El juego infantil es un componente esencial en el desarrollo de los niños, actuando como un medio a través del cual exploran el mundo, aprenden y desarrollan habilidades fundamentales. A medida que los niños crecen, el juego evoluciona, reflejando su desarrollo cognitivo, emocional y social. Diferentes teóricos, como Jean Piaget y Mildred Parten, han clasificado el juego infantil en etapas que corresponden a distintas fases del crecimiento. Estas etapas no solo describen el tipo de juego predominante, sino que también revelan cómo los niños interactúan con su entorno y con los demás.

Importancia del juego en el desarrollo infantil
El juego es una actividad fundamental que va más allá de la simple diversión. A través del juego, los niños desarrollan habilidades motoras, cognitivas y sociales. En las primeras etapas de la vida, el juego ayuda a los pequeños a descubrir su propio cuerpo y el entorno que les rodea. A medida que crecen, el juego se convierte en una herramienta vital para el aprendizaje, permitiendo a los niños experimentar situaciones de la vida real en un entorno seguro y controlado.
El papel del juego en el aprendizaje y desarrollo de habilidades
El juego permite a los niños desarrollar habilidades esenciales como la resolución de problemas, la creatividad y la comunicación. Desde el juego sensoriomotor hasta el juego de reglas, cada etapa del juego infantil contribuye al desarrollo de competencias específicas. Por ejemplo, el juego simbólico fomenta la imaginación y la capacidad de los niños para representar situaciones y roles. Además, a través del juego, los niños aprenden a interactuar con sus compañeros, desarrollando habilidades sociales críticas que serán fundamentales a lo largo de su vida.
Tipos de juego según Jean Piaget
Jean Piaget, un destacado teórico del desarrollo infantil, identificó tres estadios principales del juego que corresponden a diferentes etapas del desarrollo cognitivo de los niños. Cada estadio refleja cómo los pequeños perciben y se relacionan con su entorno a medida que avanzan en su crecimiento.
Piaget diferenciaba 3 estadios evolutivos:
- Sensoriomotor, de 0 a 2 años, donde sobre todo se ve el juego funcional.
- Preoperacional, de 2 a 6 años, donde los niños principalmente ponen en práctica el juego simbólico.
- Operaciones concretas, donde se ve más el juego de reglas.
Según esto, la evolución del juego infantil sería así:
Los tipos de juego según la etapa de desarrollo infantil según Piaget
Juego funcional, desde el nacimiento hasta los 2 años
- Durante los 6 primeros meses el bebé realizará movimientos espontáneos y poco coordinados con sus brazos, piernas y manos. Esos movimientos le generan placer y le ayudan a dominar las diferentes funciones corporales. Al finalizar esta etapa, cuando domine mejor sus movimientos, comenzará a descubrir los objetos, por lo que le fascinará tenerlos en las manos y llevárselos a la boca.
- De 6 a 12 meses el juego se va transformando en una actividad independiente que le permite explorar su entorno, en gran parte debido a que ya puede mantener mejor el equilibrio. Este juego suele ser repetitivo y monótono ya que el niño quiere comprobar si cada vez que realiza una acción obtiene el mismo resultado. Se trata de un juego muy manipulativo que favorece el desarrollo del pensamiento concreto.
- De 1 a 2 años se presenta el juego de autoafirmación. En esta etapa los objetos pierden parte de su protagonismo ya que lo más importante para el niño es descubrir sus potencialidades. Sus conquistas motoras, el hecho de que ya puede caminar, sumado a que va dominando mejor el lenguaje, le anima a explorar sus nuevas capacidades. No obstante, el niño todavía es demasiado egocéntrico y no tiene las habilidades sociales necesarias como para jugar con otros niños, por lo que mantendrá un juego paralelo. No es inusual ver a niños menores de dos años mirando cómo juegan otros pequeños, sin animarse a participar, o incluso verlos jugando uno al lado del otro, cada quien por su cuenta. No obstante, pueden jugar con niños mayores o adultos que los guíen.
Juego simbólico, de los 2 a los 6 años
El juego simbólico consiste en imitar personas y situaciones. A esta edad los juegos que más gustan a los niños son las construcciones y consecuentes destrucciones. El interés por las construcciones se debe a la necesidad que experimenta de ordenar el mundo según sus propias reglas. La destrucción responde al deseo de demostrar sus habilidades e imponer su control. No obstante, a esta edad ya aparece una conexión entre los movimientos y los símbolos, que será la base para los juegos de roles. De hecho, el niño comienza a repetir en sus juegos las experiencias pasadas positivas.
- Juego pre-social, de los 2 a los 4 años. A esta edad el niño comienza a interesarse por sus compañeros de juego, aunque sigue disfrutando del juego en solitario. Siguen jugando en paralelo, sin interactuar. De hecho, en esta etapa puede aparecer un amigo imaginario. El niño empieza a fingir que es otra persona y asume diferentes roles previamente pactados.
- Juego social, a partir de los 4 años. Comienza el juego compartido. Los niños ya pueden planificar el juego y comienzan a tratar temas más complejos. Se utiliza el lenguaje y el lenguaje solo gestual para elaborar las escenas del juego.
Juego de reglas, a partir de los 6-7 años
A partir de los 6 o 7 años el juego con los otros niños se vuelve muy importante y es fundamental para consolidar su identidad. El niño trata a todos sus compañeros por igual, pero comienza a buscar alianzas estratégicas para comenzar a competir entre ellos, es lo que se le conoce como “juegos de proeza”. A esta edad los juegos ya tienen reglas fijas creadas por ellos mismos y todos deben cumplirlas.
Juego competitivo, de 8 a 12 años
En esta etapa la importancia de los otros niños es enorme, por lo que a menudo no permiten que los adultos participen en el juego. En esta fase suelen aparecer juegos muy competitivos que más tarde se convertirán en juegos deportivos para transformar el “yo” en “nosotros”. La meta será triunfar como grupo.

Clasificación del juego según Mildred Parten
Mildred Parten, socióloga especializada en la observación del juego infantil, propuso una clasificación que destaca cómo los niños interactúan entre sí durante el juego. Su clasificación incluye varias etapas que reflejan el desarrollo social de los niños.
Juego desocupado en bebés (0-12 meses)
Este juego es característico de los bebés y puede comprenderse como una preparación para el juego propiamente dicho. En práctica, el pequeño juega a realizar movimientos y gestos aparentemente aleatorios sin ningún objetivo específico. De hecho, esos movimientos son intentos para aprender a moverse dentro de su entorno.
Juego en solitario (0-2 años)
Es un juego independiente ya que el niño juega solo con sus juguetes, lo cual se debe, fundamentalmente, a que sus habilidades sociales, cognitivas y físicas aún son muy limitadas. Sin embargo, este tipo de juego es muy importante ya que le permite pensar, explorar y crear. Cuando un niño juega solo, aprende a concentrarse, a pensar por sí mismo, se le ocurren ideas creativas y comienza a regular sus emociones.
Mediante el juego en solitario el niño se va preparando para relacionarse con sus coetáneos. De hecho, es probable que a finales de los 2 años empiece a jugar con un compañero imaginario, lo cual le ayudará a desarrollar el lenguaje. Por tanto, el juego en solitario en realidad es un puente hacia el juego social.
En esta etapa del juego infantil, cada objeto o situación nueva representa una experiencia de aprendizaje valiosísima. El niño realizará actividades sencillas y repetitivas que para los adultos pueden ser aburridas pero que les reporta una gran satisfacción, como llenar una cubeta de arena para luego verterla o golpear bloques de madera entre sí.
Juego como espectador (18 meses-2 ½ años)
En este tipo de juego, el niño pasa gran parte del tiempo observando a otros pequeños jugar. No participa directamente en el juego, aunque puede hacerles preguntas para entender mejor qué están haciendo. Generalmente surge alrededor de los 2 años, que es cuando el pequeño comienza a prestar más atención a los otros niños. En esta actividad, el pequeño aprende a través de la observación, le interesa lo que hacen los otros niños pero aún no está preparado para unirse al juego. De hecho, este tipo de juego transcurre de manera simultánea al juego en solitario.
Juego en paralelo (2½-3 años).
Los niños juegan de manera independiente, uno al lado del otro. Pueden usar juguetes similares o diferentes, pero aún no han desarrollado las habilidades necesarias para jugar juntos. El juego en paralelo les ayuda a dominar las competencias básicas para regular su comportamiento con sus coetáneos y llevarse bien con ellos, además de estimular el trabajo autónomo.
Este tipo de juego es completamente normal y constituye el último paso para que el niño logre interactuar con sus coetáneos. De hecho, aunque parece que están jugando de manera independiente, en realidad se están mirando y ya disfrutan de la cercanía del otro, pero aún no son capaces de interactuar sin la intervención de un adulto.
Juego asociativo (3-4 años)
Este tipo de juego involucra a un grupo de niños con objetivos similares. Jugarán con otros pequeños que usan los mismos juguetes e incluso interactuarán entre sí, pero no jugarán precisamente con ellos. En el juego asociativo no se establecen reglas y, aunque todos quieren jugar con los mismos juguetes y los intercambian, no existe una organización formal. En práctica, se trata de un juego en solitario con la asistencia y cooperación de otros niños, lo cual se debe a que aún no están preparados para participar en un grupo propiamente dicho. De hecho, la comunicación generalmente se limita a pedir prestado los juguetes y poco más. No obstante, los niños más maduros ya comienzan a despuntar como líderes.
Juego colaborativo (4-5 + años)
En este tipo de juego, típico de la edad preescolar, los niños ya son capaces de jugar en grupo y trabajar juntos. En el juego existe un objetivo general, hay un líder y todos intervienen de manera más o menos activa. Puede tratarse de juegos competitivos o de juegos de roles que simulan la vida de los adultos. Entrar en el juego colaborativo significa que los niños ya son capaces de establecer y seguir determinadas reglas que garantizan el éxito de la actividad.

El impacto del juego en las interacciones sociales y el desarrollo emocional
El juego no solo es crucial para el desarrollo cognitivo, sino que también desempeña un papel vital en la preparación de los niños para las interacciones sociales. A través del juego, los niños aprenden a comunicarse, a negociar y a resolver conflictos. Estas habilidades son esenciales para establecer relaciones saludables y significativas a lo largo de la vida.
Preparación para las relaciones interpersonales
El juego proporciona un entorno seguro donde los niños pueden experimentar con diferentes formas de interacción social. Aprenden a reconocer y expresar emociones, a entender las perspectivas de los demás y a desarrollar empatía. Estas habilidades son fundamentales para formar relaciones interpersonales sólidas y para el bienestar emocional general de los niños. A través del juego, los niños también aprenden a manejar emociones complejas como la frustración y la alegría, lo que contribuye a su desarrollo emocional.
Conclusiones sobre el juego en las distintas etapas de la infancia
El juego es una parte integral del desarrollo infantil, que evoluciona a medida que los niños crecen. Desde el juego sensoriomotor hasta el juego competitivo, cada etapa del juego ofrece oportunidades únicas para el aprendizaje y el desarrollo. A través del juego, los niños no solo se divierten, sino que también adquieren habilidades esenciales que les preparan para la vida adulta. La comprensión de estas etapas permite a padres y educadores apoyar mejor el desarrollo integral de los niños, fomentando un entorno rico en oportunidades de juego que promueva su crecimiento físico, cognitivo y emocional.