Peritonitis aguda en niños: señales y síntomas de alarma
Aunque poco común en niños, la peritonitis es una afección médica grave, que requiere una atención médica inmediata, sobre todo a la hora de prevenir posibles complicaciones.
Se estima que el dolor abdominal agudo representa cerca del 9 por ciento de las visitas al consultorio de atención primaria infantil. Por lo que dependiendo de los síntomas que surjan, la intensidad de los mismos y el orden en el que se producen, unido a la edad del pequeño o del adolescente, pueden ser de enorme ayuda a la hora de diagnosticar la posible existencia de una peritonitis, en particular si en lugar de ser un dolor abdominal agudo crónico e intermitente, se desarrolla solo en ese momento puntual.
Es lo que ocurre, por ejemplo, cuando surgen primero vómitos y dolor abdominal, y posteriormente fiebre. Pero los síntomas de la peritonitis pueden abarcar muestras otras señales más, por lo que es necesario conocerlos, dado que la peritonitis aguda es considerada como una afección grave si no es tratada a tiempo, especialmente por el riesgo de sepsis abdominal y otras complicaciones relacionadas.
¿Qué es la peritonitis?
El peritoneo es una capa delgada de tejido que cubre el interior del abdomen, y la mayoría de los órganos. La peritonitis, por tanto, consiste en la inflamación de esta capa delgada, la cual suele ser el resultado de una infección bacteriana o micótica.
Se trata, como te hemos comentado, de una afección grave que requiere de atención médica inmediata, dado que la infección puede propagarse y poner en peligro la vida del niño, sobre todo si no es tratada a tiempo. Y aunque en ocasiones la cirugía puede ser necesaria con el fin de eliminar el tejido infectado, en la mayoría de las ocasiones se necesitan antibióticos por vía intravenosa.
Fundamentalmente existen dos tipos de peritonitis:
- Peritonitis bacteriana espontánea. Es el resultado de una infección del líquido presente en la cavidad peritoneal. Tanto la insuficiencia hepática como la insuficiencia renal suelen ser dos causas relacionadas de esta afección.
- Peritonitis secundaria. Por lo general es una afección que se debe a una infección, la cual se ha propagado desde el tracto digestivo. Consiste en el tipo más común, causada habitualmente por la perforación de un órgano en el abdomen.
¿Cuáles son sus síntomas?
Los síntomas varían dependiendo de la causa subyacente que haya originado la afección, pero existen una serie de signos o señales comunes que pueden alertar al médico de la posible existencia de una peritonitis. Estos incluyen:
- Dolor en el abdomen, el cual se vuelve más intenso con el tacto o al moverse.
- Sensibilidad abdominal.
- Distensión abdominal.
- Vómitos y náuseas.
- Diarrea o estreñimiento.
- Producción mínima de orina.
- Pérdida del apetito o anorexia.
- Sed excesiva.
- Fiebre y escalofríos.

Síntomas de la peritonitis aguda en niños
Al tratarse de una afección grave, si se tienen síntomas que pueden estar relacionados con la peritonitis es de vital importancia buscar atención médica de inmediato, dado que retrasar el tratamiento puede poner en riesgo la vida del pequeño (o, en definitiva, de la persona afectada).
El médico llevará a cabo un examen físico completo, y tendrá en cuenta el historial médico del paciente. El examen físico incluirá presionar o tocar el abdomen, lo que causará cierta molestia, sensibilidad y dolor.
También es posible que se practiquen determinadas pruebas médicas, como por ejemplo un análisis de sangre (conocido como recuento sanguíneo completo, en el que se mide el recuento total de los glóbulos blancos), así como pruebas de imagen, como rayos X o tomografías computarizadas.
Cómo es el tratamiento de la peritonitis
Dependiendo de la causa subyacente que haya originado la aparición de la peritonitis, el tratamiento dependerá. No obstante, por lo general incluye la administración de antibióticos, con el fin de combatir posibles infecciones, y medicamentos para disminuir el dolor.
En función de la gravedad de los síntomas, y de si la afección está o no avanzada, es posible que sea necesaria una cirugía para la extracción del tejido infectado, particularmente si los intestinos se encuentran infectados, el apéndice se ha inflamado, o existe un absceso.
¿Qué complicaciones se pueden producir?
Si no se trata en el menor tiempo posible, la infección puede acabar ingresando en el torrente sanguíneo, produciendo sepsis, lo que puede acabar dañando a otros órganos y causar conmoción, entre muchos otros síntomas. Consiste, de hecho, en una complicación que puede llegar a ser fatal.
Además, se pueden producir otras complicaciones, como encefalopatía hepática, síndrome hepatorrenal, absceso intraabdominal, intestino gangrenoso, adherencias intraperitoneales y shock séptico.