En España, a diferencia de otras disciplinas menores que son poco conocidas, casi todo el mundo sabe lo que es el waterpolo. Ayuda que España, primero en categoría masculina y en la historia reciente también en categoría femenina, sea una potencia mundial de este deporte olímpico, y también el hecho de que a todos, pequeños y mayores, nos gusta jugar con una pelota en verano dentro del agua.
Esto hace que por lo menos el concepto y el objetivo del juego se tenga más o menos claro: marcar goles en la portería contraria en un partido que se juega entre dos equipos en una piscina. Los detalles normativos más específicos, en cambio, son menos conocidos porque no es un deporte de masas. A grandes rasgos, porque no es lo que nos ocupa en estas líneas, te contamos que juegan siete jugadores por equipo (seis más el portero) y que un partido se divide en cuatro tiempos de 8 minutos. Se pueden hacer cambios libres y hay penalizaciones que son temporales que pueden dejar a un equipo en inferioridad momentáneamente. Si quieres profundizar en ello, te recomendamos este link de la Real Federación Española de Natación.
Sí nos ocupa en esta pieza la relación que esta disciplina tiene con los niños. Y es que, al contrario de lo que pueda parecer, los peques sí pueden jugar al waterpolo como actividad extraescolar. Lógicamente, no abundan los espacios para ello porque se requiere, entre otros aspectos, unas instalaciones acuáticas aptas para ello, pero la posibilidad es real.
De hecho, clubes históricos como el Real Canoe de Madrid tienen abierta no solo una escuela infantil de waterpolo, sino también una miniescuela en la que los niños de 6 a 8 se pueden iniciar en este deporte acuático que es ideal para combinar con la natación.
Beneficios de su práctica
Aunque no profundiza tanto en la técnica de nado como esta, el waterpolo les ayuda a los peques a dominar el medio acuático. Eso por descontado. Pero es que además cuenta con virtudes propias de los juegos de equipo, como por ejemplo el desarrollo de habilidades sociales, el trabajo en equipo, la comunicación o la solidaridad con el compañero, por no hablar del juego limpio, pilar fundamental del deporte infantil.
Además, el waterpolo ofrece ventajas importantes a nivel físico y mental porque se trata de un deporte exigente. Por un lado, potencia la resistencia en los críos de una forma muy concreta, muy poco lesiva además, gracias a que los impactos en el agua no tienen nada que ver con la agresividad que caracteriza a los deportes que no son acuáticos.
Por otro, incrementa la fuerza de quien lo practica, tanto en el tren inferior -los adultos juegan, lógicamente, sin hacer pie, mientras que en edades infantiles el aprendizaje en este sentido es progresivo-, y también mejora la coordinación y la orientación porque es un deporte que requiere de ambas cuestiones en gran medida para alcanzar el éxito. al jugarse en el agua, los jugadores se ayudan del color de los gorros y los bañadores, pero es complicado controlar todas las variables del juego, incluida la visión periférica del campo, muy dificultada por el papel del agua, no solo del equipo rival.