Las preguntas más incómodas que nos pueden hacer los niños y cómo salir del paso

Compartimos cuáles son las preguntas más incómodas que nos pueden hacer los niños y los consejos de los expertos para afrontar las respuestas.
Cómo tener una buena comunicación con tu hijo

Los niños no hacen preguntas incómodas. No para ellos y ellas, al menos. De lo contrario, si las vieran incómodas, no las harían. Preguntan por curiosidad e interés, por conocer, por explorar, por juntar las piezas de un puzzle que en su caso todavía tiene mucho que construir. Incómodas son para quienes recibimos esas preguntas carentes de prejuicios y dobles sentidos: los adultos. Especialmente, papás y mamás, que somos a quienes suelen preguntar nuestros peques por motivos obvios.

Cada familia tendrá su experiencia sobre este tema, y por ende, tendrá su selección de preguntas incómodas. Pero, más o menos, es altamente probable que si cruzáramos nuestras selecciones aparecieran algunas de forma recurrente.

Temas como la muerte, la reproducción, el sexo si son un poco más mayores, el origen del mundo, las guerras o el amor son habituales entre las listas de preguntas incómodas que nos pueden hacer los niños y niñas pequeñas.

Aquí compartimos una pequeña lista, subjetiva y personal, que seguramente puedas completar con otras muchas preguntas que te han hecho a ti tus hijos e hijas en algún momento durante la crianza. Recuerda, eso sí, como dice la psicóloga infantil Úrsula Perona, que “en realidad, las preguntas incómodas no existen: solo hay cuestiones a las que no sabemos cómo responder de la manera más adecuada para los más pequeños”.

  • ¿De dónde vienen los niños?
  • ¿Mamá/papá, te vas a morir?
  • ¿Qué hay después de la muerte? ¿Dónde vamos cuando nos morimos?
  • ¿Enamorarse qué es?
  • ¿Qué es el sexo?
  • ¿Por qué yo no puedo ir de vacaciones a Disneyland París como mi amigo/a…?
  • ¿Os vais a separar?
  • ¿Por qué no tengo un hermanito/a?
Madre e hija hablando

Las claves para afrontar las respuestas

Hemos elaborado una lista con diez preguntas incómodas, difíciles de responder en cualquier caso. Que exigen, como mínimo, que reflexionemos bien la respuesta que vamos a dar a nuestros hijos e hijas, respuesta que, por supuesto, debemos adaptar a la edad de los peques.

Esto no quiere decir que les mintamos, así que vete olvidando de ponerle Dumbo y hablarle de la cigüeña y de París para responder a la cuestión de dónde vienen los niños, por ejemplo. Sí pueden funcionar estas otras herramientas: “El sentido del humor, el reconocer que no podemos o sabemos responder en ese momento, o el utilizar las preguntas retóricas nos pueden ayudar a convertir una pregunta incómoda en una oportunidad de aprendizaje”, apunta la psicóloga infantil del centro psicopedagógico Formas.

A continuación, compartimos las cinco claves que nos da Úrsula Perona para responder a preguntas incómodas que nos hagan nuestros hijos e hijas:

Intenta responder con la misma espontaneidad

“Muchas veces estas preguntas pueden dejarnos aturdidos y es difícil responder con naturalidad”, explica la especialista. Si esto ocurre, su consejo es “decirle al niño que nos espere un momento mientras juega y que enseguida volvemos para responder su duda”. Es mejor pedir este momento para pensar y reflexionar que soltar cualquier cosa que nos venga a la cabeza por la boca. “Esto nos dará un momento para pensar con claridad, relajarnos y encontrar un tono de voz suave y pausado con el que contestar adecuadamente”, apunta Perona.

Buscad juntos la respuesta si no la sabes

El segundo consejo que apunta la experta es que les propongamos encontrar la respuesta con nosotros, sobre todo si no sabemos la respuesta. “Seamos francos: no somos un pozo sin fondo de sabiduría”, dice la psicóloga.

Padre e hija

Su consejo, a modo de ejemplo, es decirles algo parecido a esto en caso de que no sepamos la respuesta: “Pues, cariño, mira, esto no lo sé. Pero podemos buscar la respuesta juntos”. Y en ese momento, podéis hacer una pequeña investigación en internet o con libros y convertir así una pregunta incómoda en una oportunidad para los dos de aprender.

Escucha la opinión de tus hijos

No vale dar una respuesta y desaparecer huyendo de más preguntas”, dice Úrsula Perona. “Ahora es momento de preguntarles qué saben sobre el asunto en cuestión y qué opinan al respecto”, agrega. En su opinión, “seguramente disfrutemos mucho escuchando sus respuestas, ya que a estas edades la inocencia, la creatividad y la imaginación son desbordantes”.

No des grandes explicaciones, limítate a su pregunta y edad

Esta pauta ya te la hemos dejado caer antes: respuestas acordes a su edad. “Por ejemplo, si el pequeño pregunta de dónde vienen los bebés, no le vamos a explicar en qué consiste la ovulación”, apunta la psicóloga.”Debemos responder, pero siempre con información adaptada a su edad”, añade.

Para Úrsula Perona, “es importante ser conciso con la respuesta, pues si proporcionamos información de más, la conversación puede acabar en un sinfín de preguntas, en el que lo más seguro es que terminemos sin respuestas y junto a un niño con más dudas que al principio”.

Di siempre la verdad

Esta última clave también la hemos anticipado en la introducción a este punto: “di siempre la verdad”.

En opinión de la psicóloga infantil, “ser deshonestos para evitar enfrentarnos a una pregunta incómoda puede derivar en molestias y contradicciones futuras”. Persona considera que “es mejor dar una respuesta sencilla, pero sincera, que utilizar metáforas, pensamiento mágico o mentiras”.

Recomendamos en