9 casos en los que la embarazada debe guardar reposo

El embarazo implica una vida relajada, pero cuando surge algún contratiempo el reposo es indispensable para que siga adelante con normalidad.
9 casos en los que la embarazada debe guardar reposo

El descanso puede hacer milagros cuando existe amenaza de aborto, y es fundamental cuando la madre sufre trastornos que pueden poner en peligro la vida del bebé. Los síntomas varían según lo avanzado de la gestación. No todas las causas requieren el mismo tratamiento ni tienen el mismo grado de complicación.

El embarazo implica una vida relajada, pero cuando surge algún contratiempo el reposo es indispensable para que siga adelante con normalidad. Hablamos de los casos en los que con más frecuencia las embarazadas deben guardar reposo y damos consejos para llevar mejor esas situaciones.

1. Amenaza de aborto

Las hemorragias en el primer trimestre pueden ser un indicio de aborto, pero con ayuda del reposo el feto puede quedar fuera de peligro. El descanso debe ser absoluto hasta que cese el sangrado. Si el médico ve que el reposo no es suficiente indicará hospitalización.

2. Crecimiento intrauterino retardado

Se puede detectar a partir de la semana veinte a través de la ecografía. Responde a múltiples causas, pero en la mayoría de los casos se debe a una insuficiencia placentaria (la placenta no nutre adecuadamente al feto).

No existen medidas farmacológicas eficaces para combatir la insuficiencia placentaria por lo que lo más aconsejable para mejorar la nutrición fetal es el reposo.

3. Contraciones prematuras

Cuando hay contracciones prematuras o se detecta una amenaza de parto prematuro (hasta la semana 34 de embarazo el feto todavía no tiene completamente los órganos maduros) el descanso es fundamental para evitar la excitabilidad del útero. Aunque en muchos casos el médico prescribe un inhibidor de las contracciones, la eficacia del fármaco mejora mucho con el reposo.

Cuando las contracciones no son frecuentes los riesgos se pueden atajar llevando una vida muy tranquila y descansando varias horas al día. Pero en algunos casos la embarazada debe ingresar en el hospital y recibir medicación a través del gota a gota, y si la fecha del parto está cercana seguirá hospitalizada hasta entonces.

Entre otras cosas, el reposo es muy beneficioso porque ayuda a la relajación de los músculos y disminuye la presión del bebé sobre el cuello uterino, que tiende a abrirse con las contracciones.

¿Y cómo sé que tengo contracciones? En este vídeo hablamos del tema.

4. Trastornos en la placenta

El desprendimiento prematuro de placenta y la placenta previa pueden causar hemorragias, especialmente si se obstruye el cuello del útero. Si hay sangrado, el reposo debe ser absoluto durante los días de las pérdidas;si no lo hay debe ser moderado durante todo el embarazo.

5. Preeclampsia

Es un cuadro grave en el que la presión sanguínea de la mujer se eleva anormalmente. La hipertensión no tratada puede crear insuficiencia renal en la madre e interferir con el aporte de oxígeno y substancias nutritivas al feto ocasionándole progresivamente retraso del crecimiento y problemas de oxigenación.

Normalmente las afectadas por este síndrome deben ser hospitalizadas. Pero los cuadros leves pueden tratarse con reposo en cama y limitación del aporte dietético de sodio.

6. Pérdida del líquido amniótico

La rotura prematura de las membranas del saco amniótico puede ser peligrosa para el feto y para la madre, que corren riesgo de infección. La pérdida de líquido amniótico ocasiona una adaptación del bebé a las paredes del útero de forma que éste empieza a contraerse.

Si el embarazo no ha cumplido las 34 semanas, el médico puede recomendar reposo absoluto en cama para intentar prolongar la gestación, aunque no siempre se consigue, especialmente si a pesar de las precauciones se produce una infección y hay que finalizar el embarazo (el pediatra prefiere un niño inmaduro o un niño más desarrollado e infectado).

7. Embarazo múltiple

En las gestaciones de dos o más bebes existe mayor riesgo de aborto, parto prematuro y niños de bajo peso. Conviene guardar reposo cuando aparecen muchas contracciones o el volumen de la barriga dificulta las tareas habituales.

Los médicos suelen recomendar la baja laboral a partir de la segunda mitad del embarazo. Las mujeres que no descansan tienen más riesgo de parto prematuro.

8. Cerclaje del útero

Algunas mujeres padecen un trastorno que impide que cuello uterino permanezca cerrado durante la gestación. Cuando esto ocurre pueden producirse pérdidas de sangre y riesgo de parto prematuro.

Para evitarlo se cierra el cuello uterino mediante unos puntos quirúrgicos que se retiran antes del parto. Conviene hacer reposo moderado tras la intervención y llevar una vida muy tranquila.

9. Enfermedades maternas

Además de los factores mencionados, hay enfermedades maternas (cardiopatías, problemas respiratorios, asma...) que obligan a limitar al máximo la actividad física para no poner en peligro la gestación.

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