Dragones dormidos, el término con el que una psicóloga define a los niños con altas capacidades invisibles

Estos son los perfiles de niños con altas capacidades intelectuales que encajan dentro del concepto de “dragones dormidos””, acuñado por la doctora Linda Silverman. 
Un niño, dormido en clase

En las altas capacidades existe un problema con la identificación. Las instituciones y los centros educativos están esforzándose por elevar un porcentaje de niños y niñas identificados con esta neurodivergencia que sigue creciendo despacio. De hecho, todavía es muy inferior al 10% de la población que la ciencia dice que tiene altas capacidades, dato que solo cumple un colegio de Gijón que bate récords con un 10% de niños con altas capacidades. Esta invisibilidad de las altas capacidades afecta más a determinados perfiles que la psicóloga Linda Silverman denominó “dragones dormidos”.

Las psicólogas Anaïs Rodríguez Ruiz y María del Carmen Gutiérrez, del gabinete especializado Altascapaciqué, han recuperado el concepto de “dragones dormidos” que la doctora Silverman acuñó en su libro ‘Giftedness 101’ para visibilizar a los niños y niñas con altas capacidades que permanecían invisibles para la sociedad. “Las altas capacidades son un dragón que solo pueden ser vistas por quienes creen en los dragones”, decía Silverman.

Se trata de una metáfora llamativa y poco conocida fuera del ámbito especializado de la psicología y las altas capacidades. “En su libro, la autora describe de forma casi poética cómo no visibilizar a los alumnos con altas capacidades puede llevarlos al fracaso escolar en lugar de al éxito académico y personal”, explican las Rodríguez y Gutiérrez. “No sólo docentes, sino también padres, pueden no detectar a estos niños porque los comparamos con una idea equivocada de lo que pensamos que son las AACC”, añaden.

En el citado libro, la doctora Silverman cita y explica cuáles son los perfiles que menores con altas capacidades que tienen mayor riesgo de pasar inadvertidos y, en consecuencia, de que no sean identificados ni atendidos como tal.

Una niña estudia en su habitación - Rubén García

A continuación, partiendo del trabajo de la doctora Linda Silverman y con los apuntes de las psicólogas especializadas en altas capacidades Anaïs Rodríguez Ruiz y María del Carmen Gutiérrez, te contamos cuáles son los “dragones dormidos” de las altas capacidades:

  • Altamente dotados

Los niños y niñas con un coeficiente intelectual muy alto son el primer grupo de riesgo, según la doctora Silverman. Cuanto mayor coeficiente intelectual, más complicada puede ser la identificación. Les puede ser más difícil adaptarse a la metodología convencional y se evaden en su fantasía o se rebelan con problemas de conducta”, explican Rodríguez Gutiérrez.

  • Los altamente creativos

Son aquellos niños y niñas “que piensan ‘outside the box’ (fuera de la caja)”, menores que “pueden ser vistos como ‘raros’ o excéntricos en lugar de superdotados”, señalan las dos profesionales de Altascapaciqué.

  • Las niñas

Todavía se identifican más niños con altas capacidades que niñas, por lo que son uno de los dragones dormidos de esta neurodivergencia que describió la doctora Silverman. “Esto se debe a que la presión social que sufren las niñas para ser adaptables y la educación emocional a ser amables o no destacar demasiado hace que pasen más desapercibidas”, indican Anaïs Rodríguez Ruiz y María del Carmen Gutiérrez.

Los niños y niñas con altas capacidades y bajo rendimiento académico: Gutiérrez y Rodríguez recuerdan que “bajo rendimiento y potencial no son lo mismo, pero el mito sigue presente”. Lo que puede ocurrir con este perfil, añaden, es que “el rendimiento enmascara la alta capacidad y pueden quedar sin identificar”.

  • Los ‘homeschoolers’

Según las dos psicólogas, “aunque cuesta encontrar datos oficiales, va en aumento el número de niños y niñas que se sale del sistema educativo para ser educados en casa”. En su opinión, “habría que valorar si el sistema ha fallado por no valorarlos adecuadamente”.

Un niño se aburre en clase - Rubén García
  • Doble excepcionalidad

La doble excepcionalidad de altas capacidades intelectuales y dificultad de aprendizaje o neurodivergencia es uno de los perfiles que existen dentro de los menores con altas capacidades. La doctora Silverman también los identifica a ellos y ellas como dragones dormidos. “Hacen que se enmascare la una a la otra. Y si el potencial se evalúa prioritariamente en exámenes escritos, impide que puedan mostrarlo”, dicen sobre este perfil Anaïs Rodríguez Ruiz y María del Carmen Gutiérrez.

  • Los visoespaciales

Son aquellos niños y niñas con altas capacidades que no poseen las habilidades más valoradas en la escuela tradicional: buenos oyentes, aprendizaje secuencial, puntuales y organizados”. apuntan las dos expertas. A este tipo de peques, que la experta describe como “pequeños ingenieros”, les gustan “las actividades espaciales o mecánicas, la construcción, el diseño, la electrónica…”, agregan.

  • Los introvertidos

Otro perfil de dragones dormidos de las altas capacidades son los niños y niñas introvertidos. “Suelen ser invisibles por participar menos y el sistema educativo, así como el resto de la sociedad, tiende a premiar más a los extrovertidos”, reflexionan Anaïs Rodríguez Ruiz y María del Carmen Gutiérrez.

  • Los hermanos pequeños

Es posible que queden a la sombra de sus hermanos y hermanas mayores y sus altas capacidades pasen desapercibidas. “Silverman y otros autores constataron que solía ser el hermano mayor el que se identificaba primero en la escuela”, dicen las psicólogas de Altascapaciqué, las mismas psicólogas expertas en altas capacidades que comparten estos consejos para gestionar el agobio del verano.

  • Residentes en zonas rurales

Los peques que viven en pequeñas comunidades tienden a priorizar su encaje en ella, apunta la experta en altas capacidades, de ahí que a menudo “sacrifiquen sus habilidades para no sobresalir”, comentan Anaïs Rodríguez Ruiz y María del Carmen Gutiérrez.

  • Menor nivel económico

La relación de niños y niñas con altas capacidades no identificados es mayor entre las familias con menos recursos. “Obviamente, la falta de oportunidades dificulta su identificación”, señalan las dos expertas. 

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