Claire McCarthy, pediatra y profesora de la universidad de Harvard, establece en un artículo divulgativo cuáles son algunos hábitos eficaces para ayudar a nuestros hijos cuando se aproxima la adolescencia y arrancan el instituto, o la ESO, si estudian en un centro que oferte todas las etapas educativas.
Dice la especialista de Harvard “la escuela secundaria puede ser un desafío para muchos estudiantes” no solo a nivel académico, sino también en lo social, que es como pediatra, la parte que más entronca con su especialidad.
Según McCarthy, “puede ser un desafío social, ya que los estudiantes intentan encontrar amigos y comunidad en medio de lo que puede ser una presión muy dura de sus compañeros”, y también es en esta época “cuando algunos estudiantes comienzan a experimentar con la sexualidad y el uso de sustancias, lo que puede resultar abrumador, incluso cuando se vislumbra de segunda mano a través de las experiencias de amigos”.
No es una etapa fácil de la vida para ellos y ellas, y tampoco lo es en la crianza, desde el punto de vista de los adultos. A padres y madres, la profesora de Harvard les recomienda centrarse en potenciar tres hábitos que tienen mucho que ver con el acompañamiento, con la comunicación y con lo social.
Los tres hábitos que recomienda la experta de Harvard
Claire McCarthy, profesora de la universidad de Harvard, estos son los tres hábitos y aptitudes que los padres y madres podemos desarrollar y ciudar para acompañar a nuestros hijos e hijas cuando entran en la adolescencia y, por ende, en el instituto.

Ayudarle a crear una rutina planificada y atención al universo digital:
La experta de Harvard anima a que recomendemos a nuestros hijos e hijas la planificación. “Anime a su hijo a utilizar una agenda diaria o semanal (en papel o en línea). Ayúdelos a elaborar un horario que garantice que hagan su tarea y al mismo tiempo tengan tiempo para hacer ejercicio y otras actividades”, dice la pediatra, que también recomienda “combatir la tentación de microgestionar”. Dice que “la idea es ayudar a su hijo a adquirir habilidades , y cualquier verdadera adquisición de habilidades implica cometer algunos errores”.
En este punto, Claire McCarthy hace mucho hincapié en las pantallas y las redes sociales. “Tenga reglas básicas sobre el uso de dispositivos, como no usarlo durante las comidas o la tarea, y cargar el teléfono fuera del dormitorio por la noche”, apunta.
Alimentar hábitos saludables
Como adultos que marcamos el ritmo de un hogar con menores de edad aunque la dinámica sea muy consensuada podemos alimentar hábitos saludables que pueden tener un impacto positivo en el transitar de nuestros hijos e hijas por el instituto.
“Una dieta saludable, ejercicio regular y dormir bien por la noche son fundamentales”, apunta la profesora de Harvard. “Si la vida es particularmente ocupada, piense en preparar algunos refrigerios, almuerzos o cenas saludables con anticipación durante el fin de semana. El ejercicio puede ser tan simple como caminar, tal vez incluso ir a la escuela o con el perro”, desarrolla McCarthy.
La especialista en la salud de los menores, niños y adolescentes, aconseja que invitemos a nuestros hijos e hijas adolescentes a que socialicen. “Anime a su hijo a participar, pero sin programarlo demasiado. Unirse a un club, deporte u otra actividad patrocinada por la escuela es una excelente manera de hacer amigos y crecer como persona”, asegura.

Cuidar la comunicación y fortalecer el vínculo familiar
La etapa del instituto es esa en la que las redes sociales de los menores de edad crecen, y esto hace que puedan alejarse un poco (o mucho) de sus figuras de referencia familiares. Es muy sano para todos, para ellos y ellas los primeros, ser capaces de mantener una comunicación cercana y fluida con ellos y ellas, siendo capaces de adaptarnos para conseguirlo a la nueva etapa, que conlleva nuevas necesidades para nuestros hijos e hijas.
En este sentido, la docente de la universidad de Harvard recomienda “mantener las líneas de comunicación abiertas”. Esto pasa por detalles como “comer juntos, y reservar tiempo para estar juntos y hablar, o mejor dicho, escuchar”, añade McCarthy. En escuchar hace mucho hincapié la experta: “siempre es una buena idea escuchar más de una charla, y esto es particularmente cierto en la escuela secundaria. Haga preguntas abiertas. Deja en claro que no juzgarás. Sea solidario y positivo. Trate de validar las emociones fuertes , lo que puede ayudar a calmarlas”, apostilla.
Una reflexión final
Esta etapa, según la médico, no pasa tanto por dar consejos, sino de ayudar a los adolescentes “a sentirse cómodos hablando contigo, algo que no será cierto por mucho tiempo si la conversación gira en torno a tus opiniones”. Y si no quieren hablar de forma directa, la pediatra recomienda buscar momentos “menos intensos”, como a la par de estar viendo un poco la televisión, en un traslado en coche o contextos similares.
La recomendación o consejo de aplicación general de la profesora de Harvard a padres y madres de hijos e hijas con edad de ir al instituto es que mantengan sus expectativas “razonables y justas”. Dice que este “es un momento para encontrar el camino”, por lo que es positivo que les dejemos cierto margen. Y si te sientes superada o superado, McCarthy lo tiene claro: “Pida ayuda si la necesita. Si su hijo tiene dificultades de alguna manera, siempre hay alguien que puede ayudarlo, como un maestro, un consejero, un amigo o familiar, o su pediatra”.
La profesora de Harvard incide en que “la adolescencia es dura tanto para el niño como para los padres; A todos nos va mejor cuando hacemos cosas difíciles juntos en lugar de hacerlo solos”, concluye.