Los abuelos y abuelas son una figura muy importante para los niños y para su desarrollo. Es necesario que tanto padres como hijos puedan tener la oportunidad de aprovechar la sabiduría que la experiencia les ha dado y de disfrutar en familia de buenos ratos. Pero en ocasiones, y quizá por la brecha generacional, puede haber momentos en los que necesitamos poner límites a los abuelos pero, ¿cómo hacerlo?
Los abuelos y abuelas pueden tener las mejores intenciones del mundo, pero la forma de criar ha cambiado mucho en pocas generaciones. Cosas que los abuelos hicieron en su momento ahora son impensables (como mojar el chupete en anís, dormir a los bebés boca abajo o no acostumbrarlos a los brazos).
Recuerda que es tu hijo y que en su educación tú pones los límites. Esto puede confrontar con el hecho de que los abuelos y abuelas son un pilar fundamental en la conciliación, y se quiere buscar el equilibrio entre no ser desagradecido pero conseguir que los abuelos mantengan las decisiones que tomamos los padres, que al final tenemos la última palabra en la crianza de nuestros niños.
Pero aunque tengas esto claro, es necesario que recuerdes que tendrás que tener cuidado en cómo enfocas la conversación para que no perjudique tu relación con los abuelos, y eso solo puede conseguirse con una comunicación asertiva. Puedes lograr poner límites sin que tengas que herir sus sentimientos.
Sé amable en cómo dices las cosas
Puedes animarlos con amabilidad a que dejen de realizar ese comportamiento con tu hijo. Por ejemplo, si la abuela no para de decirle a tu hijo lo que no debe hacer puedes recordarle con suavidad que tu hijo ya sabe lo que no tiene que hacer y que no se preocupe que si hay algo que hace mal, tú te encargarás de hablar con él para que no se vuelva a repetir, aunque agradeces su disposición para recordarlo, no es necesario.

Habla con la abuela antes de que sucedan las cosas
No quiero decir que intentes cambiarlos ni mucho menos, pero sí que tengas una conversación con los abuelos para que respeten tu forma de educar a tus hijos. Es importante informar al resto de cuidadores que están con tu hijo o tus hijos sobre la forma en la que quieres que se comporten con ellos para que cumplan las normas. Los abuelos deben hacer todo lo posible para respetar las normas de los padres. Por ejemplo, si educas a tus hijos para que hagan la cama nada más despertar y un día duermen en casa de la abuela, será necesario que respeten esta norma y que no les hagan la cama por muchas ganas que tengan de complacer a sus nietos.
Sé firme ante las circunstancias pero con una sonrisa
Ser firme ante una situación no significa que debas «caldear» el ambiente ni que las cosas deban ser demasiado negativas. Puedes ser agradable para poder decirle que deje de hacer algo que no es correcto o que te molesta para la educación o salud emocional y mental de tus hijos. Debes ser amable y flexible, pero también firme.
Es necesario cuidar la relación de los abuelos y los nietos, por eso deberás ser muy cuidadoso/a a la hora de poner límites a los abuelos, hacerlo desde el respeto, el cariño y la comprensión, pero sin dejar de lado la firmeza.