¡De vacaciones a la montaña! ¿Qué me recomienda el pediatra para estos días?

Llegan las vacaciones de verano y hay familias que deciden irse a la playa y otras a la montaña. Cuando vamos a la montaña con niños tenemos que seguir una serie de recomendaciones para proteger a nuestros hijos frente a diversos factores y así poder disfrutar al máximo de los días de vacaciones en plena naturaleza, algo ideal para los más calurosos.
niño montaña

De igual manera que cuando nos vamos a la playa organizamos una serie de medidas preventivas, cuando vamos a la montaña tenemos que aplicar las mismas e incluso otras que son algo diferentes. Ante todo vamos a disfrutar de la naturaleza pero siempre con seguridad. Vamos a analizar los diferentes aspectos a tener en cuenta:

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Imprescindibles para la excursión 

  • Transporte por carretera: los viajes por carretera de montaña siempre son susceptibles de mareo en los más pequeños (y mayores) por lo que es importante prevenirlo con unos sencillos consejos:
  • Evitar comidas copiosas antes del viaje
  • Adecuar la temperatura del coche para evitar calor excesivo
  • Favorecer actividades como canciones y juegos de seguimiento ocular en vez de videos donde se mantiene fija la mirada
  • Uso de medicación para el mareo en niños con elevada facilidad
  • Planificar paradas frecuentes y aprovechar las horas de siesta
  • Mochila de montaña: se recomienda llevar las mochilas cargadas con agua, comidas rápidas (fruta o tortitas de maíz) y algún brick de leche en los mayores de 1 año. De esta manera si nos coge algún imprevisto vamos a asegurar la nutrición y la hidratación (en la montaña la lluvia no avisa).
  • Calzado: utilizar calzado cómodo y respetuoso pero con suelas que protejan la planta del pie de piedras. Las caminatas son largas y debemos cuidar los pies. Si se dispone de mochilas de porteo (y vuestros hijos las aceptan) facilitarán mucho los paseos.
 
  • Ropa: aunque en la montaña generalmente también hace bastante calor en verano son frecuentes los cambios bruscos de temperatura por lo que se recomienda llevar alguna capa de ropa de más por si llega frío de forma brusca (una sudadera y un impermeable sin imprescindibles). Además es importante llevar muda de recambio por si llueve para evitar rozaduras debido a la ropa mojada.
  • Protección solar y frente al calor: gorro, gafas homologadas y protección solar en la rutina de la mañana son imprescindibles. Debemos reaplicar con frecuencia y no confiarnos de los días nublados ya que la radiación ultravioleta no entiende de nubes. La protección solar debe ser con filtros físicos y siempre FPS50+. Además si utilizamos ropa de protección solar disminuiremos el daño por radiación de forma muy importante. La hidratación debe ser frecuente y debemos evitar realizar excursiones en las horas centrales del día ya que el calor y la radiación ultravioleta son mayores.
  • Tiempos de descanso: estamos de vacaciones y podemos permitirnos modificar un poco los horarios habituales, pero debemos intentar que sean lo más similares al día a día ya que de esa forma evitaremos rabietas y problemas de sueño (será todo mucho más gestionable). Recordemos que la actividad física estos días será mayor por lo que los menores estarán más cansados así que tendremos el reto de adaptarnos a la marcha
Toma nota y comprueba si falta algo en tu botiquín casero. - Istock
  • Botiquín de primeros auxilios: los accidentes y la fiebre pueden aparecer de forma inesperada y debemos estar preparados. Para fiebre y dolor llevaremos ibuprofeno y paracetamol. Es recomendable llevar gasas, clorhexidina y tiritas para pequeñas heridas. No debemos olvidar también suero para limpiar heridas o poder limpiar los ojos en caso de que entre polvo u objetos pequeños. Es muy recomendable realizar excursiones a zonas de fácil acceso y con centros de atención sanitaria cercanos ya que no debemos olvidar que viajamos con niños.

Hay que armarse de paciencia porque todo esto es nuevo para muchos de los niños, son muchas emociones y hay un alto grado de excitación. Es normal que se pierda la paciencia, ¡y no sólo una vez!. Esto es parte del aprendizaje para nuestros hijos pero también para nosotros como padres y estas experiencia nos ayudarán a mejorar los futuros viajes a la montaña, algo que enriquece enormemente la relación de los niños con la naturaleza.

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