Poner límites es una de las recomendaciones para la crianza de todos los expertos y expertas en educación positiva. Sin excepción. La clave, eso sí, es ponerlos con acierto; es decir, importa tanto el cómo como el qué. Y por eso el respeto, la forma en la que nos dirigimos a los peques, la empatía e incluso la escucha activa (ser flexibles dentro de las posibilidades) son detalles que importan. Pero también es importante enseñarles a ellos y ellas a que pongan límites a los demás en sus relaciones sociales y familiares.
La experta en educación positiva Isabel Cuesta, Una madre molona en las redes sociales, donde divulga sobre esta materia, dedicó una de sus publicaciones recientes a esta cuestión: enseñar a los hijos e hijas a poner límites a los demás, lo cual pasa por trabajar con ellos y ellas la asertividad.
Dice Isabel Cuesta que a su hija le costaba poner límites. Entonces, empezó a trabajar con ella poco a poco a través de la comunicación verbal. “Poco a poco fuimos trabajando el poner límites de forma asertiva”, dice.
Para conseguirlo, la experta en educación positiva aconseja darles voz a los niños y niñas, preguntarle si se les ocurre cómo pueden hacer para establecer esos límites y también, cómo no, si reconocen situaciones en las que se sienten agredidos verbalmente. Por ejemplo, cuando les gritamos. Sí, también sus adultos de referencia podemos agredirles con la palabra.
Algunas frases que Isabel Cuesta trabajó junto a su hija para aprender a poner límites a los demás son “Por favor, háblame con respeto”, “¿Me lo puedes decir con otras palabras?” o “Seguiré jugando cuando me trates bien”.

Y a partir de este trabajo de comunicación asertiva granito a granito, paso a paso, llegaron los resultados. “Ella ha empezado a verbalizar esos límites de manera asertiva. Por ejemplo, con sus hermanos”, cuenta. Y también lo ha hecho con ella, su madre: “Le dije, ‘¡vamos, que no llegamos!’, y me dijo: ‘mamá, ¿me lo puedes decir con respeto?”, relata Isabel Cuesta.
La especialista en educación positiva reconoce que “flipó” con la respuesta de su hija. “Porque la educación positiva de eso, de respeto mutuo”, apostilla.
La coherencia en casa
Aprovechando la anécdota con su hija, que sirve a su vez para compartir un consejo sobre cómo enseñar a los niños y niñas a establecer límites con asertividad a los demás, Isabel Cuesta apunta un segundo consejo relacionado con esta cuestión. Un consejo que sirve para cada detalle de la crianza: el ejemplo en casa. “Hemos de ser coherentes en casa”, subraya la experta en educación positiva al respecto.
Para ello, pone el foco en dos hábitos que considera los más importantes si queremos los adultos dar ejemplo en casa a nuestros peques. Por un lado, hablarles con respeto. Y por otro, establecer límites de manera asertiva también si son ellos los que faltan el respeto. “Si no queremos que normalicen que otras personas les hablen mal, nosotros somos los primeros que tenemos que hablarles bien”, reflexiona Cuesta. “Además, cuando ellos nos hablen mal a nosotros, dar esos límites de manera asertiva también”, añade.
Y si te equivocas y les faltas el respeto, añadimos nosotros, reconocerlo y pedir perdón. Porque va a pasar que alguna vez les grites: solo Álvaro Bilbao puede mantener impoluto su historial como padre…
Bromas aparte, y como Isabel Cuesta comparte, es fundamental la coherencia en casa “para aprender a respetarse y a respetar, porque el respeto ha de ser mutuo”. Y también, añade la experta en educación positiva, “no perder nunca de vista el saber leer más allá del comportamiento”.