Sin duda, la clave para un buen despertar es un buen descanso. Pero,¿sabes cuántas horas de sueño deben tener los niños? Pues según las recomendaciones de la OMS:
- los lactantes (menos de un año) deben tener de 14 a 17 horas (de 0 a 3 meses de edad) o de 12 a 16 horas (4 a 11 meses de edad) de sueño de buena calidad, incluidas las siestas
- los niños de 1 a 2 años: deben tener de 11 a 14 horas de sueño de buena calidad, incluidas las siestas, con horarios regulares para dormirse y despertarse.
- los niños de 3 a 4 años deben tener de 10 a 13 horas de sueño de buena calidad, que puede incluir una siesta, con horarios regulares para dormir y despertarse
- A partir de los 5 y 6 años los niños deben dormir entre 9 y 12 horas al día de forma regular.
Sin embargo, a pesar de estas recomendaciones, el Instituto de Investigaciones del Sueño señala que hasta el 60% de los niños españoles no cumple con las horas recomendadas y hasta uno de cada tres puede presentar síntomas de somnolencia durante el día
Los expertos añaden, además, que tan importante como la duración del sueño es la regularidad. Sueño, alimentación y actividad física son los tres hábitos que no pueden faltar en la rutina de ningún niño.
Siguiendo las recomendaciones de la OMS y de pediatras especialistas en sueño, hemos reunido una serie de consejos que te ayudarán a establecer una rutina adecuada de descanso para tu hijo. Sin duda, la base para un buen despertar.
Consejos para que tu hijo se levante temprano y contento
Toma nota de estos consejos y pon en marcha el mecanismo para lograr que tu hijo se despierte contento por la mañana:
¡Buenos días, lo primero! Cuando entres en su cuarto a despertarle, háblale en voz baja, de forma suave y relajada. Poco a poco, puedes ir subiendo el tono de voz y de los susurros, ir pasando a caricias, juegos y cosquillas.
Sube las persianas y abre las cortinas: En lo que se despierta y si ya ha amanecido, es aconsejable que subas las persianas para que entre luz natural. Esto ayuda a regular su ciclo circadiano que da señales a su cuerpo indicándole que es hora de levantarse y comenzar el día.
Un despertador divertido: Otra sugerencia es buscar un despertador infantil. Podéis ir juntos a comprarlo para que sea de su gusto: con su color preferido, por ejemplo. También los hay con alarmas y canciones divertidas. Es una buena idea para levantarse de buen humor.
Un buen desayuno: Nada mejor para motivarle que prepararle su desayuno favorito: que le guste pero que, a la vez, sea saludable y nutritivo. El olor del desayuno cuando abras la puerta de su habitación para despertarle, puede ser un buen aliciente para sacarle de la cama.

Recuérdale algún plan chulo del día: Háblale de sus gustos e ilusiones. ¿Hoy le toca practicar su deporte favorito? ¿Ha quedado con sus amigos o va a ver a sus primos después de bastante tiempo? ¿Tiene un cumpleaños? ¿Vais a salir a dar un paseo juntos?… Recuérdaselo a la hora de despertarse y verás como salta de la cama.
Establece una rutina de sueño: Un descanso de calidad se consigue con una rutina adecuada, según la OMS.
Sin duda, una rutina de sueño constante es clave para que los niños duerman mejor y se despierten contentos por la mañana. Acostarse siempre a la misma hora es uno de los mejores hábitos para dormir y descansar bien.
También los fines de semana: Aunque puede dormir un pelín más el sábado y el domingo, conviene mantener un horario regular para dormir y despertarse, también el fin de semana. Esto facilita regular su reloj interno y le ayuda a un buen despertar diario, de lunes a domingo.
Nada de pantallas, ni de actividad física intensa antes de dormir. Los expertos recomiendan no mirar ningún tipo de pantalla, ni realizar ningún tipo de actividad física intensa, al menos desde dos horas antes de irse a dormir.
Una rutina adecuada para toda la familia: Los pediatras especialistas en sueño recomiendan establecer un horario regular a la hora de dormir por parte de todo el núcleo familiar, no solo de los niños. En cada una de las etapas de la infancia y la adolescencia, los padres deben dar ejemplo por lo que también deben ser partícipes de esos hábitos antes de irse a la cama.
Realizar actividades habituales antes de descansar como tomar un baño, cenar y leer un cuento antes de irse a la cama son también ejemplos prácticos para mejorar el descanso.
A medida que el menor va cumpliendo años, las horas de sueño irán disminuyendo poco a poco pero se debe continuar con esas rutinas previas que favorezcan su descanso y por consiguiente, su feliz despertar.
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