Siempre he sido una morning person y creo seguir siéndolo, aunque en continua prueba y algún que otro flaqueo con motivo del estrés que supone preparar a tres personas más para comerse el mundo cada día. De las pocas riñas que tenemos mi marido y yo, la mayoría responden a prisas y desencuentros matutinos, a niños que no se quieren peinar, colacaos derramados y uniformes que no aparecen. Y cada mañana, cuando salen todos por la puerta, yo acabo tan derrotada después de tan solo dos horas despierta, que tengo que tirar de toda mi reserva de fuerza de voluntad y responsabilidad para, entre el ordenador y la cama, elegir el ordenador.
¿Tendré anemia? ¿Comeré mal? ¿Duermo poco? No. Un reciente estudio estadounidense le da explicación a mi lasitud apuntando que: preparar a los niños para ir al colegio equivale a un día extra de trabajo a la semana. Una famosa firma de snacks ha realizado una encuesta a más de 2000 padres y madres sobre el estrés con el que vivimos ese intenso ratito de la mañana, de la que han surgido datos tan relevantes como que: los padres realizamos una media de 43 actividades en la mañana, entre las que se incluyen vestir a los niños, prepararles el desayuno o revisar sus mochilas.

Además, de espetar un "date prisa" una media de 540 veces por niño a lo largo del curso escolar, niños que se manchan antes de llegar al colegio alrededor de dos veces por semana. El estudio también apunta a que, una de las técnicas más habituales entre los progenitores para conseguir la involucración de los niños en el correcto acontecer matutino es el chantaje material, sí, como has leído, no te sientas mal cuando lo ejerzas: casi el 40% de los encuestados confiesa haber prometido comprar un juguete o hacer algún plan divertido a la salida del cole si se lavan los dientes o se visten deprisa.

Así que mientras alguien saca alguna política de conciliación que compense ese desgaste que nos supone preparar a nuestra descendencia para que lleguen a tiempo al colegio, espero que os sirvan de consuelo tanto mi testimonio, como este estudio. Porque no estás solo, yo también necesito un día de descanso extra, exclusivamente para adultos, entre el domingo y el lunes.
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