Esta es una preocupación que tienen muchas madres a la hora de dar a luz, pero tranquila, no eres la única. Es normal que con la llegada de tu primer hijo te sientas absorbida por él y experimentes rechazo hacia el resto del mundo, incluso hacia personas cercanas como familiares o amigos.
En estos momentos, la psicóloga Raquel Fernández Benéitez, especialista en Psicología Clínica, recomienda recordar que “tu hijo ahora es el centro de tu vida; él te necesita, y tú también a él”. "Este vínculo temprano es fundamental, ya que está formando una relación de apego muy positiva para ambos".
No obstante, la doctora Fernández señala que el apego con el bebé debe tener un equilibrio: “Es importante que no te cierres al resto del mundo, ignorando a quienes fueron o son importantes para ti”.
Aunque el bebé requiera toda tu atención, el entorno cercano y querido puede ofrecerte una valiosa red de apoyo. Así, "el sentimiento de irritabilidad y culpa desaparecerá cuando logres integrar a las personas importantes en tu vida, dándoles el lugar que merecen y recordando que, cuando tu hijo crezca, volverás a necesitar de su compañía y apoyo", declara la psicóloga.
El cambio en tu vida es totalmente radical, de hecho, hay estudios que concluyen que después de ser madre o padre primerizo, se puede 'encoger' el cerebro. Si eres madre o padre primerizo, te recomendamos hacer este test para saber cómo cuidar a tu bebé.