Siete hábitos esenciales para fomentar la amabilidad en los niños desde que son pequeños

Condensamos en una lista los hábitos cotidianos que son más eficaces para fomentar la amabilidad en los niños desde que son pequeños.
Cómo saber si tu hijo te quiere

La amabilidad es una habilidad o característica social que se adquiere a base de hábitos y de tener referentes adultos de confianza cerca que nos enseñan ese camino y no el del egoísmo. Por eso, los padres tenemos una gran responsabilidad en conseguir que nuestros hijos e hijas desarrollen cuestiones como esta de forma natural: que aprendan, disfruten y asimilen la amabilidad, una cualidad que solo puede traerles cosas positivas a ellos y a los demás a lo largo de sus vidas.

Además de dar ejemplo, que ya hemos dicho en reiteradas ocasiones que es el hábito, costumbre o “herramienta” común a cualquier proceso de aprendizaje que queramos poner en marcha desde la niñez de nuestros peques, hay una serie de hábitos cotidianos que ayudan a desarrollar la amabilidad desde edades tempranas.

En total, destacamos a continuación hasta siete hábitos que son eficaces para conseguir este objetivo.

Hábitos para desarrollar la amabilidad en los niños

Como decíamos, enumeramos y profundizamos en los siete hábitos más importantes por su capacidad de impacto positivo para que los niños y niñas desarrollen la amabilidad desde pequeño. Recuerda que hacer es esencial para su desarrollo emocional y social.

No incluimos el hábito esencial, el de modelar tu comportamiento amable y darles ejemplo, que es como más aprenden los peques. Estos son los otros siete:

  • Refuerzo positivo: siempre subrayamos la importancia que tiene elogiar y valorar el comportamiento positivo de nuestros hijos e hijas en situaciones cotidianas. Cuando sean amables, házselo saber. Que no quede de puertas para adentro tu satisfacción, refuerza ese comportamiento positivo.
  • Empatía: transmitirles a nuestros peques la importancia que tiene en la vida ponernos en la piel de los demás es fundamental para conseguir que sean amables de forma natural, porque les sale y lo necesitan.
Madre e hijo
  • Practicar el agradecimiento: para ser amables hay que saber reconocer la amabilidad en los demás. Y eso se potencia, sobre todo, practicando el agradecimiento cuando nos ayudan a nosotros. Si el gracias se utiliza a menudo en casa, la amabilidad será algo común a todos los miembros de la familia.
  • Referentes: los cuentos, los libros, determinadas series o películas, historias cercanas, reales o de ficción, que les contéis… Llenar de referentes positivos a vuestros hijos e hijas para que tengan ejemplos de cómo actuar en determinadas situaciones.
  • Reparar errores: de igual forma que debemos reforzar el comportamiento positivo, si una conducta egoísta o equivocada tiene consecuencias, es necesario que les enseñemos a reparar los errores cometidos. No con castigos; siempre, a través de consecuencias reparadoras. Que ya sabes que no es lo mismo.
  • Fomentar la comunicación familiar: mantener un canal de comunicación abierto con nuestros peques desde pequeños, en ambas direcciones, facilita que nuestros peques nos hablen de sus sentimientos y preocupaciones, lo cual impacta directamente en cuestiones como la empatía, que a su vez entronca con la amabilidad.
  • Promueve la inclusión y la diversidad: es mucho más natural ser amable si desde pequeños apreciamos el valor de la diferencia, de la diversidad, y practicamos un modo de vida inclusivo en nuestro entorno más cercano. 

Recomendamos en