Compartir una comida en familia es una de las tradiciones más importantes en muchas culturas alrededor del mundo. Según un estudio realizado por la Universidad de Harvard, esta práctica tiene beneficios significativos para todos los miembros de la familia.
Al cenar juntos, las familias fortalecen sus lazos emocionales y crean un ambiente de apoyo y amor. Además, cenar en familia fomenta una alimentación saludable, ya que las comidas caseras suelen ser más equilibradas y nutritivas que las comidas rápidas o procesadas.

Mejora la calidad de la dieta familiar
Cenar en familia es una oportunidad perfecta para mejorar la calidad de la dieta de padres e hijos. Al compartir una comida juntos, los progenitores pueden inculcar hábitos alimentarios saludables en los niños y establecer un ambiente propicio para que estos aprendan a apreciar diferentes tipos de alimentos.
Muchos estudios han demostrado que los niños que cenan regularmente con sus padres tienden a consumir dietas más equilibradas y nutritivas.

Desarrolla la comunicación entre padres e hijos
Este momento especial brinda la oportunidad de compartir experiencias, conversar y fortalecer los lazos familiares. Al sentarse juntos a la mesa, los padres pueden fomentar el diálogo y la participación de los niños, creando un ambiente propicio para una comunicación abierta y sincera.
Una de las formas de promover la comunicación durante la cena en familia es permitir que los niños pequeños participen activamente en la preparación de la comida.
Esto les brinda la oportunidad de aprender sobre diferentes alimentos, desarrollar habilidades culinarias y sentirse orgullosos de su contribución. Esta participación activa fomenta la independencia y el sentido de responsabilidad en los niños, al tiempo que fortalece el vínculo familiar.
Otro aspecto importante para desarrollar la comunicación entre padres e hijos durante la cena en familia es crear un ambiente relajado y libre de distracciones. Es recomendable apagar los dispositivos electrónicos y establecer reglas claras sobre el uso de tecnología durante la cena.

Crea buenos hábitos alimentarios en los niños pequeños
Una de las formas más efectivas de fomentar hábitos alimentarios saludables en los niños pequeños es mediante el ejemplo. Los niños tienden a imitar lo que ven hacer a sus padres, por eso, es fundamental que los padres se conviertan en modelos a seguir cuando se trata de alimentación.
Otro aspecto clave para fomentar buenos hábitos alimentarios en los niños es establecer rutinas de alimentación. Es importante establecer horarios regulares para las comidas y estructurarlas para que se sientan seguros y cómodos en los momentos en los que se les ofrece comida.

Ahorro de dinero al comer en casa con la familia
La compra de alimentos y la preparación de comidas caseras son aspectos importantes a considerar al tomar esta decisión y al comprar ingredientes frescos y de temporada, se puede reducir significativamente el coste de la comida.
Además, al cocinar en casa se tiene un mayor control sobre la calidad de los ingredientes y se pueden evitar los costos adicionales asociados con la comida rápida o los alimentos procesados.

Mejora el rendimiento escolar
Los padres pueden modelar buenos hábitos al elegir alimentos nutritivos y equilibrados. Esto no solo promueve una buena salud física, sino que también puede tener un impacto positivo en el rendimiento académico.
Los niños que comen una dieta equilibrada y saludable tienen más energía y concentración para enfrentar los desafíos escolares.
Por otro lado, sentarse juntos alrededor de la mesa y disfrutar de una comida casera fomenta la interacción y el respeto mutuo. Los niños aprenden a esperar su turno para hablar, a escuchar activamente a los demás y a expresar sus opiniones de manera respetuosa.
Estas habilidades sociales son esenciales tanto en el entorno escolar como en el personal, ya que permiten a los niños relacionarse de manera efectiva con sus compañeros y maestros.