Una nueva aplicación de la ecografía Doppler relaciona la placenta con el peso del feto

Con esta prueba se registra, entre otros datos, el flujo sanguíneo, la circulación cerebral del feto, así como la circulación uterina
Ecografía

Según un reciente estudio llevado a cabo en los Países Bajos, las ecografías Doppler han demostrado su eficacia para ayudar a comprobar si la causa del bajo crecimiento del feto es el funcionamiento anormal de la placenta. De esta forma, se puede conocer si el crecimiento no es el esperado ya que con esta prueba médica se registra el flujo sanguíneo, el del cordón umbilical, la circulación cerebral y cardiaca del feto, así como la circulación uterina. 

Un avance que permite a los profesionales detectar problemas de placenta en bebés pequeños y actuar en consecuencia como recuerdan estos expertos de la Amsterdam University Medical Center (UMC) que han llevado a cabo este estudio en colaboración con la Groningen University Medical Center y otros 17 hospitales del país donde de manera normal se llevan a cabo ecografías rutinarias a las mujeres embarazadas para poder examinar los órganos del bebé y captar imágenes del mismo, así como otras pruebas para monitorizar el desarrollo del feto. 

Mujer con una ecografía de su bebé en la mano - Istock

Medición del riego sanguíneo del feto

Los profesionales que han trabajado en este estudio confirman, además, que cuando el tamaño del feto es más pequeño de lo deseado en la semana de gestación pertinente es importante comprobar si la placenta está funcionando con total normalidad y para ello, resulta esencial llevar a cabo esta ecografía Doppler que mide el flujo sanguíneo. "Si en las mediciones con el Doppler hay desviaciones repetidas es posible que haya un mayor riesgo de deficiencia de oxígeno y otros problemas de salud para el bebé”, explican.

Igualmente, esta misma ecografía comprueba el suministro de sangre al cerebro del bebé y si este es mayor de lo habitual. Si esto sucede puede ser una señal de que la placenta no está funcionando bien.

Como estos mismos profesionales de la Amsterdam University Medical Center, liderados por el profesor de obstetricia Wessel Ganzevoort, si el feto es más pequeño no hay que alarmase si está sano y, por tanto no es necesario realizar intervención alguna durante el embarazo. Al contrario, ante "una placenta disfuncional hay que actuar y en ocasiones es necesario inducir al parto"

Inducir al parto si no crece adecuadamente

Otro de los resultados cosechados con este estudio era comprobar si era más beneficioso o no para el bebé que se indujera el parto a la madre antes de que se cumpliese la semana 37 de edad gestacional. 

Sin embargo, tras analizar los datos obtenidos llegaron a la conclusión de que lo más recomendable para el feto era esperar al menos hasta que esa semana se hubiese completado del todo antes de pensar en adelantar el parto de manera artificial. “Es mejor que el bebé permanezca en el útero el mayor tiempo posible, siempre y cuando no existan riesgos adicionales de problemas de salud”, detallan.

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