Si tu hijo te ha hecho perder la paciencia, este es el consejo que te da Álvaro Bilbao

Álvaro Bilbao sabe que lo de no perder nunca la paciencia con los niños y niñas es imposible, por eso ha compartido sus consejos para llevar mejor el sentimiento de culpa y reconducir la situación.
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Como buen experto en crianza respetuosa y en el cerebro de los niños, Álvaro Bilbao es el primero que sabe que no perder nunca la paciencia con los niños y niñas es imposible, pura utopía. Por eso, el neuropsicólogo asume que va a ocurrir en alguna ocasión, incluso bastantes, y nos da algún consejo para prevenir que se sobrepasen los límites y en casa y también comparte un consejo en el caso de que esto haya ocurrido.

Si tu hijo o hija te ha hecho sobrepasar la línea roja hasta perder la paciencia y acabar a voces o, en el mejor de los casos, simplemente agotado por el ejercicio de contención que has tenido que hacer, hay un algo que puedes hacer con el paso de las horas, cuando las emociones sean otras, no estén a flor de piel, y llegue la hora de dormir.

Dice Álvaro Bilbao que “con frecuencia el niño que más nos desafía... es el que más nos necesita”, y esto hace que como adultos, como padres, tengamos una responsabilidad a la hora de acompañarles también en esos días de cabreos y vasos desbordados de agua. “No te olvides de esto: los niños que más amor necesitan lo suelen pedir de forma poco amorosa”, recalca el neuropsicólogo.

Por estas razones, el consejo que Álvaro Bilbao da a todos los papás y mamás que se han sentido superados en un momento dado por el comportamiento de sus peques es que por las noche les hagamos sentir aquello que más nos gusta de ellos y ellas.

Así lo explica el propio neuropsicólogo: “Ese niño que hoy ha hecho que pierdas los nervios, el que no te ha hecho ni caso y ha puesto a prueba tu paciencia, precisamente ese, es el que más necesita que esta noche te tumbes en su cama a la hora de acostar para hablarle de todas las cosas buenas que te gustan de ella o él y te hacen sonreír”.

Estrategias sobre cómo evitar gritar a los hijos

En otro post divulgativo, en este caso publicado en su blog personal, Álvaro Bilbao comparte hasta nueve estrategias para evitar llegar al grito con nuestros hijos e hijas cuando agotan nuestra paciencia.

Son estrategias que vienen al caso en esta pieza precisamente porque pueden ayudarnos a no tener que llegar a perder la paciencia, al menos no del todo.

Agotamiento

Estas son las nueve estrategias que recomienda aplicar Álvaro Bilbao al respecto y las explicaciones literales que da de cada una de ellas:

  • Pon normas claras. “La primera regla de oro para evitar los gritos a los niños es tener una serie de normas claras que faciliten la convivencia. Unas normas claras a la mesa, unas reglas que delimiten los tiempos de televisión, juego y ayuda en casa. Las normas junto con las rutinas permitirán que los niños sepan lo que va tocando en cada momento”.
  • Sácale del contexto. “Cuando el niño está absorto en un juego o saltando sobre la cama con sus hermanos es difícil que te pueda atender. En estos casos sólo suele haber dos alternativas para conseguir que el niño preste atención a tus palabras. Una, es gritarle. La otra es sacarle del contexto que le tiene absorto”.
  • Actúa como si fuera sordo. “La que más utilizo en casa es tocar el hombro de mis hijos para llamar su atención. El contacto físico hace que podamos llegar al cerebro del niño por una vía poco habitual, lo que provocará su sorpresa y aumentará la probabilidad de que nos preste atención”.
  • Pedirlo por favor. “La palabra mágica no solo funciona con los adultos. Los niños también prestan más atención cuando les pedimos las cosas por favor. Desde los dos años de edad desarrollan su instinto altruista y son más proclives a actuar de una determinada manera cuando perciben que están ayudando a otra persona”
  • Díselo al oído. “Cuando decimos algo al oído normalmente ponemos la mano alrededor de la oreja, permitiendo el contacto físico. Ese contacto físico hará que su cerebro segregue oxitocina (la hormona del vínculo y la unión) facilitando que el niño te preste más atención”.
  • Ponte al nivel de sus ojos. “Si les hablas de pie (mientras ellos están sentados en el suelo) o desde su espalda (mientras juegan a la consola) la probabilidad de que te hagan caso es muy pequeña”.
Padre hablando con su hijo
  • Crea un protocolo de emergencia. Álvaro Bilbao recomienda acordar una señal con tus hijos e hijas para avisarles de que tu paciencia se está agotando. “Acordamos entre todos que, antes de gritar, les avisaría. Con esta señal su cerebro sabe inmediatamente que están sobrepasando el límite de mi paciencia (que si, como la de todos, tiene un límite) y enseguida obedecen”.
  • Grita sin ir. Gritar no tiene por qué ser malo. Lo malo es la ira que lo acompaña. Para sortearla prueba esto. Antes de perder la paciencia, pega un grito gamberro (Aaaaghhhrrr!!!)“.
  • Silencio, por favor. “Nuestros hijos están tan acostumbrados a que les digamos las cosas o les regañemos que el silencio puede ser el factor sorpresa. Puede parecerte sorprendente pero permanecer callado delante de tus hijos cuando no están obedeciendo hará que su atención se dirija hacia ti y lo que tienes que decir. Permanece de pie mirándoles, sin decir una palabra y en unos momentos estarán mirándote. De esta manera, no tendrás que gritar a los niños”.

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