Cuando te encuentras mal y practicas la lactancia materna, te preocupas sobre las consecuencias que puede tener el tomar determinados medicamentos. Las malformaciones solo pueden producirse durante el embarazo, cuando el cuerpo del bebé se está formando. Los efectos secundarios de los medicamentos en los niños y en los bebés suelen ser del mismo tipo que en los adultos. Puede haber variaciones en la intensidad o en la probabilidad del efecto; a veces el niño es más sensible, o su capacidad para eliminar el medicamento es menor. Pero el peligro, en el niño y en el adulto, es del mismo tipo.

¿Cómo saber si un medicamento es peligroso o compatible con la lactancia?
En primer lugar, si precisamos un medicamento lo más habitual es que nos lo haya prescrito un médico y por tanto si está informado de que se está ofreciendo lactancia materna lo habrá tenido en cuenta. Si existen dudas lo más importante es siempre buscar información en la ficha técnica del producto y en fuentes de información contrastadas y validadas. En España la mejor fuente de información es la web e-lactancia.org donde profesionales sanitarios han recopilado no sólo medicamentos sino también productos de uso diario (cosméticos, alimentos…).
Generalmente la mayoría de medicamentos de uso habitual para enfermedades banales (ibuprofeno, paracetamol, antibióticos…) son seguros y además de uso habitual en pediatría.
¿Cómo elegir el fármaco adecuado?
La mayoría de las enfermedades se pueden tratar con varios medicamentos distintos. Dedicándole unos minutos, su médico podrá orientarle sobre cuál es el más adecuado. Por desgracia, los prospectos suelen estar equivocados en lo referente a la lactancia. En cientos de medicamentos, que sabemos con absoluta certeza que se pueden tomar sin problemas, aparecen advertencias inquietantes del tipo 'no está establecida su seguridad durante la lactancia'.
Hay muy pocos medicamentos que realmente estén contraindicados durante la lactancia, y básicamente son medicamentos usados para tratar el cáncer o el sida. Nuestro médico debería darnos información fiable. Si nos dicen que hay que destetar o que no pueden darnos nada mientras demos el pecho, debemos consultar al pediatra, que seguramente es el que más sabe sobre fármacos y lactancia.
Dudas frecuentes
Con la cantidad que pasa a la leche tu hijo no tiene ni para empezar. Y no, no se le juntará demasiada, es como si tu hijo, en vez de tomarse una pastilla, tomase 1,01 (o 1,0001) pastillas. En general, no tiene importancia. El medicamento no tiene ningún peligro, y no hay que darle más vueltas.

En algunos casos muy concretos para aquellos medicamentos que se pueden tomar, pero con grandes precauciones, puede que tu médico te aconseje un horario concreto. El truco es intentar que el pico máximo del medicamento en la sangre (que es distinto en cada fármaco, muchas veces entre 30 minutos y dos horas después de tomar la pastilla, pero a veces más tarde), no coincida con una toma. Cuando el tratamiento se toma solo una vez al día, y además el niño duerme de un tirón (se dice que algunos lo hacen), lo mejor suele ser tomar la pastilla tras la última toma de la noche. Si te han dicho que se puede, se puede. El biberón no es tan buena opción como la lactancia materna.
Si no estás enferma, o no necesitas el tratamiento, no tomes nada. Pero si lo necesitas, el médico te habrá recetado la dosis adecuada. No se te ocurra tomar menos.