A veces sacar un rato simplemente para jugar con nuestros hijos es uno de esos planes que mejor salen, que más sorprenden y que más diversión provocan durante horas. Llegan días libres, de compartir y convivir con familia y amigos, días perfectos para romper con la rutina y pasar tiempo juntos. Llega un momento perfecto para recuperar juegos tradicionales, esos juegos que jugábamos cuando los niños éramos nosotros.

Abandonar las pantallas al menos durante un rato y disfrutar juntos niños y adultos con estos juegos, pueden convertirse en alguno de los mejores momentos de estas próximas vacaciones navideñas, por ejemplo. Hemos recogido algunos de los más clásicos pero seguro que si nos ponemos a recordar, cada uno tiene algún momento de juego infantil guardado entre sus recuerdos.
Las cartas
Los juegos de cartas más tradicionales, los que tienen de protagonista la baraja española o la francesa, esos juegos que tienen reglas sencillas y que a algunas de nosotras nos enseñaron nuestras abuelas. Esos juegos son divertidos y al mismo tiempo educativos, sirven para ejercitar las sumas, las restas y para pasar grandes tardes en familia.
Desde la escoba a la brisca pasando por el tute, el cinquillo o incluso el mus con los más mayores, una excusa perfecta para jugar todos juntos, grandes y pequeños.
El parchís y la oca
Saca el tablero del trastero y organiza un torneo de parchís o de oca en el que participe toda la familia, es uno de los clásicos que siempre son un éxito, además contar los números que salen en el dado, mover las fichas contando las casillas, sumar cuando se come la ficha de otro participante, es una manera divertida de practicar las operaciones matemáticas más básicas y eso siempre es interesante.
El clásico escondite
Es un juego tradicional y muy popular para muchas generaciones, ya sabes cómo funciona, un participante se encarga de buscar a todos los escondidos evitando que alguno de ellos le sorprenda y grite la famosa frase de “¡Por mí y por todos mis compañeros!” ¿tú también la recuerdas?
El escondite permite jugar a mayores y a pequeños y las risas están siempre aseguradas

La versión estática: el escondite inglés
“Sin mover las manos ni los pies”.
Tienes que moverte pero cuando no está mirando la persona que hace de vigilante y que tiene que pillar a alguien en movimiento antes de que alcance nadie el puesto donde él o ella se encuentra.
Es sencillo y divertido por lo que pueden participar desde los más pequeños de la casa a los más mayorcitos.
El teléfono estropeado
Todos sentados en un círculo, un participante empieza la confusión con una frase que debe susurrar en el oído de la persona que tiene a su izquierda, esta a su vez le dirá lo que haya entendido a la persona que esté sentada a su izquierda, así hasta que la información llegue al oído de quien arrancó con la primera versión de la frase.
De lo que dijo la primera persona a lo que entendió la última habrá mucha confusión y muchas risas, seguro.
La gallinita ciega
Otro clásico que podemos encontrar hasta en obras de arte que cuelgan de museos y que desde hace años enamora a los más pequeños de la casa.
Un participante tendrá que atrapar a los demás con los ojos tapados, no podrá utilizar la vista por lo que tendrá que intuir, escuchar con atención y adivinar hasta localizar a alguien y mediante el tacto adivinar de qué participante se trata.
Las sillas bailarinas
Tienes que colocar en un círculo una silla menos que participantes vayan a jugar, todas ellas con los respaldos hacia dentro.
Los jugadores empiezan a girar mientras bailan en torno a las sillas hasta que de golpe se para la música y todos tienen que sentarse en una de las sillas, todos no van a poder, uno se quedará sin silla y por tanto descalificado.
Se retira una silla del círculo y se vuelve a poner la música hasta que se van eliminando todos los participantes menos uno que será el ganador.

El pañuelo
Este es perfecto si nos juntamos muchos para jugar porque hay que hacer dos equipos con el mismo número de integrantes. Un participante se coloca en el centro, entre los dos equipos con un pañuelo en las manos y grita un número.
Los miembros de cada equipo se han numerado, en el momento que escuchan su número salen corriendo hacia el centro con la intención de coger el pañuelo y volver a su puesto sin que el miembro del otro equipo se lo pueda impedir.
TAMBIÉN LEE: