Para poder trabajar en la felicidad de los niños, lo más importante es trabajar primero la felicidad de uno mismo. Cuando se está bien internamente, se podrá transmitir ese bienestar a los hijos. Por tanto, para ser una buena madre o un buen padre, primero hay que tratar de estar bien.
Todos los padres y madres quieren lo mejor para sus hijos, pero es esencial no compararse constantemente, especialmente con lo que sale en redes sociales, aunque no siempre sea fácil.
Hay algunos rasgos comunes que definen a una buena madre o un buen padre. La primera: pasar tiempo de calidad con tus hijos. El tiempo compartido puede ser menos del que nos gustaría por el trabajo, pero siempre debe ser de calidad. Y hay otra cosa básica: que se sientan queridos y respaldados incondicionalmente. Solo con esto, ya lo estás haciendo genial.
5 cosas que hacen ser buena madre o buen padre
1. Ser un buen apoyo en sus decisiones
Hay que entender que un hijo puede pensar diferente a nosotros, y que tomará decisiones que quizá nosotros no habríamos tomado. Lo importante es estar a su lado cuando nos necesite. Es saludable que puedan expresarse con sus decisiones, sus gustos y sus intereses.
2. La paciencia
Hay momentos en que ser padre o madre es todo un reto, por eso es importante trabajar y mantener la paciencia. Mantener la calma y explicar tu postura sin nervios. Recuerda que eres el máximo ejemplo de tus pequeños.

3. Conocer los intereses de los hijos y que confíen en ti
Saber lo que le interesa a tu hijo te ayudará a entenderle mejor. También puedes descubrir cuáles son sus talentos y potenciarlos. No tengas miedo de hacerle preguntas. Es importante ser una buena guía para que aprendan a poner palabras a sus sentimientos y confíen en ti, que seas su lugar seguro.
4. Reglas y límites
Si no estableces límites y reglas cuando tus hijos son pequeños, estarás limitando su habilidad para determinar qué hacer cuando no estés a su lado en la adolescencia. No se trata de investigar a tus hijos constantemente, simplemente de que sean capaces de establecer reglas para sí mismos.
5. Ser consistente
Si solo haces que tus hijos cumplan las reglas de vez en cuando o estás cambiando las pautas establecidas, puede resultar confuso para tus hijos y también puede crearles inseguridad. Es necesario crear consistencia en las rutinas. Si tu hijo siente seguridad y coherencia, será más feliz.
Y, por último, ¡recuerda la importancia de divertiros en familia! Hay que buscar tiempo para jugar, reír, leer, viajar... porque los momentos compartidos son lo mejor, ¿verdad?