El crecimiento de las niñas involucra una serie de factores genéticos, hormonales y ambientales. A menudo se dice que las chicas dejan de crecer antes que los chicos, pero la realidad es más compleja. Este artículo explora las etapas y factores que influyen en el crecimiento de las niñas.
Factores que influyen en el crecimiento de las niñas
Siempre se ha dicho que los chicos crecen hasta los 21 años y que las chicas se desarrollan antes pero dejan de crecer mucho antes. Pero, ¿es esto verdad o tan solo se trata de un mito popular? Sí es verdad, pero con algunos matices.
Influencia de la genética y la alimentación
La pubertad y la genética no son los únicos factores que determinan el final del crecimiento de una adolescente (tampoco de un chico). Sí es cierto que son los más importantes —el 80% de la talla viene marcada por la genética—, pero durante la maduración pueden ocurrir puntos de inflexión en la vida del menor que afecten a su crecimiento. Además, también influyen cuestiones como la correcta alimentación. Una dieta equilibrada, rica en nutrientes esenciales como proteínas, calcio y vitaminas, puede ayudar a alcanzar el potencial genético de crecimiento.
En España, la altura media de una niña de 12 años suele rondar los 150 centímetros, aunque esto puede variar significativamente según la genética y la nutrición. La desnutrición o una dieta excesivamente alta en calorías y baja en nutrientes pueden dificultar el desarrollo. La actividad física también importa. Las niñas que participan en actividades físicas tienden a tener una mejor salud ósea y, en algunos casos, pueden alcanzar una estatura ligeramente mayor que aquellas que llevan una vida sedentaria.
Las hormonas y su papel en el crecimiento
La hormona del crecimiento se secreta en la hipófisis y es controlada por el hipotálamo. Las hormonas sexuales influyen, pero existen otros estímulos mucho más poderosos. Solo es necesario comprobar como dentro del mismo grupo de chicas de edad similar hay siempre algunas que siguen pareciendo niñas y otras que son altas y en pleno proceso de convertirse en mujeres. Pasa igual con los niños cuando les llega su turno.
Hay niñas que maduran temprano porque sus hormonas sexuales están a pleno rendimiento antes, todo lo contrario que en el caso de las denominadas “maduradoras tardías”. El estudio del hospital Vall d'Hebron muestra que “como media, las chicas maduradoras muy tempranas miden 129 cm de altura a los 8 años, mientras que las muy tardías miden 126 cm. Pero, a los 12 años, las muy tempranas miden 157 cm mientras que las muy tardías miden 145 cm”. La investigación considera ambos patrones como “normales”.

Etapas del crecimiento en la pubertad
La pubertad en las niñas generalmente comienza entre los 8 y 13 años, aunque la mayoría suele iniciarla alrededor de los 10 u 11 años.
Inicio de la pubertad: ¿cuándo comienza?
A partir de este momento, las niñas experimentan una serie de cambios físicos y hormonales que impulsan su crecimiento. El comienzo de la pubertad puede variar entre las niñas, tanto por factores genéticos como por factores ambientales.
Como decíamos antes, la dieta saludable y el estilo de vida activo pueden entrar en la pubertad un poco más tarde que aquellas con un estilo de vida menos saludable. Este inicio temprano o tardío no es necesariamente indicativo de problemas de salud, sino algo normal.
Menarquía y su impacto en el crecimiento
El crecimiento se habrá ralentizado muchísimo con la menarquía, la primera regla, que tiene lugar entre los 12 y 14 años. Algunas chicas pueden crecer hasta 12 centímetros después de este punto de inflexión en su organismo, pero la mayoría no ganan más de seis o siete, y lo hacen en los dos años posteriores.
El impacto de la menarquía en el crecimiento se debe a los cambios hormonales que ocurren en el cuerpo. Las hormonas sexuales, como los estrógenos, comienzan a indicar a los cartílagos de crecimiento que es hora de cerrarse, lo que puede detener el crecimiento en altura.
Este proceso es gradual y puede durar hasta dos años después de la menarquía. Aunque el ritmo de crecimiento se desacelera, las niñas continúan desarrollándose en otros aspectos.
Diferencias en los patrones de crecimiento
En los últimos años, la ciencia ha desterrado algunas verdades universales al respecto del ritmo de crecimiento de los adolescentes. Entre los estudios que se pueden mencionar para acreditar este cambio no figuran investigaciones firmadas por universidades del otro punto del globo, sino que entre ellos se encuentra uno firmado por el prestigioso hospital Vall d’ Hebron de Barcelona.
Según dicha investigación, los adolescentes tienen ritmos de crecimiento individual. Esto es, existen patrones distintos de crecimiento puberal y no solo uno como se había creído hasta la fecha (y como muchas personas siguen creyendo). El estudio, publicado en el año 2019, sirvió para validar esta nueva clasificación de velocidades del crecimiento, ya que demuestra la existencia de hasta cinco velocidades de crecimiento normales en los adolescentes.

Variabilidad en la maduración de las niñas
Algunas niñas pueden experimentar un crecimiento rápido y temprano, mientras que otras pueden desarrollarse más lentamente. Ambas situaciones son normales y reflejan la diversidad de ritmos de maduración.
Maduración temprana y tardía: ¿qué significa?
Las niñas que maduran temprano pueden comenzar a desarrollar características sexuales secundarias, como el crecimiento mamario y el vello púbico, antes de los 10 años. Esto puede llevar a desafíos emocionales y sociales, como sentirse diferente de sus compañeras. Por otro lado, las niñas que maduran tardíamente pueden no experimentar estos cambios hasta después de los 12 años. Del mismo modo, la maduración tardía puede generar ansiedad en algunas niñas que se sienten rezagadas. Ambos patrones de maduración son normales.
Debemos educar desde el apoyo emocional, la orientación a las niñas y el respeto por la diversidad.
Comparación de estatura a los 18 años
A pesar de las diferencias en el ritmo de crecimiento, la estatura final de las niñas tiende a ser bastante similar. Según el estudio del hospital Vall d’Hebron, las niñas que maduran temprano y las que lo hacen más tarde alcanzan una estatura promedio de alrededor de 167,7 centímetros a los 18 años. Esto sugiere que, aunque el camino hacia la madurez puede ser diferente para cada niña, el destino final es sorprendentemente comparable.
La altura promedio de una niña de 12 años en España es de aproximadamente 150 centímetros, lo que se alinea con las tendencias observadas en otros países europeos. Sin embargo, es importante recordar que estas cifras son solo promedios.
Importancia de reconocer la diversidad de ritmos
Cada niña es única y experimentará la pubertad y el crecimiento a su propio ritmo. Es importante que tanto los padres como los educadores eviten hacer comparaciones entre niñas y que hagan comentarios sobre su físico o el de las demás.
Fomentar una cultura de aceptación y comprensión puede ayudar a las niñas a desarrollar una imagen corporal positiva y una autoestima saludable.

Consideraciones finales sobre el crecimiento
Resumimos algunas de las conclusiones finales sobre el crecimiento de las niñas.
¿Hasta qué edad crecen las niñas después de la menstruación?
Después de la menarquía, el crecimiento en altura de las niñas generalmente se ralentiza, pero no se detiene. En promedio, las niñas pueden crecer entre 5 y 7 centímetros adicionales después de la menarquía.
Este es un proceso natural y no debería ser motivo de preocupación a menos que haya signos de problemas de salud. Si los padres tienen preocupaciones sobre el crecimiento de su hija, deben consultar a un médico.
Consejos para un crecimiento saludable
Para ayudar en el crecimiento saludable, las niñas pueden llevar una dieta equilibrada y rica en nutrientes como proteínas, calcio, hierro y vitaminas. Además, la actividad física regular es importante para mantener un peso saludable y fortalecer los huesos.
También es importante mantener unos hábitos de sueño saludables. No es aconsejable el uso de pantallas sobre todo en las últimas horas del día, ya que inciden negativamente en las horas de sueño, y la hormona de crecimiento se segrega principalmente durante el sueño, y puede reducirse por el estímulo de la luz.
Por último, el apoyo emocional y psicológico durante este proceso es importante. Hablar abiertamente de ello puede marcar la diferencia.
Consultas médicas y seguimiento del desarrollo
Los pediatras daros orientaciones sobre el crecimiento y hacer las revisiones necesarias. En algunos casos, puede ser necesario realizar pruebas adicionales para descartar problemas hormonales o de salud subyacentes. El seguimiento médico también proporciona una oportunidad para que las niñas hablen sobre cualquier preocupación que puedan tener. Esto puede ayudar a identificar y abordar cualquier problema a tiempo.