La enuresis o enuresis nocturna, también conocida como mojar la cama, escapes nocturnos o pis en la cama, es la pérdida involuntaria de orina durante el sueño en niños mayores de 5 años.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Sociedad Internacional de Continencia de los Niños, se habla de enuresis cuando los escapes tienen una frecuencia de al menos una vez al mes. Las principales guías de clasificación de enfermedades, especialmente la de la OMS, la consideran una enfermedad.
De sufrir pérdidas de orina tu hijo durante el sueño, pasados los 5 años, es importante consultar con el pediatra y observar el trastorno para diferenciar si es enuresis primaria (un retraso madurativo que afecta principalmente al tracto genitourinario), o enuresis secundaria (la que aparece tras una temporada de control de esfínteres). Puedes encontrar más información en la web Mojar la cama.

Causas de hacer pis en la cama
Un fallo en el mecanismo del despertar, la alteración del ciclo circadiano de la vasopresina (hormona antidiurética) que no baja la producción de orina nocturna o la inestabilidad vesical con contracciones involuntarias del músculo detrusor de la vejiga, son las principales causas.
El primer estudio mundial de Asociación del Genoma en la Enuresis muestra que el riesgo de orinarse en la cama es de 5 a 7 veces mayor en niños con un padre enurético y, aproximadamente, 11 veces mayor si ambos padres padecieron este problema en la infancia.
La enuresis puede ser hereditaria. Además, se ha comprobado una estrecha relación con estreñimiento, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS), y puede ser síntoma de enfermedades más graves como la diabetes.
Consecuencias de hacer pis en la cama
La enuresis tiene un gran impacto para el niño y su familia. Afecta a su autoestima, su bienestar emocional, sueño, actividad diurna, rendimiento escolar, desarrollo social y relación con otros niños.
Además, puede ser motivo para el acoso escolar o puede que el niño acosado comience a mojar la cama de nuevo. Por todos estos motivos, conviene ponerse en manos del pediatra.