Los perros pueden enseñar muchas cosas a los niños y niñas pequeños. Son, por supuesto, una forma de potenciar la responsabilidad y la autonomía en ellos, pero también son capaces de mostrar a los más pequeños de la casa qué es la empatía y cómo ejercerla. Ya lo vemos con el papel de los perros con niños con autismo. Te lo explicamos de la mano de Jessica Pierce, bioeticista que ha dirigido su investigación hacia las relaciones entre humanos y animales.
En su nuevo libro, ‘¿Qué es un buen perro? Y cómo nos puede ayudar a ser mejores personas’ (editorial Pinolia, 24,65 euros), Jessica Pierce explora cómo el cuidado de un perro en el hogar puede ser una excelente oportunidad para enseñar a los niños valores como la responsabilidad, la empatía y el respeto hacia los seres vivos.
El libro aborda, entre otras muchas cuestiones de interés para las personas que tengan en casa un perro o que se estén planteando adoptarlo, cómo los perros pueden enseñar a los niños a mostrar compasión, bondad y empatía. En concreto, lo hace en el capítulo dedicado a la importancia de involucrar a los niños y niñas en el cuidado de estos animales, lo cual fomenta una ética de responsabilidad compartida. No en vano, según una educadora, perros y niños tienen en común tienen en común cosas como la forma de aprender y el apego.
Eso sí, aclara Jessica Pierce en su libro, “los propios perros pueden ser maestros maravillosos, pero no es responsabilidad de un perro enseñar a los niños a ser responsables”.

Los paseos con su perro, un aprendizaje para los niños
Una de las dos cuestiones que los perros ayudan a los niños y niñas es a ser más responsables. Lo hacen de forma indirecta, lógicamente, pero es gracias a su presencia en el hogar por lo que se abre esta oportunidad de aprendizaje a edades tempranas.
Jessica Pierce explica en las páginas de ‘¿Qué es un buen perro? Y cómo nos puede ayudar a ser mejores personas’ que la responsabilidad se despierta, por ejemplo, en los paseos con los perros. “Son un momento en el que somos responsables de la interacción de nuestro perro con el mundo exterior, ocupándonos adecuadamente de sus excrementos y negociando las interacciones con otros perros, niños y adultos emocionalmente hábiles”, dice.
Caminar con ellos, pese a que puede darnos pereza e incluso hay gente a la que no le gusta hacerlo —para otras personas es su mejor momento del día—, es uno de los “cuidados razonables” hacia una mascota que necesita calle. “Quizá los humanos podamos aprender a ser menos codiciosos y necesitados emocionalmente cuando se trata del afecto de nuestros perros. Al igual que con los niños, podemos trabajar con los perros para ayudarles a construir sus propios mundos sociales vibrantes”, afirma Jessica Pierce.

Aprender a obtener el consentimiento
Una segunda oportunidad para fomentar la empatía y la responsabilidad en los niños y niñas a través de los perros según la autora de ‘¿Qué es un buen perro? Y cómo nos puede ayudar a ser mejores personas’ es cuándo se quieren acercar al perro de otras personas.
Dice al respecto Jessica Pierce que “un niño criado por unos padres responsables e informados sobre los perros sabe lo que hay que hacer: siempre hay que acercarse primero al guardián del perro y preguntarle amablemente si te parece bien acariciarlo”.
Si recibes una respuesta afirmativa, continúa la experta en relaciones humanas y caninas, “te mueves lenta y suavemente, te apartas un poco y te pones de lado, para no agobiar al perro ni mirarle directamente a los ojos, y extiendes lentamente el dorso de la mano hacia el hocico del perro, dejando que olisquee y teniendo cuidado de no poner la mano justo en la cara del perro”. Y si el perro olisquea y te lame la mano y luego se contonea y se inclina hacia tus piernas, “puedes acariciarle suavemente el lomo”, concluye la autora. De lo contrario, agrega, “da las gracias y vete”.
En cualquier caso, en esta situación, sea cual sea su devenir, en opinión de Pierce “el niño ha aprendido la lección más importante, y que se aplica tanto a niños como a adultos: obtener el consentimiento”.

Aprendizaje a la reflexión y la capacidad crítica
Tener un perro en casa es también una oportunidad para desarrollar la reflexión y la capacidad crítica desde pequeños.
Así lo afirma Jessica Pierce, que lo argumenta del siguiente modo en las páginas de su libro: “crecer en un hogar multiespecie ofrece grandes oportunidades para este aprendizaje, aunque también se corre el riesgo de transmitir a los niños el mensaje de que los animales son pertenencias humanas”, dice.
La experta anima a “involucrar a los niños en conversaciones francas sobre las contradicciones morales de la tenencia de animales de compañía”. De esta forma, señala, “pueden animarlos a ser éticamente autorreflexivos y curiosos”.

Aprender a adiestrar
En su libro ‘¿Qué es un buen perro? Y cómo nos puede ayudar a ser mejores personas', Jessica Pierce también anima a los padres a permitir que sus hijos adiestren a sus perros a través de trucos.
En su opinión, “el adiestramiento con trucos también puede ser una excelente forma de que los niños aprendan sobre el comportamiento y la cognición del perro, sin las graves consecuencias que pueden derivarse de una enseñanza confusa o poco hábil de habilidades esenciales como ‘ven’”.
Además, recalca Jessica Pierce que las investigaciones científicas han demostrado que la resolución de conflictos provoca emociones positivas. “El adiestramiento con trucos tiene el potencial de hacer felices y excitar a los perros. Sin embargo, debemos escuchar a nuestro perro. Si hay trucos con los que nuestro perro no parece disfrutar, táchalos de la lista”, recalca. Esto es algo que podemos enseñar o que los peques pueden aprender directamente empatizando con su perro, de ahí que también sea otro aprendizaje para ellos y ellas.

A modo de conclusión de este fragmento del libro en el que nos hemos centrado en esta pieza, Jessica Pierce hace un alegato por abandonar el concepto obediencia de la relación entre humanos y perros. Y lo hace, precisamente, dibujando un paralelismo con la infancia y las personas adultas: “Muy pocos padres de niños humanos dirían que su objetivo como padres es producir un niño obediente, un niño que siempre haga lo que decimos. Creo que hay más padres que dirían que quieren que sus hijos sean pensadores independientes y personas buenas y felices”, concluye.
Si tienes hijos y estás pensando en adoptar un perro, auí te contamos qué razas de perros son los mejores para estar con niños.