Siete comportamientos que pueden debilitar la relación entre padres y niños

Hay muchos hábitos y comportamientos que pueden ser contraproducentes para el vínculo que tienen padres e hijos. Incluso, algunos que pueden parecer positivos o que hagamos pensando en que son lo mejor para los peques.
familia en la playa

En multitud de ocasiones hemos hablado en Ser Padres del vínculo afectivo (apego seguro) que se genera entre una madre o un padre y un hijo recién nacido, y como este va evolucionando en función de las circunstancias de distinto tipo. Entre las más importantes, los hábitos o comportamientos de los padres hacia su hijo o hija a medida que crece. Estos, si son negativos, pueden llegar a debilitar la relación entre adultos y menores hasta el punto de que ese vínculo que les unía ya no sea tan positivo.

Cuando esto ocurre es porque la confianza entre ambas partes se ha visto agredida. Puede ocurrir durante la infancia aunque, habitualmente, ocurre durante la adolescencia. Pero es desde que los niños son muy pequeños cuando conviene modular nuestro comportamiento para regar ese vínculo entre ambas partes, de manera que no se debilite y corra el riesgo de romperse en etapas críticas como la citada adolescencia.

Son muchos los comportamientos que debemos evitar en la crianza si no queremos perjudicar la relación con nuestros hijos e hijas. A continuación, nos detenemos en siete de los que más impacto negativo pueden tener. 

Familia de cuatro  - Getty Images

Ocho comportamientos a evitar

Estos son los siete comportamientos que, basándonos en la experiencia en primera persona y en lo que coinciden expertos de distintas áreas relacionadas con la crianza, debemos evitar como padre en el día a día de la relación con nuestros hijos e hijas:

  • Imponer nuestro criterio: no podemos pretender vivir nuestros sueños a través de la vida de nuestros hijos e hijas. No atender a sus intereses y deseos es una forma de castigar nuestra relación con ellos y ellas, ya que tarde o temprano nos harán pagar nuestras imposiciones y el hecho de que no les dejemos vivir sus respectivas vidas como les gustaría. Ojo, esto no solo ocurre con los estudios; también, por ejemplo, con las extraescolares.
  • Crianza quitanieves o padres helicóptero: son dos términos, el de padres quitanieves y helicópteros, que hemos definido en piezas recientes. Básicamente, son términos que señalan aquellos comportamientos sobreprotectores con los hijos. Si eliminamos todos los obstáculos que encuentran a su paso, como una quitanieves hace con la nieve, o salimos a su rescate permanentemente, como un padre helicóptero, puede que el vínculo se vea afectado con el paso de los años, a medida que el pequeño crece. Al fin y al cabo, no les dejamos aprender y tampoco espacio para trabajar su autonomía, y llega un día en el que anhelan serlo.
  • Falta de comunicación: dar por hecho que no hace falta mantener una vía de comunicación abierta las 24 horas del día con nuestros hijos e hijas es un error que puede costarnos caro en nuestra relación con ellos y ellas. Porque no basta con preguntar o pedir que nos cuenten; se trata de escuchar y también de responder y dedicarles plena atención cuando lo solicitan para hablar con nosotros.
  • Falta de apoyo emocional: del mismo modo que no regar una buena comunicación con nuestros hijos e hijas es un comportamiento perjudicial para la relación a largo plazo, también lo es no acompañarlos emocionalmente. Esto no hará más que dañar su autoestima y que, con el tiempo, busquen otras figuras de apoyo que no seremos nosotros.
  • Imponer en exceso: la paternidad/maternidad implica establecer límites, pero a menudo confundimos esta cuestión con imponer en exceso. Ser demasiado autoritarios puede tener graves consecuencias ya que puede dañar la confianza de nuestros peques en nosotros.
Familia feliz - Getty Images
  • No pedir perdón: mira que a los adultos nos cuesta pedir perdón cuando les gritamos o hablamos mal, por ejemplo, cosas que pueden ocurrirnos a menudo porque somos humanos. Demostrar que sabemos pedir perdón es la mejor forma de reforzar su confianza en nosotros y de que ellos y ellas también aprendan a pedirlo cuando metan la pata. Si les faltas el respeto, pedirles perdón por ello es un acierto.
  • Utilizar el chantaje emocional: todavía vemos como muchos adultos recurren al chantaje emocional para conseguir lo que quieran de los niños y niñas pequeños. Esto no es más que manipular emocionalmente a los peques para conseguir lo que deseas. Y como tal, puede tener consecuencias muy negativas a medida que crezcan. 

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