Abusar del refuerzo positivo daña la autoestima de los niños, según los psicólogos

Hay padres que piensan que repetir continuamente a sus hijos que son geniales y los mejores del mundo refuerza su autoestima pero nada más lejos de la realidad.
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El refuerzo positivo es un recurso muy utilizado en educación. El psicólogo estadounidense B.F. Skinner lo define como aquello que permite reforzar ciertos patrones de comportamiento. Según él, refuerzo positivo es cualquier cosa que contribuya a repetir un comportamiento deseado. A través de este tipo de procedimiento, el niño crea una asociación entre su forma de comportarse y sus consecuencias.

Otra psicóloga estadounidense, Hannah K. Scott, afirma que cuando se usa de forma adecuada, el refuerzo positivo puede ser muy efectivo: "En casa, los padres pueden utilizarlo para alentar a sus hijos a fomentar cualquier tipo de comportamiento. Por ejemplo, un padre puede elogiar a un niño para que se cepille los dientes, se prepare para ir a la cama o limpie su habitación"

“Como aspectos positivos de este recurso encontramos el hecho de hacer feliz al niño con diferentes objetos y acciones, caminar con él en una educación respetuosa y motivarle con diferentes refuerzos que guíen también su desarrollo, ya que el refuerzo puede ser, a su vez, una herramienta educativa que proporcione aprendizaje”, asegura por su parte la psicóloga Laura Ruiz en el artículo “Qué es el refuerzo positivo y como utilizarlo” publicado en www.lamenteesmaravillosa.com

Sin embargo, abusar de este tipo de recurso puede producir consecuencias muy negativas para el niño tales como dañar su autoestima.

Bien utilizado el refuerzo positivo es beneficioso pero no conviene abusar de él, según los psicólogos - Getty Images

Hay padres que califican de extraordinaria cada acción que realizan sus hijos, les repiten continuamente que son geniales, los mejores del mundo y los más listos de todos. Piensan que así fortalecen su autoestima, pero nada más lejos de la realidad.

En este sentido, la psicóloga Valeria Sabater, aclara que la autoestima hace referencia a la manera en que nos vemos a nosotros mismos y cómo creemos que nos ven los demás: “En dicha percepción influye nuestro entorno y, en especial, el constituido por nuestros cuidadores. Cada mensaje dado o no dado, cada interacción y experiencia vivida en la primera infancia son claves para la construcción de esta dimensión”, explica Sabater en www.lamenteesmaravillosa.com

Es decir, la autoestima no se construye tan solo con nuestras percepciones, sino que la influencia de nuestros padres, hermanos, maestros y amigos también resulta decisiva. Y tengamos claro un aspecto, resalta la misma piscóloga, “es más fácil desarrollarla en un niño que tener que repararla en un adulto”.

Pero Sabater explica que, en algunas ocasiones, los padres dañan la autoestima de sus hijos sin darse cuenta y una de estas formas de hacerlo es cuando se abusa del refuerzo positivo.

“Los niños no son ingenuos. Si se da el caso, por ejemplo, de que el niño enseña un dibujo siendo consciente de que no es su mejor obra y sus padres le dicen que es una maravilla, él sabrá que no es cierto y esto le impedirá sentirse motivado para mejorar, ya que sus padres encuentran extraordinario cualquier cosa que haga, tanto si la hace bien, como si la hace mal”, apunta la psicóloga.

Cómo utilizar bien el refuerzo positivo

Entonces, ¿cómo se puede utilizar el refuerzo positivo adecuadamente?

“Todo refuerzo dado a un niño debe ser sincero, fácil de entender y pedagógico. Si queremos mejorar la autoestima de nuestro hijo, siempre será mejor un ‘Estoy orgulloso por cómo te has esforzado’ que un ‘Todo lo haces bien porque eres el niño más guapo del mundo’ “, aclara Sabater.

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