Nudo en el cordón umbilical, ¿cuáles son los riesgos?

Se estima que, en realidad, en uno de cada cien embarazos se forma un nudo en el cordón umbilical, el cual le brinda la posibilidad de vivir y crecer. Se trata de una complicación poco frecuente, pero de producirse, en ocasiones puede tener graves consecuencias.
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Un nudo de cordón es, médicamente, como se conoce a la presencia de un nudo en el cordón umbilical del bebé. Algunos nudos se forman durante el embarazo, por ejemplo cuando el bebé se da la vuelta y gira en su propio saco amniótico; otros nudos se forman durante el momento del parto. Son denominados también bajo el término de nudo verdadero del cordón umbilical.

Se estima que los nudos del cordón umbilical ocurren en aproximadamente uno de cada cien embarazos.

La mayoría son relativamente ‘flojos’, no presentando ningún problema. Suelen ser más comunes, de hecho, los conocidos como bucles nucales o cordones nucales, que es el término médico que se utiliza cuando el cordón umbilical se enrolla alrededor del cuello del bebé. En este caso, ocurren en la cuarta parte de todos los embarazos (aunque rara vez representan riesgos para el bebé).

Pero si el cordón umbilical del bebé se forma tempranamente, es posible que tanto el crecimiento o desarrollo y los movimientos futuros del bebé puedan apretar el nudo y exprimir tanto la sangre como el oxígeno al bebé. De esta forma, se vuelven mucho más peligrosos a medida que el bebé se acerca al nacimiento, y en el peor de los casos, puede causar asfixia (lo que puede derivar en daño cerebral o la muerte).

¿Cómo se produce el nudo en el cordón umbilical?

Al comienzo del embarazo, el bebé, aún de muy pequeño tamaño, tiene mucho espacio para moverse alrededor del útero. Sin embargo, mientras lo hace, puede formar un lazo y arrastrar el cordón umbilical, produciéndose un nudo.

La mayor parte de los médicos creen que la mayoría de los nudos se tienden a formar entre las 9 y 12 semanas de embarazo. Y, luego, curiosamente, durante el parto.

Existen algunos factores que pueden conducir a la formación de nudos. Por ejemplo: madre mayor, bebé varón, bebé pequeño y/o muy activo, la presencia de un cordón umbilical largo, líquido amniótico excesivo en el saco, un segundo o posterior embarazo, o la existencia de múltiples bebés en el útero.

Riesgos de la existencia de un nudo en el cordón umbilical

También es posible que exista un riesgo mayor si existe diabetes gestacional o la futura mamá se ha sometido a una amniocentesis.

Cuando el nudo se ha formado antes del parto es común que éstos se formen o se aprieten a medida que el bebé se mueve, y se posiciona para el nacimiento. Por este motivo, cuando se diagnostican, los médicos deben estar atentos a cualquier señal de sufrimiento fetal, ya que sería una señal clara de la presencia de un nudo apretado.

A pesar del uso generado de las imágenes de ultrasonido durante el embarazo, la realidad es que muchos casos de nudos del cordón umbilical no son diagnosticados antes del nacimiento. El examen doppler en color y en cuatro dimensiones ayuda al diagnóstico de un nudo verdadero en el cordón umbilical.

¿Qué es el cordón umbilical?

El cordón umbilical es un elemento fundamental a lo largo de toda la gestación, ya que conecta a un bebé en el útero con su madre. Se extiende desde una abertura que se sitúa en el estómago del bebé hasta la placenta, presente en el útero. Se estima que puede llegar a medir unos 50 centímetros de largo.

Se trata de un elemento fundamental porque proporciona al bebé una sangre especialmente rica en oxígeno y en nutrientes desde la placenta a su torrente sanguíneo. Mientras que, hacia el final del embarazo, la placenta pasará los anticuerpos a través del cordón umbilical, proporcionándole al bebé la inmunidad necesaria para hacer frente a las infecciones durante los 3 meses siguientes al nacimiento.

Se compone de una vena, la cual lleva la sangre rica en oxígeno y nutrientes, y dos arterias que devuelven la sangre desoxigenada y determinados productos de desecho, como por ejemplo el dióxido de carbono. Y lo hace de vuelta; es decir, desde el bebé hasta la placenta.

Estos vasos sanguíneos están cerrados y protegidos por una sustancia de consistencia más bien pegajosa, conocida como gelatina de Wharton. A su vez, ésta se encuentra cubierta por una capa de membrana llamada amnios.

En el caso particular del nudo del cordón umbilical, lo cierto es que en la mayoría de las ocasiones se tratan de nudos falsos, lo que significa que en realidad son alteraciones en la estructura, pero sin importancia médica.

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