Un estudio alerta: tener hígado graso aumenta el riesgo de parto prematuro aunque no haya obesidad

Una investigación sueca revela que el hígado graso en mujeres embarazadas triplica el riesgo de parto prematuro, incluso sin obesidad ni antecedentes familiares.
Una mujer embarazada observa con serenidad una visualización digital del hígado, símbolo de la conexión entre salud materna y desarrollo fetal.
El embarazo exige mirar más allá del peso: el hígado puede ser una pieza clave en la prevención de complicaciones (Midjourney - RG) - Una mujer embarazada observa con serenidad una visualización digital del hígado, símbolo de la conexión entre salud materna y desarrollo fetal.

Puede que no asocies el hígado graso con algo que pueda afectar al embarazo. Quizá sí, porque has leído alguna publicación científica al respecto… o, simplemente, porque eres un poco hipocondriaca. Sea como sea, lo cierto es que un nuevo estudio publicado en eClinicalMedicine que ha puesto el foco sobre una condición cada vez más común, la enfermedad hepática asociada con disfunción metabólica (MASLD, por sus siglas en inglés). advierte de que tener hígado graso aumenta el riesgo de parto prematuro aunque no exista un cuadro de obesidad.

La investigación, realizada en Suecia con más de 1.300 nacimientos, demuestra que tener hígado graso antes o durante el embarazo puede multiplicar por más de tres el riesgo de tener un parto prematuro. Lo más llamativo del hallazgo es que este riesgo no depende de si la mujer tiene obesidad o antecedentes familiares. Es decir, puede afectar a mujeres que, a simple vista, parecen sanas o, por lo menos, en un peso saludable para sus características. 

En un momento en el que la obesidad y la diabetes tipo 2 crecen a nivel global, y con ellas el diagnóstico de MASLD, los autores del estudio piden una revisión urgente de los protocolos de atención prenatal porque, advierten, el hígado graso debería considerarse una condición obstétrica de alto riesgo.

El hígado graso, una afección silenciosa, puede influir en el riesgo de parto prematuro incluso en mujeres sin obesidad.
El hígado graso, una afección silenciosa, puede influir en el riesgo de parto prematuro incluso en mujeres sin obesidad (midjourney - RG)

El 16,7% de los partos en mujeres con MASLD fueron prematuros

El trabajo, liderado por Carole A. Marxer (Karolinska Institutet), se basó en datos del sistema sanitario sueco entre 1992 y 2017. Se incluyeron 240 nacimientos de mujeres con MASLD confirmado por biopsia hepática y se compararon con 1.140 nacimientos de mujeres sin enfermedad hepática conocida, emparejadas por edad, año y paridad.

Los resultados son contundentes: el 16,7% de los partos en mujeres con MASLD fueron prematuros, frente al 4,7% en el grupo de referencia. El riesgo ajustado (aOR) fue de 3,41 (IC 95%: 1,98–5,88). Incluso al comparar solo con mujeres con sobrepeso u obesidad sin MASLD, el riesgo se mantuvo elevado (aOR = 4,60).

Se analizó además si la gravedad del MASLD (simple esteatosis vs. formas más avanzadas como MASH o cirrosis) influía en los resultados, y no se halló un aumento significativo con la severidad. También se repitió el análisis solo entre hermanas, para eliminar el factor genético compartido, y los datos siguieron siendo consistentes.

El estudio también señala un aumento del riesgo de cesárea de emergencia (aOR = 1,90), pero sin aumento de complicaciones como muerte neonatal o malformaciones congénitas.

Fig. 1. Diagrama de flujo de la inclusión en la cohorte. Abreviaturas: MASLD, enfermedad hepática esteatótica asociada a disfunción metabólica; MASH, esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica.
Fig. 1. Diagrama de flujo de la inclusión en la cohorte. Abreviaturas: MASLD, enfermedad hepática esteatótica asociada a disfunción metabólica; MASH, esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica.

Implicaciones para la salud de la madre y el bebé

La principal aplicación de este hallazgo es clara: el hígado graso debe entrar en el radar de la salud preconcepcional y prenatal. A día de hoy, los protocolos suelen centrarse en diabetes, hipertensión o infecciones, pero raramente incluyen pruebas hepáticas específicas.

Sabiendo que el MASLD puede afectar a hasta el 10% de mujeres en edad fértil, y que muchas no tienen síntomas, el diagnóstico precoz puede marcar la diferencia. Esto incluye a mujeres sin sobrepeso, ya que el riesgo no se explica solo por el IMC, como ya demuestra esta investigación sueca.

Desde el punto de vista pediátrico, las implicaciones del estudio son obvias, ya que se conocen muy bien los riesgos que implica para el bebé el nacimiento prematuro. Es de sobra conocido que los partos prematuros están ligados a mayores tasas de problemas respiratorios, neurológicos y de desarrollo. Un parto a las 35 semanas no es lo mismo que a término, aunque el bebé pese lo mismo. Por eso, todo lo que ayude a prevenir partos prematuros se considera clave en salud infantil.

Además, el estudio abre la puerta a explorar si hijos e hijas de madres con MASLD tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas en el futuro. Algunos trabajos ya sugieren que el entorno intrauterino influye en el "programa metabólico" del bebé, algo que hemos comentado en otros artículos de Ser Padres como este sobre la relación madre-bebé durante el embarazo

Fig. 2 Diagrama de bosque de los resultados del embarazo y el parto para todos los partos en mujeres con MASLD frente a los partos en mujeres de referencia sin MASLD conocido.
Fig. 2 Diagrama de bosque de los resultados del embarazo y el parto para todos los partos en mujeres con MASLD frente a los partos en mujeres de referencia sin MASLD conocido.

En conclusión, este estudio pone el foco en una condición silenciosa pero cada vez más frecuente, que el hígado graso se considere un factor de riesgo obstétrico permitiría identificar embarazos de riesgo antes de que aparezcan complicaciones. También puede ayudar a explicar partos prematuros en mujeres sin factores clásicos de riesgo.

Incorporar pruebas de función hepática en las revisiones previas al embarazo podría ser un cambio relevante. Y abrir nuevas líneas de investigación sobre la salud a largo plazo de madres e hijos.

Porque a veces, lo que no se ve ni se siente, como el hígado graso, también importa cuando está en juego el comienzo de una nueva vida y la salud de la vida de la mujer gestante.

Referencias

  • Carole A. Marxer, Fahim Ebrahimi, David Bergman, Jiangwei Sun, Hannes Hagström, Marcus Thuresson, Olof Stephansson, Jonas F. Ludvigsson. Adverse pregnancy and birth outcomes in women with biopsy-proven MASLD: a nationwide cohort study. eClinicalMedicine, 2025. DOI: 10.1016/j.eclinm.2025.103238

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