“Las rutinas y el orden son necesarias para los niños y los dan seguridad”, afirmaban allá por 2020 los pediatras de la Asociación Española de Pediatría. Una afirmación que lanzaron a propósito del confinamiento por la pandemia pero que, sin embargo, puede aplicar a cualquier momento de la vida de un menor.
Y es que, tal y como afirman los pediatras y otros expertos en educación infantil, las rutinas hacen felices a los niños porque les ayudan a crear hábitos y a no desfasar mucho su día a día. Dentro de ellas, hay algunas que, presentadas como trucos o hábitos, también son perfectas para evitar rabietas y berrinches en los más pequeños.

Cuadro de rutinas Montessori: una gran ayuda para instaurar hábitos sin gritos
Es el caso del cuadro de rutinas propuesto por Marta Prada, guía Montessori. Una forma sencilla, económica y divertida de ayudar a los niños a ser autónomos y a instaurar en ellos hábitos saludables sin necesidad de abusar de las órdenes constantes, ni recurrir a gritos o amenazas.
“No es milagroso, ojo, pero sí os digo que ayuda mucho a que los peques integren nuevas rutinas con autonomía”, asegura la experta en su perfil de Instagram, donde ha compartido el hábito con todos sus seguidores.
Y es que, las responsabilidades de primera hora de la mañana y de la noche pueden ser motivo de rabietas y berrinches en los más pequeños. Por eso, este truco es más que útil en esos momentos, de acuerdo a la opinión de la experta antes mencionada.
Antes de seguir explicamos qué es un cuadro de rutinas: se trata de una tabla que se pega en la pared y en la cual van apareciendo, en orden temporal, las tareas que el peque tiene que hacer en cada momento del día. A medida que las vaya superando, podrá ir marcándolas con un círculo, para ver cómo, al final del día, están todas completas.
“Podemos usarlas a partir de los dos años y medio o tres años”, explica Marta Prada.
¿Cómo crear un cuadro de rutinas?
Crearlo es sencillo: la experta recomienda hacerlo junto a los peques. Basta con usar un programa básico de diseño (como Canva) y hacerla a nuestro gusto. Ella recomienda hacerlos en formato horizontal, repartiendo las rutinas en rectángulos (como si de un anuncio de clases de guitarra se tratase). Después, lo imprimiremos, lo plastificaremos, plegaremos cada tarea y le añadimos unos adhesivos de velcro redondo para que los niños vayan doblando las tareas que hayan hecho y sepan cuál viene después.
Tres tips para que la tabla de rutinas sea efectiva
Ella misma expone tres puntos que tienen que cumplir si queremos que sean de lo más útil:
- Prepararlas con los niños: “Juntos habrá que decidir la secuencia y las tareas de la mañana o de la noche”, cuenta Marta
- Acompañarlas de preguntas de curiosidad como, por ejemplo, ‘¿qué necesitas saber antes de salir de casa? Vamos juntos al cuadro a recordarlo’
- Son especialmente útiles en las dos o tres semanas en las que queramos integrar un nuevo hábito con el que fomentar su autonomía, como preparar la cena con nosotros, preparar su mochila o lavarse solos los dientes