El consejo por el que me di cuenta de que lo que más me enfadaba de mis hijas era una tontería
Si sientes que te enfadas más de lo que te gustaría, este sencillo consejo puede que te enseñe algo importante de cara a tu manera de ver y afrontar la crianza de tus hijos e hijas.
Como padre de dos peques que soy, pierdo mi equilibrio emocional de forma más o menos habitual. No por ellas, ni mucho menos, sino por el cansancio físico y mental que es el reto de la crianza cuando se suman factores como el laboral a la ecuación. Al final, si reflexionas sobre por qué te has enfadado o has hablado peor de cómo te gustaría a las peques, uno de se da cuenta de que en muchos casos coincidía con un día donde el vaso estaba ya lleno por otras circunstancias. Y si uno revisa ejemplos concretos y piensa en ellos, al menos a mí me pasa cuando lo hago, acabo cayendo en la cuenta de que muchos de esos cabreos o desequilibrios emocionales a raíz de algo que hayan hecho mis hijas eran totalmente evitables. No tenía mayor importancia.
Lo difícil en estos casos, y más si tu vida es de esas cuyo ritmo te arrastra hacia el futuro sin dejarte apenas paladear el presente (como para pararse a pensar en el pasado, ¿verdad?) es tener ese momento de paz para analizar episodios pasados con tus hijos e hijas que te hubiera gustado que se desarrollaran de otro modo. Si te cuesta hacerlo, o si simplemente pasas por una de esas épocas en las que tienes la sensación de que te pasas el día con el “no” en la boca, entrando en acción en todas las “batallas”, quizá te ayude este consejo que recibí hace no mucho y que me ha resultado de gran ayuda a nivel mental para reenfocar el día a día con mis hijas.
Haz una lista de las cosas que más te enfadan
La cuestión es muy sencilla: yo la aprendí después de asistir a una charla con expertos del PEAC —Programa de Enriquecimiento para el Alumnado de Altas Capacidades de la Comunidad de Madrid—. Uno de los ponentes en la misma compartió una reflexión: “la mayoría de los enfados de los adultos con sus hijos e hijas ocurren por cosas que no tienen la menor importancia”. Y recomendó algo tan sencillo como apuntar en una lista cuáles son aquellas actitudes o hábitos de nuestros peques que más nos enervan.
Lo hice, no con mucha fe en la actividad. Pensando en que de qué me podría servir hacerlo si yo ya soy consciente de lo que me molesta o enfada. Pero no es lo mismo saberlo, tener conciencia de ello, que ponerte delante de un espejo, que en este caso es un papel donde escribes tu lista, para percatarte realmente de lo que está ocurriendo.
Y, efectivamente, una vez escribes la lista, te das cuenta de que los primeros puestos están ocupados por cuestiones tan absurdas como que no anden descalzas por casa, por citar un ejemplo. Es más, en muchos casos, como es el citado de las zapatillas de estar por casa, ni siquiera tenemos todos los argumentos de nuestra parte para exigirles que ese hábito lo lleven a cabo como nosotros queremos —son muchos los especialistas que insisten en las ventajas de andar descalzos en casa—.
Tardas 10 minutos en hacerlo
Puede parecer absurda la recomendación, pero a menudo lo más sencillo y simple es también lo más efectivo. Así que, por si puede ayudarte cómo lo hizo en mi caso, comparto contigo este truco, consejo o sencilla actividad que puedes hacer cuando sientas que te estás enfadando demasiado y no te gustaría que así fuera.
Es más, te ánimo a rellenar tu lista incluso aunque estés satisfecho de tu manera de afrontar la paternidad/maternidad y la forma de comunicarte con sus hijos e hijas pequeños. Estoy seguro de que algún aprendizaje obtendrás de los 10 minutos que le vas a dedicar.