La eclampsia es una complicación grave de la preeclampsia, la cual consiste en una afección en la que se presenta presión arterial alta y posiblemente proteinuria (es decir, presencia de proteínas en la orina) durante la gestación, o después del parto. Además, también puede acompañarse de la presencia de un recuento disminuido de plaquetas, o indicadores de función renal y hepática anormales.
La preeclampsia suele ocurrir después de la semana 20 de embarazos, aunque también se han encontrado casos en los que aparece antes o incluso después del parto. Sin embargo, la eclampsia es una complicación de la preeclampsia, muchísimo más grave, que puede desarrollarse cuando no es controlada.
Si esto ocurre, la presión arterial elevada origina la aparición de convulsiones. Es lo que médicamente se conoce como crisis de eclampsia.
¿En qué consiste una crisis de eclampsia?
Una crisis de eclampsia cursa con ataques convulsivos, seguidos de coma. Las convulsiones suelen ser períodos de alteración de la actividad del cerebro, que pueden causar episodios de abstinencia, disminución del estado de alerta y las convulsiones en sí.
En lo que respecta a la propia eclampsia, se sabe que afecta a alrededor de 1 de cada 200 mujeres con preeclampsia. Es más, es posible tener eclampsia incluso aunque no se tengan antecedentes de convulsiones, ya que se trata de una complicación que surge únicamente durante el embarazo.
Los principales síntomas de la eclampsia
Es necesario tener en cuenta que, dado que la preeclampsia puede evolucionar, causando la aparición de la eclampsia, es posible tener síntomas de ambas condiciones. Suele ser muy habitual que la crisis venga precedida (o “anunciada”) con una serie de síntomas y signos de alarma.
Por ejemplo, es habitual que la futura mamá se queje de la existencia de un dolor intenso en el abdomen derecho, dolores de cabeza, mareos, problemas oculares y auditivos (como tener la sensación de que algunos insectos vuelan delante de los ojos o zumbidos en los oídos).

A continuación, descubrimos cuáles son los síntomas más habituales de la preeclampsia:
- Aumento de la presión arterial.
- Hinchazón de la cara o las manos (edema).
- Dolor de cabeza,
- Incremento de peso, sobre todo repentino y sin causa aparente.
- Náuseas y vómitos.
- Problemas de visión (por ejemplo, episodios de pérdida de visión o visión borrosa).
- Dolor abdominal, sobre todo en la parte superior derecha del abdomen.
Además, las embarazadas con eclampsia pueden presentar estos síntomas, o estar completamente asintomáticas antes del comienzo de la eclampsia. Pero, ¿cuáles son los síntomas más comunes de la eclampsia? Toma nota:
- Ataques de epilepsia.
- Pérdida de la conciencia.
¿Cuáles son las causas de las crisis de eclampsia?
Es muy común que, a menudo, la eclampsia siga a la preeclampsia, la cual se caracteriza por presión arterial elevada, que ocurre durante la gestación. Además, también pueden estar presentes otros hallazgos, como proteína en la orina.
Si la preeclampsia empeora, llegando a afectar al cerebro, es cuando finalmente aparecen las convulsiones, y, con ellas, se termina desarrollando la eclampsia.
Si bien es cierto que los médicos no saben con certeza cuál es la causa concreta que origina la aparición de la preeclampsia, sí se cree que la placenta podría tener mucho que ver, especialmente cuando existe una una formación y función anormales.
Según parece, esto podría explicar cómo los síntomas de la preeclampsia pueden acabar conduciendo a la eclampsia.