Los consejos de una experta en psicología infantil para evitar sobreproteger a los niños

La psicóloga infantil y divulgadora Carmen Esteban reflexiona sobre la sobreprotección a los niños: qué consecuencias tiene y cómo podemos evitarla.
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Sobreproteger a los niños, especialmente si son nuestros hijos o hijas, es un impulso innato para los adultos. No queremos que sufran, no queremos que se caigan, no queremos que estén expuestos a situaciones que nosotros, como adultos, creemos que pueden ser traumáticas. Sin embargo, todos los profesionales de la psicología nos insisten en el error que es, incluso cuando lo hacemos con nuestra mejor intención, sobreproteger a los niños y niñas.

En un post divulgativo, la psicóloga infantil Carmen Esteban reflexiona sobre la sobreprotección a los menores. En concreto, sobre la sobreprotección más habitual, la que se produce de padres y madres a hijos e hijas. “Cuando sobreproteges a tu hijo, es decir; resuelves sus problemas, te anticipas al error, evitas todo el rato que sufra… le estás desprotegiendo de la persona más importante y con la que va a convivir el resto de su vida: de sí mismo”, reflexiona la experta, que no va tan lejos como otras compañeras, que incluso se atreven a afirmar que la sobreprotección es el peor enemigo de la felicidad de los niños.

La sobreprotección a los niños es como si les agarramos de la camiseta y les impedimos correr hacia su objetivo, o al menos les hacemos correr más despacio de lo que desearían. Dice la especialista en psicología infantil que “al resolver siempre sus problemas y al no permitirle enfrentarse a situaciones difíciles, está perdiendo oportunidades de desarrollar estrategias de resolución de conflictos y de gestión emocional que necesitará, no solamente cuando sea adulto, sino también a día de hoy en situaciones cotidianas”.

Una niña se abraza a su madre - Getty Images/iStockphoto

Según Carmen Esteban, son oportunidades y no situaciones cotidianas que ver con miedo o con una carga negativa una discusión con un amigo; una mala noticia que dar, como puede ser preparar a un niño para la pérdida de un ser querido; una situación en la que sufre chantaje emocional; un mal resultado académico; un mal resultado deportivo; o un plan apetecible que se cancela.

La frustración, la tristeza, la rabia… son emociones y sentimientos que van a aparecer siempre en este tipo de circunstancias a las que nos enfrentamos tarde o temprano en la vida, y la sobreprotección por parte de los adultos, el retrasar que los peques se asomen a ellas, es una rémora a medio y largo plazo. “Evidentemente, esto no significa que debamos dejarles sin ningún tipo de supervisión ni ayuda. Como familias tenemos el deber de ayudarles y acompañarles en sus momentos complicados pero esto no significa que debamos hacerlo por ellos ya que están perdiendo oportunidades de aprendizaje”, reflexiona Carmen Esteban al respecto.

6Una madre abrazando a su hija

Soluciones para evitar la sobreprotección

En el mismo post divulgativo en el que la experta en psicología infantil reflexiona sobre la sobreprotección, Carmen Esteban ofrece algunos consejos para que los padres y madres evitemos caer en esta típica actuación de las primeras etapas de la crianza.

En primer lugar, la especialista en psicología infantil hace hincapié en algo que siempre destacan sus compañeros y compañeras de profesión: legitimar lo que sienten y piensan. “Cuando tu hijo te plantee un problema, escúchale y valida el problema”, aconseja Esteban. Un mensaje tipo de repuesta podría ser algo así: ”Es normal que te duela que tus amigos no quieran jugar contigo”.

En segundo lugar, Carmen Esteban incide en la importancia que tiene evitar los interrogatorios. “Evita interrogar, hacer juicios de valor o dar soluciones desde el enfado”, apunta. "!Recuerda que los conflictos son parte del día a día”, recuerda la psicóloga infantil.

El tercer tip que comparte para evitar la sobreprotección es “plantear la autocrítica, sin culpabilizar”. Y en cuarto lugar, Carmen Esteban recomienda no olvidarnos de la reflexión y de la revisión de lo que hemos hecho hasta ese momento para comprobar si funciona o si no lo ha hecho. “Reflexiona acerca de las soluciones que ya ha puesto en práctica y si le han dado resultado o no”.

En caso de que no haya servido aquello que hemos hecho, podemos buscar otras soluciones pero sin caer en la contraproducente sobreprotección. “Si no han dado resultado, pregúntale que otras soluciones se le ocurren. Puedes ayudarle a buscar nuevas a través de preguntas”, dice la experta en psicología infantil, que pone el siguiente ejemplo: “¿Qué te parecería que cuando te digan que no puedes jugar decirles que te hacen sentir mal? ¿Hay otros niños de clase con los que también te diviertes?”.

Para Carmen Esteban es importante, por último, animarles a que pongan en práctica los consejos que les dais, y para ello es fundamental, concluye, “transmitirles confianza”

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