La obesidad en adolescentes no solo afecta al cuerpo: nuevo estudio revela que también altera el desarrollo del cerebro

Estudio reciente revela que la obesidad en adolescentes afecta regiones cerebrales clave como el hipocampo y la amígdala. Estas alteraciones podrían impactar la memoria, las emociones y aumentar el riesgo de enfermedades cognitivas a largo plazo.
La obesidad en adolescentes no solo afecta al cuerpo, nuevos estudios revelan que también altera el desarrollo del cerebro
Adolescentes con obesidad abdominal muestran un hipocampo un 6,6% más grande y una amígdala un 4,3% más grande, lo que podría impactar el aprendizaje y las emociones. Fuente: iStock (composición ERR).

Cada vez más investigaciones apuntan a que la obesidad durante la adolescencia no solo afecta la salud física. Nuevos estudios revelan que el exceso de grasa corporal, especialmente en la zona abdominal, está asociado con cambios estructurales en regiones cerebrales clave para la memoria, el aprendizaje y la regulación emocional.

En los últimos 30 años, la prevalencia de obesidad infantil y adolescente ha aumentado de forma alarmante. Lo que antes era una preocupación centrada en la salud metabólica, ahora se extiende al ámbito neurológico. Un nuevo estudio presentado en el Congreso Europeo de Obesidad 2025 (ECO 2025) ha revelado que los adolescentes con obesidad abdominal presentan agrandamiento de estructuras cerebrales implicadas en la memoria y la regulación emocional.

Y esto ocurre en un contexto donde la obesidad en adolescentes no solo se expande geográficamente, sino también intergeneracionalmente, como lo demuestra el más reciente informe publicado en The Lancet sobre la evolución del sobrepeso hasta 2050.

Una epidemia creciente que compromete el desarrollo cerebral

Actualmente, más de 15 millones de niños y niñas de entre 5 y 14 años en EE. UU. viven con sobrepeso u obesidad. La proyección para 2050 es aún más alarmante: 43,1 millones de personas menores de 25 años tendrán exceso de peso si no se toman medidas contundentes. Pero el nuevo foco de atención no está solo en el peso corporal: está en el cerebro.

Según los resultados del estudio liderado por el Dr. Augusto César F. De Moraes, de la Universidad de Texas, adolescentes con obesidad abdominal presentan un hipocampo un 6,6% más grande y una amígdala un 4,3% más grande que sus pares sin obesidad.

Ambas regiones están asociadas con funciones cognitivas esenciales como el aprendizaje, la memoria y el manejo de emociones como el miedo, la ansiedad o la ira.

La inflamación causada por el exceso de grasa corporal podría estar detrás de estos cambios. En un cerebro en desarrollo, tanto el crecimiento insuficiente como el crecimiento excesivo pueden representar un riesgo, advierten los autores.

La obesidad en adolescentes no solo afecta al cuerpo, nuevos estudios revelan que también altera el desarrollo del cerebro
La amígdala, clave en la regulación emocional, se agranda en jóvenes con mayor grasa abdominal, lo que podría explicar una mayor reactividad emocional. Fuente: iStock (composición ERR).

Obesidad, desigualdad y salud cerebral: una combinación tóxica

No se trata solo de biología. El estudio también encontró que los adolescentes que viven en zonas con menor acceso a educación, espacios verdes o alimentos saludables presentaban una menor maduración cerebral.

Y lo más preocupante: los efectos eran más marcados en quienes también tenían obesidad abdominal persistente.

Esto se midió con el Child Opportunity Index, que evalúa la calidad del entorno donde crecen los menores. Las diferencias entre adolescentes de contextos más y menos favorables reflejan cómo la desigualdad social y económica intensifica el impacto de la obesidad en el cerebro.

"Esto es particularmente alarmante, dado que la adolescencia es un momento tan importante para el desarrollo cerebral", dijo el investigador principal Dr. Augusto César F. De Moraes de la Escuela de Salud Pública de Houston.

Una tendencia con consecuencias globales

"Nuestros hallazgos sugieren que la obesidad, particularmente la obesidad abdominal, puede perjudicar el aprendizaje, la memoria y el control emocional de los adolescentes. Me preocupa cómo estos cambios, que están ocurriendo a la edad de 13 o 14 años, podrían afectarlos más adelante en la vida", dijo Moraes.

"Incluso existe la posibilidad de que tengan un mayor riesgo de problemas de memoria o demencia a medida que envejecen".

El informe de The Lancet, elaborado por el grupo GBD 2021 US Obesity Forecasting Collaborators, ofrece un panorama integral del problema. Solo en 2021, más del 50% de los adolescentes en algunos estados como Mississippi o Alabama vivían con sobrepeso u obesidad. Y para 2050, se proyecta que al menos uno de cada tres adolescentes y dos de cada tres adultos en EE. UU. tendrá obesidad.

Entre 1990 y 2021, la prevalencia de obesidad en adolescentes mujeres aumentó un 186%, y en varones un 158%. Estas cifras son consistentes con el hallazgo del estudio neurológico, donde se observó que los efectos cerebrales eran más pronunciados en jóvenes de entre 13 y 14 años.

Gráfico estudio
Prevalencia de la obesidad en función del sexo, por grupos de edad. Fuente: The Lancet.

¿Qué significa tener un hipocampo más grande por obesidad?

Aunque podría parecer beneficioso tener estructuras cerebrales más grandes, los expertos aclaran que no se trata de un signo de mayor capacidad cognitiva. En realidad, este aumento puede estar relacionado con procesos inflamatorios y cambios neurobiológicos que afectan negativamente la función cerebral.

La amígdala agrandada en adolescentes con obesidad también podría explicar por qué estos jóvenes tienden a experimentar más ansiedad, irritabilidad o reacciones emocionales intensas, afectando sus relaciones y desempeño escolar.

En el caso del hipocampo, un aumento de volumen asociado a la obesidad abdominal podría implicar una activación anómala de los circuitos involucrados en la consolidación de la memoria y la regulación del estrés. Estudios previos han sugerido que este tipo de crecimiento atípico puede deberse a la exposición prolongada a niveles elevados de cortisol y otros mediadores inflamatorios, lo que altera el desarrollo sináptico normal.

Esta alteración estructural podría comprometer la capacidad de los adolescentes para retener información, organizar pensamientos o responder de forma adecuada a situaciones de presión emocional.

El momento crítico: intervenir en la adolescencia para proteger el futuro

Las investigaciones coinciden en que la adolescencia es una ventana clave para la prevención. Las tendencias actuales muestran que la obesidad empieza a desarrollarse cada vez más temprano y, sin intervención, tiende a mantenerse en la vida adulta, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes e incluso demencia.

El Dr. De Moraes advierte que los cambios cerebrales observados podrían tener efectos a largo plazo en la memoria y la salud mental. Por eso, aboga por promover hábitos saludables desde etapas tempranas, no solo para prevenir enfermedades físicas, sino también para preservar la salud cognitiva y emocional.

"Es por eso que creemos que apoyar hábitos más saludables desde el principio es tan importante, no solo para la salud física, sino también para la salud cerebral", añadió Moraes.

"Tratar y prevenir la obesidad adolescente no solo mejorará la salud, sino que también puede mejorar la salud cerebral".

La obesidad en adolescentes no solo afecta al cuerpo, nuevos estudios revelan que también altera el desarrollo del cerebro
Más del 34 % de los adolescentes del estudio presentaban obesidad abdominal, un factor asociado con cambios estructurales cerebrales y posibles efectos a largo plazo. Fuente: iStock (composición ERR).

Un enfoque integral para frenar la epidemia

Los hallazgos de estos dos estudios plantean un desafío urgente: no basta con tratar la obesidad como un problema estético o físico. Sus efectos alcanzan el núcleo del desarrollo cerebral y emocional de los jóvenes.

Para revertir esta tendencia, se necesita una respuesta multisectorial que incluya políticas públicas, regulación del entorno alimentario, promoción del ejercicio, equidad social y acceso a tratamientos efectivos y seguros.

En palabras de los investigadores: no solo se trata de salud física, también puede ser una inversión clave para proteger su capacidad de aprender, recordar y construir relaciones sanas a lo largo de toda su vida.

Referencias

  • GBD 2021 US Obesity Forecasting Collaborators. National-level and state-level prevalence of overweight and obesity among children, adolescents, and adults in the USA, 1990–2021, and forecasts up to 2050. Lancet. 2024;404(10469):2278–2298. doi:10.1016/S0140-6736(24)01548-4

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