La psicología define seis situaciones en las que niños y padres sufren estrés por igual, según Álvaro Bilbao

El neuropsicólogo Álvaro Bilbao enumera y describe hasta seis situaciones estresantes por igual tanto para los adultos como para los peques de la casa. Conocerlas seguro que te ayuda a ponerte en su piel.
Una familia gritando
Una familia gritando - Rubén García

Tendemos a ponernos poco en la piel de los demás, y si los “demás” son niños, sobre todo nuestros hijos, todavía lo hacemos menos. Pecamos, y que tire la primera piedra quien no lo haya hecho alguna vez durante la crianza, de tomar decisiones por ellos y de dar por hecho qué cosas les gustan y cuáles les molestan. Sin embargo, la psicología define varias situaciones en las que niños y padres sufren estrés por igual.

Álvaro Bilbao, que hace poco compartió los el consejo definitivo para padres para cuidar la salud mental de tus hijos, les ha dedicado recientemente un post a estas situaciones cotidianas que nos enfadan y estresan mucho como adultos… pero también si ocurren al revés y son nuestros peques quienes las padecen.

La cuestión no es que aprendas a no desbordarse, que también, aunque como dice el propio Álvaro Bilbao, “es algo completamente normal, parte de nuestra biología”, sino ser capaces de ponernos más a menudo en la piel de los demás. En este caso, de nuestros hijos e hijas.

Dos padres y su hija, gritando - Rubén García

Por eso, al igual que es importante saber cómo gestionar las peleas entre nuestros hijos, por ejemplo, es interesante conocer cuáles son esas situaciones cotidianas que la psicología demuestra que generan estrés por igual a pequeños y mayores. Las conocemos de la mano de Álvaro Bilbao.

  • Las discusiones

Los padres y los hijos sienten algo parecido ante las discusiones en casa. “Cuando escucho gritos y peleas me pongo en estado de alarma. No quiero que mis hijos se lleven mal”, dice Álvaro Bilbao que sientan los padres, que no dista de lo que sienten los niños: “Odio cuando mis padres discuten. Me duele cuando se tratan mal y cuando gritan… me siento aterrorizado”, apunta el neuropsicólogo sobre lo que sienten los peques de la casa con las discusiones en el ámbito familiar.

  • Que no nos hagan caso

A los padres no les gusta que sus hijos e hijas no les hagan caso. “Te he pedido 5 veces que recojas los juguetes”, le habrás dicho alguna vez a los tuyos o algo similar. Es agotador, ¿verdad? Pues los peques, según Álvaro Bilbao, sienten algo parecido cuando no les hacemos caso. “Mamá, mamá… mamá, mamá, ¡que me hagas caso!”, te habrán dicho alguna vez. Lo que te está diciendo en realidad es que “necesita tu atención para sentirse valioso y que a veces siente que no le importas”, dice el experto en el cerebro de los niños.

  • Demasiada información

El exceso de información y tareas es una olla a punto de explotar para los padres. Cocinar, limpiar y escuchar a los peques a la vez nos lleva a los adultos a lo que Álvaro Bilbao denomina “saturación de la capacidad de atención”. Lo que ocurre, y quizá no lo sepas, es que los niños también lo sienten. “Su cerebro siente estrés cuando no puede procesar varias órdenes seguidas”, explica Bilbao.

  • Los cambios de planes

Salvo cosas excepcionales, los cambios de planes nos trastocan. A los adultos y también a los peques. Álvaro Bilbao pone estos dos ejemplos: cuando un niño te pide un yogur y cambia de opinión al minuto, y cuando le decimos que les vamos a leer un cuento y luego no lo hacemos. “El cerebro se pone en alerta cuando las cosas no salen como esperaba”, apunta Álvaro Bilbao. “Se asusta (el cerebro) cuando no puedo contar contigo (con mis padres)”, añade.

  • Que nos hablen mal

La quinta situación que la psicología demuestra que nos hace sentir igual de mal en la crianza a pequeños y mayores es que nos hablen mal. Cuando tus hijos e hijas te hablan mal, “el cerebro se siente amenazado y tiende a enfadarse para defenderse”, y cuando hablamos mal a los niños, “su cerebro no escucha las normas y límites porque está bloqueado por el miedo”, argumenta Álvaro Bilbao.

  • El final del día

El sexto momento crítico para todos los miembros de la familia, según Álvaro Bilbao, es el momento de irse a la cama. Los padres queremos que se acueste, y “cuando el cerebro está cansado pierde la capacidad de autocontrol”, por lo que acabamos gritando. Los peques, al revés, se sienten vulnerables y quieres que nos quedemos con ellos en la cama. “Cuando su cerebro está cansado tiende a sentirse más vulnerable e inseguro”, reflexiona el experto.

Estas palabras de Álvaro Bilbao están encaminadas a un consejo final en forma de moraleja por parte del experto neuropsicólogo. “No somos tan distintos”, dice Bilbao. “Padres e sufrimos estrés por lo mismo, aunque a veces su experiencia es incluso peor que la nuestra porque tienen menos habilidades y son más vulnerables”, concluye. 

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