Ser Padres

Tres beneficios de que los niños se críen al lado de un perro

El educador de perros David Ordóñez Pérez acaba de publicar un libro en el que ahonda sobre cómo es se construye la relación entre perros y niños y cuáles son los beneficios que aportan estos animales de compañía a los más pequeños de la casa.

Nadie le dijo a David Ordóñez que cuando tuviera dos hijas viviría en sus propias carnes todo eso que había leído en todos sus años de formación sobre la relación entre perros y niños. Nadie le dijo que experimentaría en primera persona toda esa ayuda que ofrecen los perros para mejorar la vida de las personas y que él mismo se ha encargado de investigar en años de experiencia. “El crecimiento y desarrollo de un niño es muy emocionante, que pueda hacerlo junto a un perro es, francamente, maravilloso”, explica en el capítulo cinco de ‘Vivir feliz con mi perro’ (Editorial Pinolia, 2023).

beneficios que aportan los perros a los niños

beneficios que aportan los perros a los niñosGetty Images/iStockphoto

En ese capítulo hace un exhaustivo repaso por cómo sus hijas han construido una de las relaciones de amistad (y hermanamiento) más bonitas con sus dos perras: Dune y Breva. Y, lo mejor, argumenta con evidencia científica, todas esas experiencias que vivía en el día a día con sus peques y que le hacían sospechar de que la relación entre niños y perros guarda muchos beneficios para el desarrollo infantil.

La importancia de preparar al perro para la llegada del bebé

Unas de las cosas más importantes que matiza el autor entre las páginas de su nueva obra es que para que la relación entre perro y niño sea exitosa, es necesario (en caso de que la mascota llegue a casa antes que el bebé) prepararlo para la llegada del nuevo miembro; algo que, además, suscita muchos miedos a los padres primerizos.

“Cuando nació Julia, llevé a Dune la sábana con la que arrullamos por primera vez a mi hija, la prenda olía fuertemente al bebé y se la dejé con el objetivo de que entendiese que aquel olor sería, a partir de ahora, un olor familiar”, explica el adiestrador David Ordóñez. Además, cuenta con todo lujo de detalles cómo fue el primer encuentro entre perra y bebé: “Cuando entramos en el salón donde estaban mi mujer y la pequeña, Dune olfateó hasta llegar al sofá y reconoció con su hocico tanto a la madre como a la hija”. Después de aquello, dice, estuvo investigando y, por último, se echó tranquila en sus pies. “Nosotros respiramos”.

Esto que expone la obra de David Ordóñez no es más que una muestra de la necesidad de preparar al perro para la llegada del bebé, así como el perfecto ejemplo de que, con paciencia, rápido les resultará familiar y le ‘adoptarán’ como un nuevo miembro de la familia. Tan solo hizo falta una sábana con olor a la pequeña para que la mascota se acostumbrase a ella, incluso, antes de conocerla.

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Cualquier familia en la que haya un perro y un niño se sentirá identificada casi al 100% con todo lo que cuenta David. Pero él, además, argumenta todo lo que ocurre con evidencia científica. Veamos las ventajas que los perros otorgan al desarrollo de los niños:

Los perros ayudan a los niños a trabajar la motricidad gruesa

¿Sabías que los niños que crecen con un perro cerca, a menudo, utilizan a la mascota como punto de apoyo cuando comienzan a gatear y a dar sus primeros pasos? Un estudio realizado en 2007 por la universidad Estatal de Nueva York determinó que los niños pequeños que realizan alguna tarea de motricidad gruesa al lado de un perro, la realizaban más rápido y con mayor efectividad que quienes lo hacen sin ayuda de un can.

De hecho, otro estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Perth, en Australia, también descubrió jugar con los perros ayudan al niño desarrollar conductas prosociales.

Los niños que crecen con un perro al lado enferman menos

No es algo que nos inventemos nosotros; y tampoco el autor del libro: es algo avalado, entre otros, por investigadores del departamento de Pediatría del Hospital Universitario de Kuopio, en Finlandia. Después de llevar a cabo un análisis, descubrieron que los peques de menos de un año que se relacionaban habitualmente con perros y gatos tenían menos infecciones (frecuentes en la infancia) que quienes no lo hacían.

Y esto no es todo: también ayudan a que sientan menos dolor y a relajar la presión sanguínea (también, según afirma la ciencia): “Una noche de vómitos y fiebre de mi hija Julia, en la que no conseguía tranquilizarse con nada, subimos a Dune a nuestra cama y cuando la niña se dio cuenta, se acurrucó en su pecho y se fue tranquilizando poco a poco hasta quedarse dormida”, cuenta el autor. Y seguro que muchos padres se sienten identificados con la escena.

Los niños ven a los perros como hermanos, no como mascotas

Esto es, sin duda, algo que no nos esperábamos. Pero, efectivamente, los niños que crecen con un perro al lado no son capaces de identificarlos como una mascota, sino como un miembro más de la familia. Quizás un hermano de cuatro patas y pelo. El psicólogo y antrozoólogo Marcos Díaz Videla asegura que es los perros juegan un papel muy importa te dentro de cada familia.

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