¿Cuándo decimos que un parto es a término?
Aunque antes se entendía que un embarazo a término pleno era aquel que duraba entre 37 y 42 semanas, las evidencias han hecho cambiar esta visión. Se trata de un período fundamental para que el bebé termine de desarrollarse, lo que esto hace cambiar el punto de vista sobre lo que es nacer a término. Veamos las diferencias.
El embarazo normalmente tiene una duración de unas 40 semanas, que son unos 280 días desde el primer día desde el último período hasta la fecha prevista de parto. Antes, se concebía que un embarazo que duraba entre 37 y 42 semanas era un embarazo a término completo. Pero lo cierto es que ese período es muy importante para el desarrollo del futuro niño, y nacer en una u otra semana es bien diferente. Por este motivo, las definiciones de “parto a término” actualmente se entienden de otra manera.
Como decimos, el embarazo en condiciones óptimas dura 40 semanas. Actualmente, según el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG, por sus siglas en inglés) y la Sociedad de Medicina Materno-Fetal (SMFM) se define el embarazo a término completo como aquel que tiene una duración de entre 39 semanas y 40 semanas y 6 días.
Esto significa que los niños nacidos a término completo tienes mayores probabilidades de crecer sanos, en comparación a aquellos que nacen antes o después. En este sentido hoy en día se conciben estos conceptos tal y como vemos a continuación.
Definiciones del parto a término
- Parto a término temprano o adelantado. Tiene lugar entre la semana 37 y la semana 38 y 6 días.
- Parto a término completo o pleno. Se produce entre la semana 39 y la semana 40 y 6 días.
- Parto a término tardío. Se da entre la semana 41 y la semana 41 y 6 días.
- Parto postérmino. Es el que se produce después de la semana 42.
¿Por qué se renovaron las definiciones?
Anteriormente, se consideraba que dar a luz entre las semanas 37 y 42 era tener un parto a término. Y es que, los profesionales entendían que nacer en ese intervalo de 5 o 6 semanas, era una fase segura para que la mayoría de bebés naciera.
Sin embargo, algunas investigaciones llevadas a cabo en los últimos años indican que cada semana de embarazo cuenta en la salud del bebé, y que en esas últimas ocurren muchos acontecimientos importantes para su desarrollo. Un ejemplo es ver cómo los pulmones y el cerebro del futuro niño aún se están desarrollando en esa fase de gestación.
Por este motivo y con el objetivo de que los bebés nazcan sanos, se propusieron estas definiciones actualizadas, para así tratar de evitar los partos adelantados que se programan más temprano sin justificación médica.
Lo más aconsejable es dejar que la naturaleza siga su propio curso, y si se está llevando un embarazo saludable es mejor no intervenir. En caso de tener que hacerlo por tener que inducir el parto o programar una cesárea, lo más recomendable es que sea después de la semana 39.
Excepción del parto a término
No obstante, pueden darse excepciones, y a veces lo mejor para la salud de la madre y la del bebé es tener un parto anticipado. Por ejemplo, sería lo más acertado si la embarazada está presentando problemas como complicaciones en la placenta, con la cantidad de líquido amniótico o con algún problema derivado de un embarazo anterior.
Por otra parte, en el caso de los embarazos múltiples, algunos estudios aconsejan que es mejor no llegar al parto a término completo, por lo que dar a luz a gemelos, mellizos (o más hijos) en la semana 38 no se considera arriesgado.