El moco cervical consiste en una sustancia mucosa secretada por las glándulas que se encuentran en el cuello uterino, influenciado directamente por los diferentes cambios hormonales a lo largo del ciclo reproductivo de la mujer, cambiando tanto la cantidad como su consistencia.
La función del moco cervical es imprescindible para evitar que cualquier sustancia extraña entre en el útero a través del cuello uterino. Y, además, nutre y ayuda a que los espermatozoides puedan alcanzar el útero a través del cuello uterino.
Lo cierto es que el moco cervical fértil se convierte en una pista tremendamente útil cuando la ovulación se acerca. De hecho, cuando se produce algún cambio en el moco cervical, y adquiere una textura y consistencia determinadas, muchas mujeres lo utilizan como una señal de fertilidad.
Así, el flujo vaginal es considerado como fértil cuando tiene una apariencia similar al que posee una clara de huevo cruda. Este es considerado uno de los mejores momentos para tener relaciones sexuales cuando se desea conseguir el embarazo.
La ovulación y el moco cervical
Si bien es cierto que el moco cervical cambia a lo largo del ciclo menstrual de la mujer, cuando notas un flujo vaginal con una apariencia similar al que posee la clara de huevo, sería una señal de que se está a punto de ovular (es decir, significaría que la ovulación está cerca). Es considerado, de hecho, el tipo de moco cervical más fértil.

Esto es imprescindible, puesto que no siempre el flujo vaginal es del todo amigable con los espermatozoides. El moco cervical comienza después del período, y tiende a pasar de una consistencia pegajosa a una mucho más cremosa. Luego se vuelve acuosa, y finalmente, adquiere consistencia de clara de huevo cruda.
Una vez que la ovulación ha pasado, la progesterona hace que el moco cervical empiece a secarse, volviendo a adquirir una consistencia muchísimo más pegajosa y espesa, lo que impide que tanto los espermatozoides como cualquier otra sustancia extraña puedan llegar al útero.
Como veremos en el apartado próximo, la mujer por lo general obtendrá una secreción de clara de huevo fértil durante uno o dos días antes de ovular. Estos son considerados, precisamente, como los días de mayor fertilidad. Por lo que si se desea concebir, es imprescindible tener relaciones sexuales justo a partir del momento en el que el moco cervical adquiere esta consistencia.

Es decir, a medida que la ovulación se acerca, el moco cervical cambia de una consistencia en realidad no amigable a los espermatozoides, a una variedad muchísimo más fértil.
¿Y cuáles son las etapas por las que pasa el moco cervical a lo largo del ciclo menstrual?:
- Menstruación. En realidad, no se trata de moco cervical. Aunque, de todos modos, no podrá ser detectado cuando se esté menstruando.
- Pegajoso o seco.
- Cremoso (con una consistencia similar al de una loción).
- Húmedo y acuoso.
- Consistencia de clara de huevo cruda (el moco cervical más fértil).
- Vuelve a adquirir una consistencia seca y pegajosa.
- Nuevamente, llegaría la menstruación, otra vez.
No obstante, la mayoría de expertos coinciden en señalar que, en realidad, existen cuatro tipos de moco cervical, que irían desde el tipo 1 (considerado como el menos fértil), hasta el tipo 4 (el más fértil).
¿Cómo se ve el moco cervical cuando es fértil?
A medida que el óvulo comienza a madurar, el cuerpo comienza a producir el conocido como “moco cervical tipo 3”. Se trata de una secreción más espesa, que adquiere una apariencia cremosa, y que se siente pegajosa entre los dedos. Esta sería considerada como una señal de que se estaría entrando en el período más fértil.
Ahora, mientras el cuerpo se prepara para la llegada de la ovulación, se produce una mayor cantidad de moco cervical. Así, cuando el moco cervical pasa a ser más fértil, tendrá una apariencia clara y una consistencia elástica, similar, como ya te hemos comentado en varias ocasiones, a las claras de huevo crudas. Además, tiende a estirarse unos pocos centímetros entre los dedos, y parecerá algo más transparente.
Por tanto, justo en este momento las probabilidades de quedarse embarazadas son, ahora, dos o tres veces más altas.
Después de la ovulación empezará a producirse una menor cantidad de moco cervical, sobre todo en los días previos al comienzo del período. Lo más habitual es que el moco se vuelva pegajoso y turbio. De hecho, el moco cervical no será fértil cuando no se estire mucho (o no lo haga en absoluto).