Las relaciones sociales no son fáciles para las personas neurodivergentes. De hecho, desde los años 80 y 90 se habla de “camuflaje”, término acuñado por Lorna Wing y Judith Gould para la tendencia de las personas TEA de intentar pasar desapercibidas socialmente. Este término, en la actualidad, se ha ampliado al resto de neurodivergencias, entre las que se incluyen el TDAH y las altas capacidades intelectuales, entre otras.
Antes de continuar, cabe tener en cuenta, por si no lo sabes todavía, que hay una fina línea que separa las altas capacidades de otros trastornos del neurodesarrollo como el TDAH. Tan fina que comparten características, de ahí que en ocasiones lleven a diagnósticos erróneos.
Dicho esto, la experta en altas capacidades intelectuales y doble excepcionalidad, Bea Sánchez, explica que autores como Petrides y Hull (2020) “relacionan una mayor capacidad intelectual con el camuflaje”, que se puede producir de formas diversas. La más conocida es el masking, pero no es la única. “Camuflaje son estrategias más numerosas además del masking, que es más conocido dentro de la realidad autista”, dice Bea Sánchez.
La experta cita las tres estrategias o formas de camuflaje que suelen adaptar las personas con neurodivergencias, también las que tienen altas capacidades intelectuales. Y es que no hay que olvidar que el recreo puede ser el peor momento del día para un niño con altas capacidades.

- Compensación
La primera estrategia de camuflaje de la que habla Bea Sánchez es la compensación, refiriéndose a aquellas “estrategias para compensar las dificultades sociales” que estas personas ponen en marcha, uno de los miedos más comunes que comparten casi todos los niños con altas capacidades capacidades.
Por ejemplo, apunta la experta en altas capacidades intelectuales, “usar guiones para conversar, copiar lenguaje corporal de personas de su entorno o practicar expresiones faciales”.
Otros hábitos de compensación relativamente habituales en las personas neurodivergentes que buscan camuflarse son la repetición el tono de otro, el aprendizaje de claves sociales de pelis y libros, y la investigación sobre las normas sociales, dice Sánchez.
- Masking
El masking es la estrategia de camuflaje más extendida y vinculada al TEA, pero no es exclusivo de esta neurodivergencia.
Por masking, explica Bea Sánchez, se entienden aquellas “estrategias para ocultar las características neurodivergentes”. Por ejemplo, añade la experta en altas capacidades, “procurar parecer relajado, forzar para mantener la mirada, supervisar tu cara y tu cuerpo para parecer interesado en el otro, prestar atención a la cara y al cuerpo en las relaciones sociales o ser consciente de la impresión que das”.
Bea Sánchez aclara que el masking “agota y necesita tiempo de recuperación”, por lo que no es simplemente adaptarse o fingir interés, “sino convencer a los demás de que eres ‘normal’”. “No es actuar, es cancelarte”, concluye.
- Asimilación
En tercer y último lugar, Bea Sánchez destaca una tercera estrategia de camuflaje propia de personas neurodivergentes como las que tienen altas capacidades. La denomina asimilación y consiste en desarrollar “estrategias que encajan con otros en las situaciones sociales”.
En estos casos, se suele atisbar, dice la experta en altas capacidades, que “la conversación no sale natural, te fuerzas a interactuar con otros, necesitas ayuda de otros para socializar finges ser ‘normal’, no puedes ser tú mismo socializando, o evitas interactuar con otros”.

Todas estas estrategias, aunque se van desarrollando sobre todo a medida que se van cumpliendo años, son propias de personas neurodivergentes tanto menores de edad como adultas, por lo que, como adultos con peques que tengan altas capacidades, son señales de alerta que podemos vigilar si se producen o no.