El embarazo produce cambios en el cerebro de la mujer y, según afirma la neurocientífica Susana Carmona, probablemente, esta transformación dura para siempre. Carmona lidera el Grupo de Neuroimagen del Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Este equipo de científicos acaba de publicar un estudio en la revista Nature Neuroscience sobre la neuroplasticidad del cerebro durante el embarazo, una actualización de otro sobre el mismo tema que realizaron hace ocho años.
En el primer trabajo de campo realizado, Carmona y su equipo descubrieron que la materia gris de las mujeres embarazadas se reduce en los meses previos y posteriores al parto, aunque las causas de estos cambios siguen sin esclarecerse y continúan siendo motivo de investigación.
Sin embargo, ese estudio obtuvo una gran repercusión. La razón es que entonces se descubrió que durante el embarazo se producen cambios realmente profundos en el cerebro de las gestantes.
La investigadora puntualiza en una entrevista concedida al diario El País, que la profundidad de estos cambios es muy relevante: “Llevo muchos años haciendo estudios con diferentes patologías mentales y analizando cerebros y nunca he visto cambios tan potentes, tan marcados y consistentes como los que ocurren durante el embarazo y la maternidad”, asegura Carmona.
En esa investigación observamos que en el embarazo el cerebro de la mujer cambia y cuanto más lo hace, mejor es el vínculo con el bebé, añade la nerurocientífica.
Pero a raíz de ese descubrimiento surgieron un sinfín de preguntas de las que a día Carmona y su equipo siguen buscando respuestas. Por ejemplo, los científicos siguen indagando la similitud entre los cambios anatómicos que ocurren en el cerebro de la mujer durante el embarazo y los que ocurren en las niñas cuando pasan por la pubertad.

Respecto al reciente estudio publicado, resalta como novedad las diferencias que existen entre los diferentes tipos de parto. Han analizado los casos de 12 mujeres con cesárea programada, 11 con cesárea de emergencia y alrededor de 80 con parto vaginal.
“Las comparaciones todavía son preliminares para dar respuestas certeras”, advierte la doctora en neurociencia, pero añade que “comparando los tipos de parto hemos visto que no hay diferencia entre cesárea de emergencia y parto vaginal”
La diferencia está en la cesárea programada y el resto, apunta Carmona, porque el ambiente hormonal que durante el parto, cuando empiezan las contracciones, no tiene nada que ver con lo que pasa durante el embarazo o el posparto: “Es una situación única que si no se verifica, como ocurre en el caso de las mujeres que tienen una cesárea programada, hace que el cerebro cambie de forma diferente”
Cuanto más cambia el cerebro de la embarazada más fuerte es el vínculo con el bebé
Respecto a cómo se mide la fortaleza del vínculo entre madre y bebé según la proporción de lo que cambia el cerebro (cuanto más cambia, más fuerte es el vínculo), la neurocientífica explica que la única forma de hacer esas mediciones es mediante estudios de neuroimagen y posterior seguimiento con cuestionarios.
“No creo que la asociación sea directa (debe estar relacionada con otros factores) y tampoco es absoluta”, matiza. “No significa que si no me cambia el cerebro durante el embarazo, no voy a tener vínculo con mi bebé”, explica.
Pero todas esas preguntas que surgen respecto a si hay factores hormonales que median, cómo influye el bienestar, si hay síntomas o se padece depresión, ansiedad…Todo esto es lo que seguimos investigando y tenemos que acabar de completar, sostiene Carmona.
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