¿Tus hijos usan filtros para hacerse fotos? Conoce qué es la dismorfia y cómo les puede afectar

Es bastante probable que a estas alturas te hayas cruzado con unas cuantas fotos con filtros, que tú los hayas utilizado o que hayas visto a tus hijos usarlos. No es nada malo mientras no se caiga en la obsesión por esa imagen irreal. Conoce qué es la “dismorfia de Snapchat”.
niñas

Seguro que los has visto o incluso los has utilizado: los famosos filtros de Instagram, Snapchat, TikTok, o cualquier aplicación con la que hacer fotos. Usarlos no tiene por qué ser nada malo si tenemos la suficiente madurez para no obsesionarnos con esa apariencia ficticia, pero… ¿Qué hay con los niños o los adolescentes? La realidad es que puede afectarles y en un alto grado pueden llegar a padecer la llamada “dismorfia de Snapchat”.

La “dismorfia de Snapchat”

Todos sabemos que las redes sociales nos aportan multitud de ventajas, podemos mantener el contacto a distancia, difundir proyectos, así como acceder a noticias o multitud de contenidos. No obstante, también tienen una cara negativa que puede afectar a los usuarios más vulnerables, los niños y adolescentes. Esto se debe a que pueden experimentar complejos debido a ellas. En este caso hablamos de una de sus opciones: hacerse fotos con filtros.

Los filtros son efectos digitales que normalmente eliminan arrugas, hacen los labios voluminosos y los ojos grandes y reducen la nariz, entre otras muchas posibilidades. Es decir, que crean una nueva apariencia idílica. El problema está cuando una persona se obsesiona con esa imagen virtual y acaba odiando su aspecto real. En los casos más graves, se dice que padecen “dismorfia de Snapchat”.

El término no aparece como tal en ningún manual médico, pero sí que se relaciona con el trastorno dismórfico corporal (TDC) que se encuadra dentro del trastorno obsesivo compulsivo. Por lo general, las personas que lo padecen están siempre preocupadas por un defecto casi inexistente de su físico.  

Consejos para evitar que tu hijo caiga en el problema

Si quieres evitar que tus niños caigan en la versión negativa de las redes sociales, y que aumente el riesgo de padecer un trastorno como este, mira estos consejos:

Háblale del lado negativo y del peligro de la obsesión

Explícale que estas nuevas opciones de los filtros son divertidas y no tienen que ser peligrosas. Eso sí, dile que no es la realidad y que no debe obsesionarse con su imagen ni con la imagen ficticia que se crea usándolos. Asimismo, recuérdale que muchas veces lo que se ve en redes no es tan real, ni feliz como parece. Menos cuando se trata de gente muy famosa que realmente no conoce.

Establece límites de uso de los dispositivos

Que tu hijo consulte las redes no tiene por qué ser algo perjudicial mientras lo haga de manera saludable. Dile a tu hijo que estar demasiado tiempo conectado a ellas puedes acabar teniendo repercusiones negativas en muchos ámbitos de su vida, tales como en sus actividades diarias y en su rutina de sueño. Si crees que no le va a ser fácil cumplir por sí solo con un horario, establece tú unos límites de uso de esta tecnología.

Por otro lado, si tu hijo aún es muy pequeño, es decir, si todavía no ha alcanzado un buen grado de madurez, puedes hacer una revisión periódica de sus cuentas en redes, para que así tenga más cuidado de las personas a las que sigue o de los comentarios que hace.

Estimula su autoestima

Hay personas a las que utilizar filtros como estos no les afecta en absoluto psicológicamente, de hecho, así debería ser siempre. No obstante, puede haber perfiles más sensibles que sí que se ven afectados, y es que, el problema llega cuando aparece la obsesión.

Normalmente, si un niño tiene más estima por sí mismo y se siente a gusto con su apariencia física, hay menos riesgo hay de que las redes sociales le influyan. Por eso, lo que debes hacer es fortalecer su autoestima, para ello recuérdale que le quieres tal y como es y de que estás orgulloso de él.

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