Permitir que los niños se aburran y que durante ese tiempo no echen mano de los dispositivos digitales puede ser una de las mejores prácticas que los padres pueden poner en marcha durante el verano según recomiendan los psicólogos y otros expertos.
Las vacaciones estivales suponen para niños y adolescentes la oportunidad de descansar después del curso escolar y contar con tiempo libre para realizar aquello que más les gusta. Sin embargo, como advierten los expertos de la plataforma de control parental Qustodio, “muchas veces durante el tiempo de vacaciones, los menores cuando se encuentran sin nada que hacer y surge el aburrimiento se sumergen en los dispositivos tecnológicos en donde pueden invertir varias horas al día”. Así lo demuestra el último informe realizado por esta plataforma “Nacer en la era digital: la generación de la IA” donde se revela que los menores pasan, ni más ni menos, que una media de cuatro horas al día frente a las pantallas.

"El aburrimiento reduce el estrés en los niños y potencia su creatividad"
Este tiempo que los niños y adolescentes dedican a los dispositivos tecnológicos resiente su capacidad de creatividad como señala otro estudio publicado en la Revista de Investigación de Creatividad. Frente a las buenas noticias recientemente publicadas por PISA que señala a los alumnos españoles como unos de los más creativos de Europa (y al alumnado de la Comunidad de Madrid como el más creativo de toda España) , este informe indica que la creatividad de los más pequeños se ha reducido en los últimos años en comparación con las generaciones anteriores y una de las causas está en el aumento del uso de los dispositivos tecnológicos. “Ver videos o jugar a videojuegos en su tiempo libre limita las oportunidades que tienen de jugar libremente y explorar mundos a través simplemente de su imaginación. Y muchas veces esto se consigue aburriéndose ya que no hay ningún elemento que les distraiga”, sostiene Emily Lawrenson, Communications Manager de Qustodio.
De la misma opinión es la psicóloga Natalia García-Campos. La coordinadora del equipo de psicología de la clínica Psikids explica a Ser Padres que el exceso de estimulación al que están sometidos niños y adolescentes, en la mayoría de las ocasiones a causa de las pantallas, es un factor que puede generarles estrés: “El exceso de estimulación tiene un peso específico importante en la generación de estrés de los más pequeños. Los niños están acostumbrados a un nivel de activación cerebral muy elevado, no están “programados” para aburrirse o disfrutar del silencio o para observar la naturaleza o, simplemente, dar un paseo en que puedan sorprender sus sentidos de manera sencilla”, nos cuenta la psicóloga.
Por otra parte, García-Campos señala que hay que tener en cuenta que las manifestaciones de estrés y ansiedad son diferentes en los niños y adolescentes que en los adultos. Además, añade que, en ese sentido, entran en juego rasgos de su personalidad: “Así, los más introvertidos tenderán a presentar trastornos de sueño o alteraciones en la alimentación frente a los extrovertidos que suelen presentar con más frecuencia problemas de conducta y otras manifestaciones más tangibles”.

Por esas razones, la experta de Psikids recomienda que en vacaciones puede ser interesante programar un tiempo diario con baja estimulación: “que tengan tiempo para aburrirse dando la opción de observar, de descubrir pequeñas cosas que estimulen sus sentidos y desarrollen su creatividad”. García-Campos añade que es recomendable “generar oportunidades de espacio al aire libre sin actividades muy estructuradas”.
Lo cierto es, como señalan desde Qustodio, que en un mundo tecnológico donde los niños están sometidos a estímulos constantes y donde se topan contenido hecho a su medida, los menores no dejan espacio para el aburrimiento.
Beneficios del aburrimiento para los niños
Emily Lawrenson, Community Manager de la plataforma Qustodio enumera algunos de los beneficios que reciben nuestros hijos cuando les dejamos que se aburran. El aburrimiento:
- Potencia su imaginación: Los estudios demuestran que el aburrimiento obliga a la mente de los niños a pensar con libertad, generar nuevas ideas o recorrer mundos fantásticos. “Aunque, en un primer momento, puede ser frustrante para ellos, ya que requiere de esfuerzo; descubrir por sí mismos cómo entretenerse les acabará resultando gratificante”
- Les ayuda a conocerse mejor: cuando se está aburrido se tiende a reflexionar más sobre uno mismo. “La tranquilidad que puede transmitir no estar haciendo nada ayuda a ver las cosas con mayor distancia, a pensar con mayor claridad y a reflexionar sobre lo que ocurre a tu alrededor y cómo uno se siente al respecto”.
- Mejora la atención: La revista estadounidense “Scientific American” explica en un artículo que no estar haciendo algo preserva la concentración del cerebro, por lo que, cuando se tiene que poner la atención en otra cosa, la cabeza está más descansada y receptiva para poder llevar a cabo cualquier actividad.
Por todo esto, Lawrenson, señala que, aunque es innegable que la tecnología juega un papel importante en el ocio de los niños, también hay que ayudarles a encontrar un equilibrio: “Los padres tenemos que hacer un esfuerzo para que desarrollen su imaginación y sepan lidiar con el aburrimiento, ya que también forma parte del día a día. No hay que tener miedo a dejar que nuestros niños se aburran”, opina, por último, la experta de Qustodio.
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