certeza) de que puede ser una razón de este discurso que ridiculiza las altas capacidades, las dos psicólogas destacan hasta tres posibles cuestiones que alimentan esta tendencia.

A continuación, las abordamos:

Envidia social

La primera razón que apuntan las dos psicólogas especialistas en altas capacidades es la envidia social. Así lo explica. “las personas con altas capacidades a menudo se perciben como ‘privilegiadas’ por su inteligencia. Esto puede generar envidia o resentimiento, ya que existe el mito erróneo de que ser más inteligente automáticamente garantiza éxito, felicidad o privilegios”

Anaïs Rodríguez y Mari Carmen Gutiérrez hacen referencia a la teoría social conocida como Síndrome de la Amapola Alta. Esta, dicen, “explica por qué las personas que destacan por sus logros y talentos, en lugar de provocar admiración, provocan odio o envidia en el resto”

Un peque jugando en casa
Un peque jugando en casa (RG)

El mito del “genio”

El segundo motivo que esgrimen es el mito del ‘genio’ —”generalmente masculino”, advierten—, esa idea alimentada desde hace décadas y muy vinculada a la superdotación de personajes históricos conocidos como Einstein, Mozart o, más reciente Steve Jobs. “Se usan como ejemplos de superdotados que lograron el éxito sin tener en cuenta las dificultades que enfrentaron”, apuntan las dos psicólogas de Altascapaciqué. 

Sobre esta idea equivocada de ‘genio’ para el perfil de altas capacidades, como una persona que no necesita ayuda o apoyo, las dos expertas señalan que ha sido creada “por la cultura popular” y que alimenta la idea de que las personas con altas capacidades no deberían quejarse ‘ya que todo les viene dado por arte de magia’, facilitando su ridiculización”

Un niño pequeño jugando solo
Un niño pequeño jugando solo (RG)

Presión social “neurotípica”

Por último, Anaïs Rodríguez y Mari Carmen Gutiérrez destacan que hay muchas ocasiones en las que las personas con altas capacidades son vistas “raras o extravagantes” porque “pueden tener intereses o formas de pensar muy diferentes a las de la mayoría”

Lo que ocurre en muchos de estos casos, concluyen las dos psicólogas especializadas en altas capacidades, que “la presión por ajustarse a lo que se considera ‘normal’ puede traducirse en burlas”

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