Doce consejos que puedes enseñar a los niños sobre el lenguaje corporal de los perros para que se relacionen de forma segura
La especialista canina Victoria Stilweel profundiza en el cerebro y comportamiento de los perros en el libro ‘El lenguaje corporal de los perros’, del que se pueden extraer consejos y aprendizajes que enseñar a los niños.
La relación entre los perros y los seres humanos es estrecha, y como ocurre en las relaciones entre nosotros y nosotras, es fundamental que se rijan por unos códigos de conducta, valores y conocimientos que mejoren y faciliten dichas relaciones. Pasa también con los perros y las personas, y por eso es importante enseñar a los niños las claves del lenguaje gestual de los canes. Sobre todo, todo aquello que esconde el lenguaje corporal de estos animales que pueda ayudar a los niños a relacionarse de forma segura y respetuosa con ellos.
En su libro El lenguaje corporal de los perros (Pinolia), Victoria Stilweel, estrella del programa It´s Me or the Dog de Animal Planet, profundiza en todo lo que esconde el lenguaje corporal de los perros, descifrando la mente de estos animales desde un punto científico y también experiencial debido a su larga trayectoria trabajando con los perros.
“La relación entre humanos y caninos se ve reforzada por la capacidad de los perros para leer los gestos comunicativos de los humanos, así como por su sensibilidad a nuestras emociones”, explica la autora. “Al igual que los humanos, los perros se comunican consciente e inconscientemente, utilizando señales corporales y vocales que reflejan lo que piensan y sienten. Estas señales comunican la intención y garantizan la seguridad personal de los perros ya que afectan al comportamiento de los demás”, añade antes de entrar en detalles sobre el amplio significado del lenguaje corporal de los perros.

Niño y perro (Foto: Unsplash)
En lo que respecta a la relación entre perros y niños, el libro de Victoria Stilweel es una fuente de información completísima porque se pueden obtener de él numerosos aprendizajes y enseñanzas útiles que podemos trasladar a los peques. Te recomendamos leerlo con detenimiento para encontrar aquellas claves que consideres más interesantes trabajar con tus hijos, pero te dejamos una selección de lo mucho que puedes aprender de El lenguaje corporal de los perros para que tus hijos se relacionen de forma segura con estos animales.
Dominancia
Para los perros, la jerarquía es importante en sus relaciones. En cambio, explica Victoria Stilweel, “suelen utilizar el lenguaje dominante para desescalar una situación social”. Por eso, en casa es recomienda aplicar un “orden social saludable para evitar el conflicto”, un orden que sea “flexible” en función de las necesidades de cada perro. Desde el prisma de los niños, es interesante explicarles que la jerarquía no es mala a la hora de relacionarse con los perros, pero siempre aplicando una “filosofía de adiestramiento positivo”, que implica no utilizar técnicas propias del miedo con ellos.
El tono de sus ruidos
Un consejo muy útil para enseñar a los niños que aporta Victoria Stilweel en su libro es lo que denomina “Idioma perro”. A modo esquemático, simplificado, perfecto para que los peques lo entiendan, indica que los tonos altos de los perros es que están “excitados, cariñosos y juguetones”, que los tonos medios son “señales cotidianas como ‘aquí’” y que los tonos bajos son sinónimo de seriedad. Estos los suelen usar con moderación.
Emociones
Tan importante como enseñarles el lenguaje corporal de los perros a los niños es que sepan que estos animales, según Victoria Stilweel, “pueden sufrir problemas emocionales similares a los de las personas, como ansiedad, depresión, miedos y fobias, ira, obsesiones, compulsiones y una amplia gama de problemas relacionados con el estrés”
Celos
Un perro expresa celos “cuando “vigila los recursos y el espacio, monopoliza la atención de una persona o se pelea con sus ‘hermanos’”, señala la escritora. “Es muy común que un perro se empuje entre compañeros de abrazo o que invada el espacio de otro perro que está siendo acariciado. De hecho, la presencia de cuidadores humanos puede provocar peleas entre perros”, añade.

Niño y perro
Culpa
Aunque utilicemos la palabra culpa para describir el comportamiento determinado de un perro cuando se agacha y ofrece señales de sumisión, la autora dice que “los científicos creen que estas señales de sumisión no son en absoluto de culpabilidad, sino la forma que tiene el perro de apaciguar el enfado de una persona, aunque no sepa lo que ha hecho ni por qué está enfadada”. Es lo que denomina Stilweel “lenguaje de apaciguamiento”.
La importancia del tacto
Para los perros, el tacto se desarrolla desde el nacimiento, de ahí que estén en permanente contacto con sus madres desde que son cachorros a los que llenan de lametones. Pero es importante que los niños sepan que los perros pueden nacer con temor al contaco del ser humano. “Muchos cachorros tienen un reflejo defensivo automático cuando ven que una mano se acerca a ellos, por lo que se suele recomendar habituar a un cachorro al tacto desde una edad temprana, desde el nacimiento hasta las dieciséis semanas”, recomienda la experta, que incide en que se haga “lentamente para no abrumar y causar una asociación negativa con el estímulo o la experiencia”.
El movimiento de la cola
El movimiento de la cola de un perro se relaciona con el estado emocional del animal, y no siempre tiene que estar indicando felicidad. “También la mueven cuando están excitados, demasiado estimulados o frustrados”, advierte la especialista canina. En general, aclara, “un perro confiado o excitado mantendrá la cola en el aire, permitiendo que el olor de las glándulas anales circule más libremente y anuncie su presencia; y una cola que se mueve de un lado a otro como un helicóptero y que va acompañada de un movimiento fluido y relajado del cuerpo y de un meneo de las nalgas indica amabilidad y disposición a participar”.
Giro de cabeza
Otro gesto del que se puede hablar a los niños para que se relacionen bien con los perros es el significado del giro de cabeza. “El modo en que un perro inclina o ladea la cabeza cuando se le habla también podría estar relacionado con cómo se siente o reacciona en una situación determinada, pero es más probable que esté tratando de entender lo que le dices en lugar de tener una reacción emocional a cómo se lo dices. Creo que es la forma canina de decir ‘¿eh?’”, dice Victoria Stilweel en El lenguaje corporal de los perros.

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Hiperactividad
Puede pasar que un perro, cuando esté jugando con vosotros o con vuestros peques, parezca enloquecer. De quito o relajado se empieza a mover como un cohete. Es lo que se conoce como zoomies caninos o períodos de actividad aleatoria frenética o FRAP. Victoria Stilweel aclara al respecto que “Cualquiera que sea la causa de los zoomies de su perro, se trata de un comportamiento normal e inofensivo; el perro libera esa energía reprimida y los padres de las mascotas sonríen”
Miedo
Victoria Stilweel diferencia entre el citado lenguaje de apaciguamiento, cuando el perro parece sumiso, del lenguaje de desplazamiento, que utiliza cuando está ansioso o estresado y necesita calmarse. Algunas pistas asociadas a este lenguaje que podéis enseñar a los niños son “estornudos, olfateo, lamido de nariz o bostezos”. Además, existe un tercer lenguaje canino, el del estrés y miedo. En este sentido, la autora explica que “La mayoría de los perros temerosos utilizan este lenguaje para mantener alejada la cosa que temen en lugar de tener que luchar contra ella, pero si el estímulo sigue acercándose, al perro no le queda otra opción que huir o luchar por la supervivencia”. Es habitual que en estos casos el perro se quede quieto hasta que la amenaza desaparezca pero también puede huir o presentar batalla y estar más agresivo.
Agresividad
Dice Victoria Stilweel que el lenguaje agresivo de los perros es fácil de leer y enseñar. “Podemos leer con facilidad el lenguaje agresivo, como las embestidas, los gruñidos, los chasquidos, los ladridos y los mordiscos, pero algunas otras señales de advertencia pueden ser difíciles de ver o fácilmente malinterpretadas”, apunta. Las señales agresivas incluyen los “ojos duros y fijos, la boca tensa, la microcongelación, los labios adelantados, los dientes expuestos mientras el perro gruñe, las orejas erguidas y mantenidas en forma de uve, la frente arrugada, o el gruñido bajo y sostenido”. Y también puede acompañar estos gestos con un movimiento de cola muy rápido. “El comportamiento agresivo en todos los perros, grandes y pequeños, debe tratarse con sensibilidad y compasión, ya que los perros agresivos están sometidos a estrés , y este estrés debe gestionarse”, concluye la autora de El lenguaje corporal de los perros.
Tipo de ladrido
Un último consejo de Victoria Stilweel que puedes enseñar a los niños para que se relacionen bien con los perros es cómo interpretar el tipo de ladrido. Si es rápido y agudo, significa excitación y urgencia; si son gruñidos de ráfaga corta, significa que está temeroso o que puede ser conflictivo; y si es contenido y profundo el gruñido, la experta recomienda que nos mantengamos alejados del perro.